JUANMA GOÑI
Domingo, 15 de noviembre 2009, 02:45
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TOLOSA. DV. En febrero de este año, la artista tolosarra Txitxi Orbegozo colocó, junto a la Puerta de Castilla, su retrato de la vendedora de golosinas Teresa González 'La Pirula'. Y meses más tarde, fijó otro retrato, en este caso de Roberto Jauregi, justo a la entrada del polideportivo Usabal. Eran los dos primeros cuadros de un proyecto denominado globalmente , que pretendía seguir completándose con más personajes diseminados por diferentes puntos de la villa, dentro de un proyecto global cuyo objetivo consistía en recuperar del olvido a personas queridas y populares de Tolosa.
Pero esta iniciativa corre peligro de no seguir adelante si no se concreta una continuidad para estos . Txitxi no quiere polémicas pero el Ayuntamiento ha decidido no financiar su proyecto , sólo se compromete, de momento, a cubrir el gasto del policarbonato, soporte sobre el que van pintados los cuadros de la serie.
Así las cosas, Txitxi ha movido los hilos para llevar su iniciativa a otras ciudades, incluso en el extranjero. «Creo en este proyecto, pienso que todos los pueblos tienen sus personajes entrañables, héroes anónimos y populares. Si no es en Tolosa, será en otros lugares», afirma la artista. Ya se ha reunido con el alcalde donostiarra Odón Elorza, que ha acogido muy bien la idea de iniciar con el mítico 'Txantxillo'» el proyecto en San Sebastián.
Pero la artista quiere y desea seguir con su proyecto en Tolosa, «porque es mi pueblo, dice, donde ha nacido el proyecto, donde más me apasiona, y donde mejor conozco a sus personajes». De hecho, esta terminando de pintar el siguiente cuadro, el de Petra Pintado, una mujer criada en la Casa de Beneficencia, que, con los años, acabó ocupándose por voluntad propia de otros niños huérfanos y abandonados que vivían en el Centro.
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Debido a su presencia frecuente por las calles del pueblo, la Petra, siempre rodeada de niños, muchas veces con deficiencias psíquicas, para quienes se convirtió en una verdadera amatxo, se hizo popular y entrañable entre la población, durante los duros años de la postguerra.
Y Txitxi continúa con varias ideas para nuevos personajes. Pero elaborar cada cuadro cuesta mucho esfuerzo. Así que habrá que esperar. «La gente me dice a ver cuándo voy a colocar el siguiente, pero no es tan fácil».
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Y es que la reacción de la ciudadanía, en general, al proyecto ha sido muy positiva. Algo por lo que Txitxi no ha cesado de agradecer. Y eso que la historia empezó con vicisitudes. El retrato de La Pirula fue sustraido apenas veinticuatro horas después de haber sido colocado. Tras un llamamiento público para recuperarlo, apareció una semana después y volvió a su lugar. Sin embargo, unos días más tarde, el retrato fue objeto de un acto vandálico que lo partió en dos. Pese a todo, la autora lo reparó, lo restauró y lo devolvió a su sitio, donde permanece, ya sin sobresaltos, hasta el día de hoy. El problema es hasta cuándo.
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