AGUSTÍN ÁLVAREZ. La creatividad, la belleza, la naturaleza, la danza... nos equilibran y positivizan. Sobre todo, nos hacen ir a la fuente y a la pureza de las cosas. Cuesta, pero merece la pena. El enraizamiento con la naturaleza sin perder de vista la naturaleza ... humana profunda, la meditación, la religión coherente, algunas prácticas bien llevadas como el Tai-Chi, el Yoga... y ser uno mismo (intentarlo) desde dentro, desde el sentir, desde el cuerpo y sobre todo, el corazón. No es fácil, pero no hay otra. Encontraremos dificultades, pero también pistas en el camino. Para ello, es importante compartir el camino con alguien, ello nos da fuerza, alegría y empatía con el cielo, la tierra y el corazón humano, en definitiva. Es un camino quizás largo, pero que da sentido a todo: a las luces y a las sombras. Esto nos lleva o nos acerca mucho a la realidad. «La verdad os hará libres» (Jesús).
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