Artium rinde homenaje póstumo a la creadora vitoriana. BLANCA CASTILLO
Vitoria

El Artium desvela a Juncal Ballestín

Artium acoge hasta mayo la exposición 'La vida como ejercicio' dedicada a la artista alavesa fallecida hace seis años

Sábado, 30 de enero 2021, 00:14

Recuperar la obra de una artista fallecida puede ser una labor complicada. En el caso de la alavesa Juncal Ballestín (1953-2015) a la que el museo Artium le dedica una exposición, ese proceso contaba con facilidades como las propias anotaciones que dejó la creadora y que se leen casi como un manual de instrucciones acerca del montaje de sus piezas. Pero también con una gran dificultad: el precario estado de conservación de buena parte de sus obras, algunas hechas con materiales perecederos.

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«Es una figura insustituible y poliédrica, además de fundamental para entender la práctica artística del País Vasco y España en las últimas décadas», señaló Beatriz Hérraez, directora del centro de arte contemporáneo acerca de esta muestra póstuma que se puede ver hasta el 23 de mayo en la sala A3 y ha contado con un trabajo del servicio de restauración de la Diputación de Álava. En 'La vida como ejercicio' se recuperan diferentes piezas en las que se subrayan su preocupación por la pintura y una aproximación a ella desde diferentes formatos. También cuenta con una serie de obras relacionadas con el acercamiento al mundo rural, cuando en los noventa se traslada a Otazu junto a su madre dejando atrás las clases de dibujo en un instituto público de Vitoria «Es un periodo de ascesis. No fue un retiro espiritual, pero se aleja de lo urbano para dedicarse enteramente a la práctica del arte», afirmaba Fernando Illana, comisario de la muestra al que le unía una amistad de más de 30 años. Illana dirigió la galería Trayecto, donde la artista expuso en 2005. En aquella presentación Ballestín dijo que le gustaba «representar la fragilidad porque la ilusión de perdurar tiene un punto de soberbia, de osadía».

Sin ánimo de llevarle la contraria, Artium inmortaliza sus huellas en esta reunión de pinturas, dibujos, instalaciones e incluso un vídeo. Ha sido posible gracias a la colaboración con Anesvad, ONG heredera del legado de la artista que trabaja en la lucha contra enfermedades tropicales en África. «Se cumple el deseo de que su obra siga agrupada», indica Illana. Da la bienvenida en la sala A3, 'Naturaleza muerta' (1986), una pieza en la que juega con esa idea de la obra pictórica. Dos cajas de fruta simulan un cuadro y en ellas, unos pantis doblados hasta dar con la forma de un limón se pitan de amarillo, mientras otros aparentan ser unas naranjas. Ballestín se refería a la pintura como «esa sustancia que mancha» desligada del lienzo tradicional para presentar sus brochazos en diferentes soportes. «Me considero pintora. He ido estudiando esa sustancia que mancha desde distintos aspectos», repetía.

Entre las múltiples lecturas de la obra se presta a la reivindicación feminista. En el propio caso de 'Naturaleza muerta' se puede entrever la crítica a la visión de la mujer como mera mercancía. Ese compromiso y activismo se reflejó en diferentes trabajos de diseño gráfico como parte del movimiento feminista. Un ejemplo de ello es el cartel ('Por una sexualidad libre para la mujer') del año 77 que se encuentra en otra sala del museo, dentro de la exposición 'Zeru bat, hamaika bide. Prácticas artísticas en el País Vasco'.

Este homenaje a Juncal Ballestín se enmarca a su vez dentro del compromiso del centro de la calle Francia por la recuperación y visibilización de creadoras que se encuentran «fuera de las versiones oficiales», señaló Herráez. En estos momentos, las tres grandes exposiciones temporales las protagonizan artistas mujeres -Moyra Davey, June Crespo y Juncal Ballestín-, algo inusual aún en el circuito del arte europeo.

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La mayor parte de las creaciones forman parte del legado de la artista que permaneció durante más de cinco años en su estudio en Otazu. El servicio de restauración de la Diputación de Álava ha trabajado para analizar y recuperar piezas. «Hay obras en la que desde la concepción se asumía el deterioro por lo que había que pensar si conservar con las marcas del paso del tiempo o restaurar», incidió Illana. Artium se encuentra en conversaciones para «custodiar las obras» con Anesvad y mantener su legado. «Nos encantaría», reconoció Herráez, reivindicando que es una artista homologable a creadores internacionales.

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