El Arrate visita a un Octavio en horas bajas

DV. Sin tiempo de saborear el valioso triunfo frente al Torrevieja, al garantizar prácticamente la continuidad en la Liga Asobal, el Arrate se subió el martes de madrugada al autobús para cubrir durante la noche los más de setecientos kilómetros que separan Vigo de Eibar.

La principal novedad en esta larga expedición es la incorporación de Iñigo Salaberria, que parece estar plenamente recuperado de la rotura de fibras en el gemelo. Este incidente le ha impedido jugar los cuatro últimos partidos (CAI en Liga y EHF, Torrevieja y Reale Ademar) al permanecer tres semanas de baja. Arrieta está también plenamente recuperado del fuerte golpe que sufrió el sábado en la pierna derecha. Al final todo ha quedado en un susto.

El Arrate parte con muchas opciones de superar con éxito su enfrentamiento con el Octavio. Hay varios factores que juegan a su favor. Además de ser un terreno propicio -el año pasado se adjudicó la victoria-, podrá afrontar el duelo con la convicción de haber resuelto debidamente los deberes.

Otra variable es el hondo bache en el que se encuentra sumido el equipo vigués, después de completar una primera vuelta envidiable que le permitió acceder a jugar la Copa con todos los honores. Incluso comenzó a barajarse la posibilidad de que entrara en la lucha por Europa.

Siete derrotas seguidas

Sin embargo, sus opciones se han volatilizado tras la racha de siete derrotas consecutivas que ha firmado recientemente. La más dolorosa la sufrió la pasada semana en el terreno del desahuciado Keymare Almería, que hasta la fecha sólo había sido capaz de batir al Arrate. Esto significa que llevan anclados en los veintiún puntos (tres más que los albiazules) desde hace dos meses.

La mayoría de las veces ha recibido severas goleadas, salvo ante el citado Almería y el Granollers, frente a los que cayó por la mínima y el Teucro que le batió por 28-26).

El cuadro gallego parece haber perdido enteramente el norte. El Arrate puede presumir, de momento, de tenerle bien cogida la medida, en virtud de la victoria que consiguió en la ida en Ipurua (33-27).