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José Luis Azkue posa junto a la estatua de Luis Mariano. /FERNANDO DE LA HERA
«Fue una decepción dejar la profesión, lloré amargamente»
JOSÉ LUIS AZKUE PIANISTA PROFESIONAL Y MUY LIGADO A LUIS MARIANO

«Fue una decepción dejar la profesión, lloré amargamente»

Es una persona muy popular en Irun y en el entorno bidasotarra por su talento artístico con la música. Fue el pianista de Luis Mariano y nunca dejará de ejercer como músico

MAÑU DE LA PUENTE MAÑU DE LA PUENTE manudelapuente@yahoo.es

Jueves, 15 de octubre 2009, 10:23

O IARTZUARRA de nacimiento es irundarra de adopción y de los que ejerce. No en vano llegó a la ciudad de la muga con 17 años, en 1948. Ahora luce muy bien los 79. José Luis Azkue Aginagalde está casado con Juncal Echeveste (detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer...). Su hijo José Luis, casado con Pilar Castro, falleció hace seis años, pero les dejó a Olatz. June y Mikel completan la lista de nietos, que llegaron desde el matrimonio formado por Mariví y Ramón Errazkin, . Nuestro interlocutor fue el pianista de Mariano, como él mismo apunta, confesando que nunca le sale el nombre completo, el de Luis Mariano. Dejó de actuar profesionalmente por causa de una hernia. Luego abrió el Alambicq, donde ha trabajado 32 años.

- ¿Cómo estás, José Luis?

- Muy bien y mejor acompañado, por Juncal. No es algo de ahora, sino de hace 53 años.

- ¿Cómo aterrizas por Irun?

- A mi padre le trasladaron al Juzgado de la ciudad y yo le solía ayudar, a la vez que tocaba el piano que había en casa. Ese piano era el juguete de los ocho hermanos y participábamos en muchos de los festejos que se celebraban en el pueblo. Un día me escuchó María Pilar Echeveste, que era profesora de música y me animó a continuar, preparándome para ir al Conservatorio.

- Y todo salió bien, ¿no?

- Sí, no fue difícil, porque creo que tanto yo como mis hermanos teníamos un don para la música. Y eso no era otra cosa que el buen oído, algo más que fundamental para un músico.

- Y llega el momento de apostar, de jugártela.

- No fue difícil tomar la decisión. Imáginate que con una sola gala ganaba más que en un mes en el Juzgado. Lo tenía fácil.

- Cuando se habla contigo, es obligada la referencia a Luis Mariano. ¿Cómo empezaste con él?

- Mariano actuó por primera vez en Irun en 1954. Fue en el cine Avenida, en una gala que organizó su primo Eduardo Cortijo. Era un festival benéfico que puso en pie a toda la zona. ¡Cómo estaba de gente la Avenida de Iparralde! Yo me colé.

- ¿Cómo fue eso?

- Bueno, más bien me colaron. Y es que, había un acomodador (Malles) que me dejó pasar . Me coloqué detrás de unas cortinas, junto a la salida de emergencia. Menudo calor hacía. Así hasta que me nombraron desde el escenario para ver si estaba en la sala. Ocurrió que el pianista se había puesto malo y tuve que sustituirle. Estaba hecho un flan. Así que, me dieron dos instrucciones y un poncho mejicano, y a tocar. Luego cenamos en el Trinquete y vino lo que vino.

- ¿Crees que se hizo justicia con Luis Mariano? Hubo quienes, sin ningún respeto o certeza, le tachaban de homosexual...

- Mira, la gente que actúa ante el público en un escenario tiene una doble personalidad, una doble sensibilidad. Fíjate que se te acaba de morir la madre y tienes que cantar a la media hora. Además, Mariano era un hombre al que le gustaba ir a la moda, era muy elegante. Te aparecía con un perrito en un descapotable, y lo fácil para alguna gente era criticar.

- Oye, ¿qué te parecen esas sucesivas agresiones por parte de descerebrados contra la estatuta del cantante?

- Tú lo has dicho. Son unos descerebrados. Es algo indignante, Eso no se puede hacer con Mariano, ni con la estatua ni contra nadie. Se puede estar en contra de todo, pero las protestas siempre tienen que ser racionales.

- Volviendo a tu carrera, luego llega el momento en que lo dejas.

- Fue una gran decepción. Después de la etapa con Mariano, estuve diez años tocando en cabarets de Nantes y Biarritz, pero una hernia me dejó fuera de la actividad. Lloré amargamente.

- Y vas y montas el Alambicq.

- Y allí estuve 32 años, desde 1972 a 2004. Le dí la vuelta a mi situación y mereció la pena. Venía gente de Gipuzkoa, de Iparralde, de Madrid y Barcelona, hasta de Bélgica. Mariano fue un auténtico ídolo, cosa que me vino pero que muy bien para el negocio.

- ¿Y ahora qué haces?

- Toco en el restaurante Ainere, de Ignacio Amiano. Hago cenas musicales con los Salas y con Ángel Pazos. También, en Amute para Kepa, un amigo kaputxino al que aprecio mucho.

- ¿Así, hasta cuándo?

- Nunca dejaré de tocar. Técnicamente no estaré como antes, pero ahí sigo y seguiré.

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