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FCO. JAVIER AGUADO GOÑI
Viernes, 15 de julio 2022, 00:04
El trabajo principal de Mikel Babiano López de Sabando (Urretxu, 1985) se desarrolla en la UPV/EHU, como docente en el área de alemán (Departamento de Traducción e Interpretación y Filología Inglesa y Alemana, Vitoria, campus de Álava). Como traductor y corrector, en los últimos años ha trabajado en diversos proyectos: un libro para el Gobierno Vasco sobre las escritoras en la literatura vasca (de la autora Tere Irastortza, publicado en 2021) y material didáctico (libros digitales de Educación Primaria) para la editorial SM, a través de la empresa urretxuarra IKTon. También ha preparado una antología de poesía vasca, traducida al alemán y publicada en Austria hace poco. Miembro del equipo de dirección de EIZIE hasta 2021 (asociación de traductores, correctores e intérpretes del País Vasco).
En cuanto a su labor de investigación sigue con la tesis sobre literatura y traducción. Ha escrito un artículo para la revista SENEZ, que publica anualmente EIZIE. El artículo trata de la traducción de la novela 'Momo' de Michael Ende (libro que tradujo al euskera que publicó junto a otros autores en la editorial Santillana hace un par de años). Ha escrito un segundo artículo para la Universidad de Colonia (trata sobre la literatura vasca traducida al alemán). Le gustaría dedicar más tiempo a otro artículo sobre la figura de Zumalakarregi en la ficción en euskera. Como lo de estar quieto no va con él, también estudia el grado de Historia del Arte en la UNED y ya está en su tercer curso.
El tiempo libre lo dedica a leer, escuchar música, escribir... «esas actividades me ofrecen la posibilidad de entender mejor la situación actual y a nosotros mismos. Y cómo no pasear y tomar algo con los amigos». Es un apasionado de la cultura y el patrimonio con que contamos y opina que «hay que motivar a la gente a valorar (y proteger) mejor lo que nos rodea».
–¿Cuándo empezó tu interés por la traducción?
–Desde el mismo momento en que en el instituto tuve contacto con las lenguas. Aprendí euskera, castellano, inglés, en Bachillerato también francés...
–¿Los idiomas abren o cierran y nuevas posibilidades?
–Depende de cómo y para qué lo uses, personalmente pienso que las abren. Un idioma te permite conocer gente, viajar, trabajar, te abre ventanas. Pero también pueden cerrarlas si se usan como arma arrojadiza. El mundo y las cosas se ven con lentes mucho más diáfanas y de diferentes maneras. Los idiomas te pueden liberar o encarcelar. Cada idioma te proporciona un formato para intentar entender el mundo.
–¿Es acertado entonces pretender que en las escuelas ofrezcan educación en cuatro idiomas?
–Creo que está bien, pero con cabeza. Me parece importante valorar lo que tenemos y en eso debería ser primordial el euskera y castellano. Tengo la impresión de que el enfoque no es el más correcto. No debería hacerse por moda o agendas europeas, sino atendiendo a factores tales como recursos, preparación de los docentes o estrategias que respondan a las necesidades que tenemos, nunca como fe ciega porque se puede generar rechazo, mientras que lo que hay que procurar es motivar.
–¿En qué sentido?
–Los idiomas tienen que contactar con la realidad de la población escolar, de lo contrario no conseguiremos nada. Tienen que gustar, que inspirar. Si te obligan a algo y no tiene sentido, no se conseguirá nada y un alumno tras quince años tendrá un idioma académico y no lo hablará. Hay que buscar métodos atractivos que te lleven a conectar con la realidad, si no, no tiene sentido.
–¿Todo el mundo puede aprender una lengua?
–Rotundamente sí. De hecho, aprendemos lenguas inconscientemente desde que nacemos. Solo que el aprendizaje consciente requiere de otras estrategias.
–¿Hay una edad mejor que otra?
–«Todos los niños son genios», decía Oteiza y luego se van atrofiando porque los vamos conduciendo por unos senderos, alejándolos de otros... Puedes abarcarlo todo de pequeño, pero nos centramos en algunos puntos del firmamento y prescindimos del resto, aunque siga estando ahí. Lo mismo pasa con los idiomas. Desde pequeños nos centramos en unos, pero eso no significa que no podamos aprender otros. Además, un idioma tiene muchas facetas (expresión escrita, oral, gramática, vocabulario...) y puede que no todas se adquieran a la primera, pero un idioma tiene muchas facetas y puede que no todos lo aprendan a la primera, pero la motivación y la necesidad resultarán decisivas para conseguirlo.
–¿Qué es lo que te apasiona de los idiomas?
–Volviendo a la faceta creativa, te permite jugar, crear otros mundos, conocerlos, disfrutarlos, ampliar horizontes, son como puzzles con piezas que puedes combinar a tu gusto.
–¿Qué recomendaría a quien está pensando en estudiar un idioma?
–Que no se agobie. Que se marque objetivos a corto, medio y largo plazo. Que pierda el miedo y el prejuicio. Será como un viaje a otro mundo y será una bonita aventura. Ha de ser consciente de los recursos, el tiempo, los medios y la constancia que va a emplear, además de la disciplina personal.
–¿Qué planes tiene?
–Estoy muy volcado en el arte y mi tesis doctoral sobre traducción y literatura y me gustaría dedicar más tiempo a la escritura creativa.
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