Koldo Martínez, Presidente de Euskara Kultur Elkargoa

«Lo que está haciendo el Gobierno de Navarra con el euskera es insultante»

El considerable recorte del presupuesto destinado al euskera en la Comunidad Foral puede tener, a su juicio, «un efecto dramático»

NEREA AZURMENDI

Domingo, 10 de enero 2010, 03:56

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El presupuesto «anticrisis» que gestionará este año el Gobierno de Navarra destina al euskera en torno a cuatro millones de euros, tres de los cuáles consumirá Euskarabidea, el Instituto Navarro del Vascuence. Según denuncian los organismos vinculados al euskera y confirman las propias cuentas forales, las partidas para las entidades del ámbito del euskera han sufrido drásticas reducciones, llegando alguna -como la destinada a ayudar a los medios de comunicación en euskera- a su práctica desaparición. Kontseilua cuantifica la merma en 287.686 euros y calcula que las inversiones reales para impulsar el euskera en Navarra no alcanzarán en 2010 el millón de euros. Koldo Martínez, presidente de la Euskara Kultur Elkargoa - fundación navarra para la defensa y promoción del euskera que acaba de cumplir una década-, considera que «la disminución casi infinita del presupuesto para los temas relacionados con el euskera es un insulto, y es un insulto tan grande que nos ha dejado a todos descolocados. Es algo tan inesperado, tan insólito, tan cínico...».

- Desde su creación, Euskara Kultur Elkargoa ha querido ser, como ustedes mismos han manifestado, la «cara amable» del euskera en Navarra. ¿Es fácil mantener ese talante en las actuales circunstancias?

- Euskara Kultur Elkargoa surgió porque pensábamos que en el mundo del euskera en Navarra predominaban las organizaciones con un marcado carácter político, reivindicativo y de enfrentamiento, y creíamos que la defensa del euskera merecía hacerse desde otro tipo de posicionamiento, más de consenso. Hemos querido dar la vuelta a la politización del euskera, porque estamos convencidos de que el euskera necesita política, pero una política que reconozca la situación de debilidad en la que se encuentra y promueva políticas de apoyo y de discriminación positiva, reconociendo derechos a los que hablan euskera, a los que quieren hacerlo y no pueden, y también a los que no hablan euskera y tampoco quieren hacerlo. Sólo con el reconocimiento pleno de esos derechos lograremos conseguir un mínimo de respeto mutuo sobre el cual edificar una mejor convivencia. Y esa convivencia hoy no existe precisamente porque no se respetan los derechos de todos y porque, en estos momentos, la política que está siguiendo el Gobierno de Navarra con respecto al euskera es insólitamente insultante. El Gobierno de Navarra es, seguramente, el único gobierno del mundo que, reconociendo que tiene dos lenguas, no hace nada por una de ellas. Nosotros, de todos modos, tenemos que seguir manteniendo nuestra actitud, porque estamos convencidos de que es la mejor. Y porque no nos queda otra.

- Desde el punto de vista práctico, ¿qué consecuencias puede tener el recorte presupuestario?

- El efecto puede ser dramático, pero si el euskera ha sobrevivido al franquismo, también saldrá de ésta. Van a ser tiempos duros, tiempos difíciles en los que corremos el riesgo de perder muchas cosas, pero se saldrá adelante como se ha hecho siempre en Navarra, con mucho esfuerzo por parte de la gente que apoya al euskera, con mucho compromiso personal y económico. En este momento, esa es la única vía que tenemos: defender la unidad de todos los euskaltzales, seguir adelante con políticas democráticas y estrujarnos el bolsillo para seguir manteniendo las cosas que hemos conseguido.

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- El recorte, pactado por UPN y PSN y apoyado también por CDN, ha suscitado muchas críticas pero, en general, la respuesta ha sido bastante mesurada.

