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«La fe ha sido la herencia más hermosa que me dejó mi amona María Teresa»La parroquia San Martín de Tours ocupa un lugar importante en la vida de Borja Prieto Esnaola. En ella recibió el bautismo, la primera comunión y la confirmación, ha despedido a la mayoría de sus seres queridos y será ordenado sacerdote por el obispo de ... San Sebastián, Fernando Prado Ayuso, el día de San Miguel, 29 de septiembre, a las seis de la tarde.
Nace así un nuevo párroco, en unos tiempos en los que pocos deciden dar este paso. Urretxuarra, de 34 años, afronta como primer destino la parroquia de Alegia, en cuyo radio se moverá para atender a otras once parroquias del entorno como las de Amezketa, Abaltzisketa y Orendain.
La fe siempre ha estado presente en su vida «de una u otra manera», cuenta. Desde pequeño le fue transmitida en casa. Alumno del colegio La Salle, pasó a realizar el bachillerato en el instituto José María Iparraguirre y de allí, a estudiar un grado superior de Integración Social en el colegio de la Inmaculada de Tolosa. Llevó a cabo sus prácticas en la Fundación Goyeneche, dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, y al terminarlas, se quedó como voluntario en la sede que la propia Goyeneche tiene en Ordizia durante cinco años. Entre tanto, le surgió un trabajo como guía turístico en la parroquia San Martín de Tours, desde la cual, después, pasó también a conducir visitas en las iglesias de Zumarraga y Ezkio.
Fueron tiempos especialmente creativos para Borja. El urretxuarra y otros tres amigos historiadores que habían terminado recientemente sus estudios como él, crearon la asociación cultural Gure Iragana para ahondar en la vida e historia pasada de los pueblos del Alto Urola y el Goierri. Escribieron juntos un libro, 'Ipeñarrieta, un linaje al servicio de los austrias', publicado por el Ayuntamiento de Urretxu, en el que realizaron una investigación histórica, arquitectónica y social sobre el palacio Ipeñarrieta de Urretxu coincidiendo con el 400 aniversario de su mayorazgo.
A los 27 años, Borja entró al Seminario Diocesano de San Sebastián. Tras una formación de seis años a través del mismo en Pamplona, en septiembre del pasado 2023 fue ordenado diácono, paso previo al sacerdocio. Desde entonces, ha ayudado en las labores pastorales a José Ignacio Eguzkitza, párroco de Alegia que pronto pasará a ocuparse de la parroquia de Azpeitia y al que Borja tomará el relevo. A falta de once días para su ordenación, el joven relata que «no está nervioso, pero lo estará».
El último urretxuarra ordenado sacerdote antes que Borja fue el pasionista David Arranz, hace ya diez años, en 2014.
– Aunque suene recurrente, me toca preguntarle qué le motivó a dar este paso.
– Provengo de una familia cristiana, ha sido algo natural en mi vida. Aunque como muchos, a los dieciséis años no acudía a misa todos los domingos, la fe siempre ha estado ahí. Cuando tenía 22 años, el fallecimiento de mi amona María Teresa supuso un 'zartako' para mí, me hizo replantearme qué era lo que yo buscaba en la vida. Sentí que la fe es la herencia más hermosa que he podido recibir de mis antepasados y al mes de haber perdido a mi amona, tuve el impulso de volver a la parroquia el domingo, como tantos otros domingos que la acompañé a misa. Comencé a participar en la eucaristía dominical y un día, el cura me propuso tomar parte en una de las celebraciones de Semana Santa leyendo una de las lecturas. Le dije que sí. Después, también empecé a dar catequesis y a limpiar la parroquia con el grupo de mujeres que realizan esta labor voluntariamente. A ello se sumaban las visitas que por entonces ofrecía como guía en la misma parroquia. Eran muchas horas dedicadas a la iglesia y llegó un momento en el que el párroco de entonces, Iñaki Akizu, me preguntó si me había planteado alguna vez dedicar mi vida a ello.
– Cuenta que aquella pregunta tuvo tal impacto en usted que no pudo dormir tranquilo durante los próximos diez meses.
– Así fue, hasta que tomé la decisión de entrar al seminario. A partir de aquella pregunta empecé a hablar con otro sacerdote joven, el zumarragarra Imanol Prieto, actual párroco de Bergara. Comenzó a dirigirme espiritualmente, en siete meses pude ver junto él todas las labores que realiza un párroco, desde la celebración de la eucaristía, hasta la visita a las personas enfermas, la catequesis con los niños, la pastoral familiar... Me quedé muy sorprendido. Celebrar la eucaristía es el culmen, pero esa misma eucaristía, que es una acción de gracias, te empuja a estar con las personas también fuera de la iglesia, a preocuparte por ellas, a atenderlas y escucharlas.
– Qué importante es escuchar...
– Muchísimo, yo diría que muchas veces, el 90% de lo que una persona busca no es tanto un consejo, sino ser escuchada. Vivimos un momento en el que materialmente podemos estar sobrepasados de tanta cosa que tenemos, pero luego, no contamos con nadie que nos escuche atentamente, mirándonos a los ojos y haciéndonos sentir importantes y que importa lo que nos sucede.
– Un día Imanol Prieto le indicó que ya le había enseñado todas las funciones de párroco y que la decisión era suya...
– Me dijo que tenía que ver si sentía la llamada y la vocación. «Solamente puedes saberlo tú, decidiendo libremente», fueron sus palabras. Entré al seminario y fui viendo a través de las distintas experiencias de esos años lo que Dios quería de mí. Saber que tiene preparado un camino para cada uno de nosotros es lo que más me asombra, hallarlo es la asignatura de vida de todos. Cuando lo haces te sientes satisfecho, feliz, pleno, tienes preocupaciones y problemas como cualquier persona, pero los afrontas desde la tranquilidad y la confianza de estar en tu camino. A menudo vivimos de prisa y entramos en un guión sin pararnos a pensar si es el nuestro. Estudias una carrera, encuentras trabajo, te casas, tienes familia, viajas... Todo ello está muy bien para algunas personas, pero para otras tal vez no. Entonces llega el vacío, las crisis personales... que en realidad, son una oportunidad para ver dónde estamos y si es nuestro sitio.
– ¿Hay algún mensaje que le gustaría trasladar?
– Me parece muy importante recordar que Dios nos quiere felices y para ello, nos propone un plan a cada uno de nosotros en la vida. Encontrar aquello a lo que has sido llamado es el mayor regalo, un don que Dios te otorga, un camino que tienes que hallar libremente. Te pueden ayudar, pero tú eres quien debe dar con la respuesta.
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