
JUANMA GOÑI
Miércoles, 20 de enero 2010, 04:53
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El Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca inaugurará el próximo mes de marzo una exposición en la que podrán verse varias obras realizadas por un artista tolosarra de principios del siglo XX: David Álvarez.
La exposición acercará la figura de un artista del que poco se sabe, pero que desarrolló una intensa labor como publicista, escultor y caricaturista en los años previos a la Guerra Civil. La exposición de Salamanca quiere complementarse con datos y obras del autor, o con información que algunos tolosarras pudieran aportar.
Pintor, ilustrador, caricaturista, publicista y escultor, Álvarez nació en Madrid en 1900, aunque su familia se instaló en Tolosa cuando contaba con seis meses de vida, según datos que nos aporta Mikel Lertxundi, comisario de la exposición salmantina. Pese a querer ser pintor, desde la década de 1920 estuvo muy ligado a la publicidad y a la ilustración, trabajando como dibujante para la empresa Graficas Laborde y Labayen, en la que produjo diversos carteles, anuncios y litografías decorativas.
Al margen de su trabajo en Laborde y Labayen, Álvarez desarrolló su propio procedimiento para grabar sobre una plancha de zinc. Mediante esa técnica realizó dos de sus obras más conocidas ('Txistulari y Sorgiña'), que aparecieron reproducidas en infinidad de publicaciones de la época. De forma paralela desarrolló una extensa producción de caricaturas, que expuso en varias ocasiones en Tolosa, San Sebastián y Pamplona.
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En Tolosa fue muy activo como dinamizador cultural y festivo. Miembro de la agrupación recreativa Piña Raku, participó en la organización de numerosas actividades relacionadas con los carnavales y los sanjuanes.
En 1930, se asoció con el pintor Gustavo de Maeztu, y juntos crearon la empresa Gustavo David, que iba a dedicarse a la edición de obras artísticas. Maeztu realizaría los diseños, Álvarez los grabaría y el empresario Pedro Doussinague los distribuiría. De todas formas, sólo llegaron a editar dos grabados juntos: 'Villa de Ibarra' y 'Anochecer en Ibarra'.
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A mediados de la década de 1930 Álvarez se trasladó a Madrid, donde, además de continuar ligado a la publicidad, trabajó para la editorial El Magisterio Español, en la que ilustró muchos libros de texto.
Con el inicio de la Guerra Civil se alistó en las Milicias Vascas y defendió Madrid del acoso de las tropas nacionales, llegando a ser capitán. En 1939 fue apresado y encarcelado en la prisión de Conde de Toreno, en la que trató al dibujante Pedro Antequera Azpiri, y un año después, en julio de 1940 fue fusilado tras ser condenado por un Consejo de Guerra.
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