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ESTIBALIZ GARCIA
Sábado, 19 de septiembre 2009, 04:20
Hasta mañana se puede visitar en el Topaleku de Arrate Kultur Elkartea la obra que el artista francés Jean Claude Cubino realizó en 2005 en unas colonias con los niños de la asociación Gautena. Tras este primer proyecto, cada año toma parte en un acto de voluntariado, que más tarde convierte en exposiciones.
- ¿Cómo definiría la obra de Gautena?
- Son una serie de retratos, veinte concretamente, realizados durante unas colonias, en las que trabajé con los niños de este centro. El trabajo es la expresión de un acto de voluntariado llevado a cabo en Estella, para niños con problemas mentales durante el verano de 2005. La fascinante experiencia que supuso para mí me impulsó a tomar una serie de instantáneas que reflejasen la poderosa impresión que sentí. Estas fotografías cambiaron poco después a un modo pictórico; medio, donde podía encuadrarse mejor mi perspectiva. Lo que buscaba era que no fuera tan explícito.
- ¿Qué encontrará el público cuando visite la exposición?
- La fascinante experiencia que supuso para mí trabajar con ellos. Sufrí una gran impresión en el trabajo con estos chicos. No tenía experiencia previa en la relación con chavales con autismo o síndrome de Down. Busco la naturalidad en el trabajo entre el artista y el fotografiado.
- ¿Cuál es el objetivo de la exposición?
- Apoyar a los trabajadores del centro y a las familias de los niños. Tenía la pretensión de sacar a la luz las inquietudes de los chicos del centro Gautena. Que ellos mismos se vieran reflejados en mis dibujos y que así entendieran que, tanto ellos como su entorno, también pueden formar parte del arte. Este trabajo de voluntariado social es una forma de hacer ver a otros artistas que existen otros tipos de circuitos además de los establecidos. No sólo hay que exponer en centros de arte y galerías, sino que también se pueden proponer cosas para otro tipo de asociación. Enseñar a los artistas que también se puede hacer lo que estoy haciendo yo. Darle un rumbo más social al arte, que se está convirtiendo en una cosa más sofisticada, casi elitista.
- ¿Cómo ha llegado a Eibar?
- Ha sido de la mano de un contacto de Gautena, conocí la sala un mes antes de exponer. La serie pertenece a la asociación, ellos han patrocinado mi trabajo. Lo más complicado suelen ser siempre los permisos, hay que tener mucho cuidado con lo que se muestra, con la imagen de los niños. La mejor idea es que los cuadros sean para ellos. A cambio yo obtengo material, transporte y catálogo.
- ¿Cómo ayudan los cuadros a estos niños?
- Más que a los niños, mi trabajo es un apoyo importante para los trabajadores y los familiares. Estamos acostumbrados a unos cánones establecidos. En la pintura, en los retratos, en la fotografía y en otros muchos aspectos se busca la belleza. Realmente el hecho de reflejar en un cuadro a una persona rechazada socialmente es un acercamiento al público, hago más materiales a esos chicos. Es algo que no se acerca a la imagen que nos venden desde la publicidad o la televisión.
- ¿Cómo ha evolucionado su trabajo después de esta experiencia?
- A raíz de este proyecto he realizado algunos más. Me he impuesto trabajar cada año en una labor de voluntariado. Mi objetivo es trabajar para asociaciones, para luego aplicar los conocimientos en una exposición. He podido trabajar en diferentes frentes. Estuve con Gautena, también en un centro de menores en Castellón, en una residencia de ancianos en Zamora. Llevo año y medio también, en Proyecto Hombre en Salamanca. Uno de mis últimos trabajos consistió en fotografiar niños en una asociación francesa. De todas las experiencias se obtienen experiencias personales y artísticas.
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