El director general de EITB, Alberto Surio, en un momento de la entrevista. /USOZ
POLÍTICA

«En mi despacho, la ikurriña y poco más»

A.V.

Sábado, 3 de octubre 2009, 04:11

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- ¿Cuál es su estado de ánimo?

- Estoy muy animado. Asumir este cargo es como una ducha fría que te remueve totalmente. Necesitas estar a tope. Siempre digo que para una ducha fría hace falta tener chancletas y una toalla a mano porque hay algunos que pueden echar jabón en el suelo.

- ¿Tiene pensado acudir mañana al Kilometroak?

- Depende de un asunto familiar que tengo a media mañana, pero mi intención es acudir.

- ¿Qué hace cuando llega a casa? ¿Enciende la televisión, la radio o prefiere leer un libro?

- Veo la tele y escucho la radio por defecto profesional.

- ¿Y qué ve en televisión?

- Mi género preferido son los informativos pero me gustan también los reportajes de calle, los documentales y el cine.

- ¿Para cuándo un Gran Hermano vasco?

- Ya se han hecho concursos de convivencia como o . La televisión es acertar con formatos que interesan al público. Lo que está claro es que todo lo que tenga que ver con la aventura tiene mucho tirón y seguiremos por ese camino.

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- ¿Como lleva su euskera?

- Bien. Para mí es muy importante el poder desenvolverme con fluidez en euskera. Mi propósito es ese y lo voy a conseguir.

- ¿Qué música escucha en sus trayectos entre San Sebastián y Bilbao?

- No miento si digo que escucho normalmente EITB Irratia. Hay una franja que me relaja mucho, de nueve a diez de la noche, que es la hora clásica.

- ¿Qué adorna su despacho?

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- Una acuarela de la bahía de La Concha. Es un despacho muy funcional donde está la ikurriña y poco más. Enfrente tengo el estadio de San Mamés.

- ¿Si le digo 'Madrid 2016'?

- Es una pena. Habían hecho un trabajo estupendo. Como donostiarra y vasco lo que me hace especial ilusión es que San Sebastián sea Capital de la Cultura en 2016. Es un desafío también para EITB.

- ¿Es optimista respecto a la paz?

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- Hay que ser realista. Los datos no parecen aventurar a que estemos ante una nueva oportunidad de llegar a la paz. Se ha perdido mucho tiempo, se han perdido muchas energías. Fue frustrante que se malograse el último proceso por el empecinamiento de ETA. Tendrá que llegar algún momento en el que ese mundo recapacite y decida apostar por la política democrática. Por ahora todos los datos son desalentadores lamentablemente porque eso genera un grado de cansancio y de escepticismo en la sociedad tremendo.

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