- En Navarra ha habido y está habiendo una respuesta, pero está siendo una respuesta democrática, tranquila, yo creo que inteligente, por parte de todos. Si hubiéramos caído en la provocación, si hubiéramos escrito artículos incendiarios o dado ruedas de prensa insultantes, que no digo que no se las merezcan, habríamos caído en la trampa. Es cierto que nos están machacando, nos están insultando, nos están cercando, y estamos bastante callados, pero creo que tenemos que hacer de nuevo un esfuerzo de prudencia, de paciencia democrática. Vamos a darnos tiempo y a seguir defendiendo lo que defendemos, y estoy convencido de que los efectos y los resultados de esta política de contención prudente se verán a más largo plazo. Ahora que estamos empezando a superar la primera fase de incredulidad y sabemos dónde nos encontramos, no estamos dispuestos a caer en el insulto ni en el enfrentamiento radical. Somos ciudadanos navarros comprometidos con el euskera y con el sistema democrático y, a través de una respuesta cívica, vamos a demostrar que quienes están equivocados son los que nos están haciendo esto.

- La legislatura, sin embargo, comenzó con decisiones, como la creación del Consejo Navarro del Euskera o Euskarabidea, que despertaron muchas expectativas.

- Así es, y aunque mucha gente decía que no iban a servir de nada, EKE valoró muy positivamente las dos cosas. Creíamos, y seguimos creyendo, que Euskarabidea es absolutamente fundamental y necesaria, aunque en este tiempo ha demostrado ser ineficiente e ineficaz. En cuanto al Consejo Navarro del Euskera, es cierto que sólo ha adoptado una decisión y que el Gobierno de Navarra no le ha hecho ningún caso. Todo eso demuestra para qué se han ido creando esos organismos, pero no significa que no sigan siendo necesarios. Es más fácil decir que no sirven para nada, pero lo que hay que hacer es conseguir que funcionen.

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- Otra novedad fue la firma de una 'Declaración de Voluntades' entre los gobiernos vasco y navarro, hace casi un año. ¿Percibe que ha dado algún fruto?

- Cuando se firmó esa declaración de intenciones todos lo vimos con muy buenos ojos, porque parecía que las cosas iban a cambiar. Parecía que había desaparecido uno de los grandes impedimentos para que se pudieran hacer políticas comunes entre las dos comunidades en materia lingüística, que era la presencia de un partido nacionalista en el Gobierno Vasco. Sin embargo, hemos visto que no se ha avanzado nada. En cierto sentido, también es un reto para el Gobierno Vasco, que debería estar pensando en cómo hacer efectivas y reales las ayudas que aportaba a determinados organismos, como las ikastolas, sin escudarse en la «no injerencia» que defiende el Gobierno de Navarra para eliminarlas. Y debería hacerlo, sobre todo, porque la política que está llevando el Gobierno de Navarra no es una política de normalización. Además, el Gobierno Vasco tiene que tener en cuenta que esa política de no normalización del euskera está siendo apoyada por correligionarios del Partido Socialista de Navarra. Yo creo que ahí debería de haber una reflexión profunda y un acercamiento entre socialistas, porque el PSN está apoyando a un gobierno que no sólo no ayuda al euskera, sino que le pone piedras en el camino.

- ¿Hasta qué punto puede ser importante en la actual situación la colaboración que puede llegar de fuera de la Comunidad Foral?

- Yo creo que el trabajo lo tenemos que hacer fundamentalmente nosotros, pero con todas las ayudas que podamos conseguir. Nosotros, en concreto, somos una organizacion navarra, desde Navarra y para Navarra, pero eso no quiere decir que como buenos navarros no seamos buenos europeos y estemos dispuestos a recibir ayudas de donde vengan. De todos modos, una política lingüística realista en Navarra se tiene que hacer en clave propia, y nuestros problemas se tienen que resolver desde nuestra realidad. Hasta ahora, los experimentos de importación siempre han fracasado.

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