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Hasta mediados del siglo XIX Santa Lucía fue inequivocamente una feria celebrada en Urretxu.
Una tradición que se remonta al medievo
Urretxu

Una tradición que se remonta al medievo

Santa Lucía ·

. La feria que se celebra este 13 de diciembre cuenta con una larga historia, desde sus inicios en Ezkio hasta la organización conjunta entre Urretxu y Zumarraga

Ion M. Taus

San Sebastián

Viernes, 9 de diciembre 2022, 22:49

La feria de Santa Lucía, como otros mercados de diciembre del País Vasco, hunde sus raíces en la Edad Media, siguendo la tradición centenaria de ganaderos y agricultores, que acudían de manera espontánea a las plazas, cruces de caminos, lugares con vías fluviales y, en general, lugares estratégicos por la afluencia de gente, a ofrecer sus excedentes de producción en días festivos señalados. A dicha función se añadía la de intercambio de experiencias y conocimientos, relación con otras gentes, etc.

  • 1727 En esta fecha varios vecinos de Urretxu solicitaron la autorización necesaria para que la feria pudiese celebrarse en su villa. Ante dicha solicitud, Felipe V otorgó una Real Cédula.

En el caso concreto de la feria de Santa Lucía, se trata de una de las ferias agrícolas y ganaderas más importantes de Euskadi, que presenta importantes concursos de ganado y de productos agrícolas. Sin embargo, a pesar de ser una de las ferias vascas de mayor tradición, desde fechas inmemoriales que se hunden en lo profundo de la Edad Media, hasta principios del siglo XVIII, se celebró en Ezkio, junto a la ermita de Santa Lucía. Llevaba ya en marcha un buen número de años cuando fue evidente para una serie de personalidades que no habia infraestructura o 'servicios' idóneos en aquel lugar, totalmente descampado. A eso se añadió que, en el año 1726, en 'Santa Visita Pastoral' del Obispo de Pamplona, al oír este que, a causa de las frías noches, hombres y mujeres se tenían que resguardar en el interior de la ermita, con el «consiguiente peligro espiritual», decidió solicitar de las Juntas Generales de Gipuzkoa que prohibiera dicha feria, a lo cual accedieron las Juntas Generales de Ordizia en 1726.

Real Cédula de Felipe V

Tras aquella prohibición oficial, varios vecinos de Urretxu vieron una oportunidad y solicitaron la autorización necesaria para que la feria pudiese celebrarse en su villa. Ante dicha solicitud, Felipe V otorgó una Real Cédula el 27 de Mayo de 1727 concediendo el permiso.

Desde entonces y hasta mediados del siglo XIX, es decir, durante más de 200 años, Santa Lucía fue inequivocamente una feria celebrada en Urretxu, pero a partir de mediados de ese siglo, Zumarraga empieza a ver como se instalan puestos en su territorio municipal. Por ejemplo, en 1868, Justo Artiz presentó una exposición de peines en los bajos del Ayuntamiento). A pesar de las protestas oficiales de Urretxu, y dado que la feria se celebraba fundamentalmente en la 'cuesta de Villarreal', Zumarraga vió aumentar poco a poco los puestos que se ponían en la calle Zubiaurre (Kalebarren), extendiéndose también por las calles Piedad y Bidezar. Pero lo que así comenzó fue tomando visos de consolidarse cuando Zumarraga empezó a ofrecer buenos lugares para instalar puestos de feria, e incluso, poco a poco, se llegó a instalar el ferial de ganado ( la Avenida Urdaneta pasó a ser en la segunda mitad de este siglo un lugar idóneo).

Para hablar de los inicios de la Feria de Santa Lucía organizado entre los municipios de Urretxu y Zumarraga hay que remontarse hasta 1966-1967, ya que por aquel entonces es cuando se decidió celebrar la Feria de Santa Lucía el 13 de diciembre conjuntamente. Aquella fusión entre iguales no se pudo llevar a la práctica en el ámbito del estricto derecho, pero sí que supuso un punto de inflexión de las relaciones de Zumarraga y Villarreal de Urrechua en el futuro.

Organización conjunta

Ya desde 1994 Urretxu y Zumarraga trabajan en colaboración para organizar esta feria que se extiende y a la vez convierte en un único recinto ferial los dos núcleos urbanos. Las características que distinguen a esta feria son la abundancia y variedad de productos, así como su calidad. Se puede encontrar todo tipo de productos y todos los años atrae a miles de visitantes. Además no falta la música, herri kirolak, partidos de pelota, el rally fotográfico y exhibiciones de perros pastor.

En la actualidad se celebra conjuntamente en Zumarraga y Urretxu en una jornada llena de ambiente festivo, y siempre el 13 de diciembre. El hecho de poder celebrar la feria de Santa Lucía desde una perspectiva compartida entre las dos poblaciones hace más rica a una feria con una tradición centenaria y que nació, sin duda, como un intento de aunar culturas a través de los intercambios comerciales, y también hace mejores a los zumarragarras y urretxuarras del presente , pues juntos podemos hacer mejor las cosas que de forma separada.

Actualmente las ferias y mercados conservan parte de aquella función original, pero han cambiado completamente. Además de centro de ventas y exposición o concurso, se convierten en un gran escaparate del mundo rural, todo ello en un marco donde predomina el ambiente festivo, el colorido y el bullicio.

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