Harsanyi marcó cinco goles ante el Granollers. /MORQUECHO
BALONMANO

El Arrate patina en la pista olímpica de Granollers

XABIER GALARTZA

Sábado, 17 de octubre 2009, 03:35

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DV. Por segundo año consecutivo, la cancha olímpica de Granollers no ha sido tan propicia como en ediciones anteriores en virtud del resultado, pero no así del juego desplegado, dado que el Arrate mereció mejor suerte.

Esta vez se le resistió la segunda victoria a domicilio. Profanó con autoridad la cancha del Cangas de Morrazo y ayer durante cincuenta minutos llevaba camino de repetir la misma gesta. En tierras catalanas se mostró muy entero y sereno durante la mayor parte del partido. Tomó sin excesivas dificultades las riendas del encuentro hasta que llegó el determinante bache que dio la vuelta por completo al duelo.

Difícilmente se podía presagiar a falta de un cuarto de hora para el final, con tres goles arriba (20-23) y con la confianza, convicción y fe que transmitían, que en un abrir y cerrar se vieran completamente superados.

La exclusión que sufrió Marc García en esta fase del encuentro resultó determinante. El Granollers supo sacar una altísima rentabilidad al cristalizar la remontada infligiendo un parcial de 6-0 y conservando su portería durante diez largos y eternos minutos sin encajar ni un solo gol.

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El equipo perdió en cierto modo el norte, ya que no sólo dejó de ver portería, sino que se mostró endeble a la hora de defender su zaga. Voncina, que cerró una excelente primer mitad con diez paradas, bajó considerablemente su media en la reanudación. Y es que acusó sobremanera la colaboración que había tenido hasta entonces de la defensa. La derrota contra el Granollers es ya historia para un Arrate que ha comenzado con fuerza esta Liga. Ahora ya piensa en su enfrentamiento con el Cuenca 2016, otro debutante en la categoría. De los dos anteriores (Toledo y Cangas) ya ha dado buena cuenta.

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