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A. U.
Leintz bailara.
Jueves, 7 de marzo 2024, 01:00
Aresko Emakume Martxa cumple este domingo su sexta edición con sus objetivos iniciales intactos: reivindicar el papel de la mujer en el deporte, fomentar actividades conjuntas entre Eskoriatza y Aretxabaleta, y colaborar con grupos y movimientos sociales de ambos municipios, como es el caso ... del movimiento feminista.
Con el lema 'Emakumeok bidea eraikiz' la marcha saldrá desde Aretxabaleta y tras un recorrido de entre 4-5 kilómetros que los participantes realizarán caminando, llegará a Eskoriatza una hora después, donde habrá avituallamiento y diferentes actividades. Y como es habitual, Aresko realizará un doble homenaje, uno en cada localidad antes y después de la marcha. De esta manera, en la salida, que tendrá lugar a las 12.00, se rendirá tributo al que puede considerarse primer equipo femenino de la UDA y en la llegada, prevista hacia las 13.00-13.15, a la deportista eskoriatzarra Rosa Lasagabaster. La elección, en ambos casos, llega tras la invitación que lanza Aresko a los padres y madres de las jugadoras para que sugieran sus propuestas.
Desde Aresko recuerdan que en el año 1970 y con el objetivo de recaudar dinero para las ikastolas se organizaron tres partidos de fútbol con equipos femeninos. El primero de ellos lo disputaron las jugadoras de Aretxabaleta contra las de Oñati en el campo de Ibarra. Se jugó a las cinco de la tarde y los participantes recuerdan que fueron muchos los vecinos que se acercaron de ambas localidades. Con aquel encuentro recaudaron 25.000 pesetas, una cifra nada desdeñable en aquella época, que se destinaron a la puesta en marcha de las ikastolas. El domingo se reconocerá a quienes estuvieron involucrados en aquel equipo: Loli Mayoral, Mila Agirre, Consuelo Zubizarreta, Arantxa Akixu, Aurora Aranzabal, Mari Karmen Olabe, Mari Elena Azkoitia, Elena Arrese, Karmentxu Usandizaga, Mari Asun Mendieta, Esther Letamendi, Itziar Errasti, Ana Rosa Etxebarria, Mila Urzelai, Javier Urreta, Javier Urzelai.
En Eskoriatza la figura escogida este año ha sido la de Rosa Lasagabaster Armendariz (abril, 1971). Desde Aresko explican que cuando se pusieron en contacto con ella para informarle de que había sido elegida para distinguirla en la sexta edición de la Aresko Martxa, lo agradeció pero que «nos dijo que nos lo pensemos, que hay más mujeres... Incluso nos propuso otra candidata que seguro hubiera sido también merecedora de este homenaje». Pero en Aresko lo tenían claro.
«En lugar de ir enumerando su currículum, Rosa nos contó una historia, su historia... –recuerdan–. Vivir en un entorno rural marcó sus primeros años de vida, estrechamente ligados a la montaña. En primer lugar, por necesidad: ayudar en el caserío. Y en segundo lugar, por afición: disfrutar del entorno natural». De esta forma, desde su inicio, la competición surgió en casa, «entre hermanos que jugaban, se peleaban, competían...» En este sentido, agradece profundamente a sus padres, el aspecto lúdico que fomentaron en el caserío durante la década de los 80 y cómo le facilitaron el poder participar en los deportes colectivos del colegio y posteriormente en el club de Eskoriatza. Recuerda la canasta y el parque que sus padres les pusieron para jugar.
En una etapa posterior, estuvo en otros clubes cercanos: baloncesto, voleibol, fútbol y balonmano. «Un gran regalo» de sus padres, reconoce. Fue cuando salió a estudiar fuera cuando se inició en los deportes individuales: atletismo (salto de longitud y carreras de 100 y 200 metros), y posteriormente en ciclismo y ciclocross. Se especializó en balonmano y allá por 1995, a pesar de su juventud, comenzaba una etapa de unos 5 años, como entrenadora de un equipo masculino de nivel nacional en Arrasate.
En el año 2000 logró una beca y durante un año se marchó a trabajar en un club de montaña en Estados Unidos. «Fue allí donde, sin saberlo, comenzó su trayectoria en las carreras por la montaña –recuerdan desde Aresko–. La distancia entre los refugios se debían recorrer a pie, y los días libres eran para explorar largas distancias en solitario, a través de bosques maravillosos e inmensos».
A su regreso, en 2002, coincidiendo con la primera edición de Zegama Aizkorri, se atrevió a participar y logró una espectacular victoria. En aquella época Pilar Arriola era la referente. «Sin esperarlo, aquel triunfo marcó el inicio de casi dos décadas ligada por completo a las carreras por montaña, una pasión que siempre ha llevado en el corazón».
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