El Bidasoa-Irun ganó donde no lo había hecho nadie

El Bidasoa-Irun ha metido la quinta velocidad y ayer logró otra victoria de prestigio. Si la semana pasada los irundarras derrotaron al líder Pozoblanco en Artaleku, esta vez la víctima fue un Almoradí que había sacado ocho puntos de diez en casa, donde no había perdido en sus cinco comparecencias anteriores. Pero para todo hay una primera vez y fue el equipo bidasotarra el encargado de romper esa racha de los alicantinos, al tiempo que engordaba la suya. Los amarillos sólo han perdido un partido de los ocho últimos y, más recientemente, han sumado siete puntos de los ocho últimos disputados. Grandes resultados que les colocan en los puestos de pelea por el ascenso.

Pelea, y mucha, hubo ayer en Almoradí, aunque los dos equipos estuvieron algo flexibles en defensa en el primer tiempo. La 3-3 de los locales fue bien atacada por el Bidasoa, que fue quien tuvo el marcador de cara durante más minutos. Pese a ello, no aprovechó algunas ocasiones para lograr mayores rentas.

En la reanudación se asentó la defensa amarilla y la renta ya subió a tres goles (18-21). No obstante, el Almoradí iba a seguir pujando por los puntos y de nuevo igualó el partido. El 24-27 fue la segunda oportunidad en la que el Bidasoa no logró romper el duelo, uno de los pocos defectos que se le puede achacar en el día de ayer.

Se quedó sin dos pivotes

El partido se encaminaba hacia un frenético final y, a falta de diez minutos, Peciña vio su tercera exclusión. Poco después, la roja fue para Tarcijonas. No sólo el Bidasoa perdía dos efectivos para el desenlace, sino además dos pivotes. En ataque, la solución fue Cambronero. Y, en defensa, cambiar a 5-1. Si bien los irundarras no tuvieron grandes ventajas, sí que lograron de nuevo mantener la calma en el final del partido, de manera que acabaron ganando con solvencia.

En las dos próximas jornadas, los irundarras jugarán en casa y contra dos de los tres últimos clasificados.