Otra forma de capturar el talento local

Sus sugerentes fotografías forman la serie 'Rojo y negro' y una de las tres muestras deque se puede ver en el Espacio Arte de la Fundación San Prudencio, un lugar abierto a la exposición de trabajos de artistas emergentes y amateurs. En las paredes cercanas del mismo espacio también se pueden ver 'Pandemus art', que reúne instantáneas de Sonia Prieto, y 'Rizoma I', óleos sobre lienzo y grafito de Eneko Arellano Arroyo, conocido como 'Eve'.

Estas obras forman parte de la «reinaguración» de un programa abierto a diferentes disciplinas artísticas que ha contado esta semana con un recital de poesía del poeta Juan Luz. En las instalaciones de la calle Dato se llevarán a cabo diferentes actuaciones gratuita como muestra de «apoyo al talento cultural local». No hay un rasgo compartido entre los tres creadores que exhiben hasta el 26 de noviembre, salvo las ganas de exhibir los trabajos desarrollados.

En el caso de Cassoma, la colección 'Rojo y negro' reúne retratos callejeros de ciudades como Washington DC, Baltimore, Amsterdam o Vitoria. Formado en realización de cine de la Universidad de Towson en Maryland (EEUU), Cassoma señala que su «primer amor» es la fotografía. Estos trabajos forman parte de un proyecto personal en el que lleva años trabajando. En sus diferentes viajes, la mirada se aproxima a la soledad de diferentes personajes.

También Sonia Prieto utiliza la cámara como herramienta creativa. En 'Pandemus art' reúne doce retratos. Con ella pretende plasmar «el momento en que se congelaron nuestras vidas», apunta. De la desazón hasta la esperanza, que «siempre va con nosotros, guitarra al hombro», afirma en referencia a ese retrato sonriente de un joven que carga con su instrumento. Se puede interpretar como un adiós a los momentos más duros de la pandemia y una reivindicación de las artes. Las lecturas son múltiples. «Con estos retratos artísticos trato de expresar cómo viví yo el hecho de estar confinado desde la oscuridad a la luz hasta cuando se decretó el 'desconfinamiento'», dice Prieto, comunicadora visual que había expuesto anteriormente en la Escuela de Artes y Oficios. También la pandemia hizo que algunos proyectos quedaran en el aire como 'Solo ellas', otro trabajo que no se llegó a exponer debido al confinamiento.

Otra forma muy distinta de trabajar sus composiciones tiene Eneko Arellano. Frente al carácter documental de las instantáneas de Prieto y Cassoma, lo suyo tiene que ver con una «fuga de imágenes que superan lo imaginado». Gracias a la iniciativa de abrir a los creadores cercanos este espacio se ha podido estrenar. «Esta es mi primera exposición desde que empecé a pintar en el 2018 de manera autodidacta y sin formación ninguna», reconoce Arellano, que también es aficionado a la poesía.

Con llamativos colores, su obra se diferencia por los llamativos tonos empleados que se ligan a la psicodelia. «Es un universo multidimensional en el que las figuras deciden fundirse y las imperfecciones del lienzo se familiarizan con la lira de la paleta», explica acerca de una selección de cuadros. Para hablar de su obra echa mano de ese aire literario y apunta que sus creaciones son «un lugar sin puntos de terminación, compuesto de posibilidades que se cruzan». En su caso, el surrealismo marca el pulso cada vez que coge el pincel. Al igual que el resto de artistas aficionados, confía en que esta pequeña muestra sea la primera de muchas.