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MARISOL FERNÁNDEZ
ZUMARRAGA.
Viernes, 30 de abril 2021, 00:15
«Con mucha ilusión», así recibió ayer Asier Martín el pequeño homenaje que le rindió el Urola por haber alcanzado los 300 partidos ... con el primer equipo del club amarillo. El zumarragarra lo consiguió el pasado fin de semana y entró a formar parte de un selecto grupo integrado solo por otros cuatro jugadores: Iñaki Aranzadi, Matías Sánchez, Iñaki Ibarzabal y Ander Badiola. Este último recibió un homenaje similar el pasado mes de marzo.
«Para mí esto es algo espectacular. Me hace muchísima ilusión. Entrar a formar parte de la historia del club en el que he estado toda la vida es algo increíble», asegura el delantero. Y es que Asier Martín, de 31 años, empezó a jugar en el Urola «con diez u once años» y a los quince ya debutó con el primer equipo. De hecho es el jugador que más temporadas ha disputado con el primer equipo a lo largo de sus 50 años de historia. Lleva quince. El zumarragarra ha desarrollado toda su carrera en el Urola, excepto unos meses que militó en las filas del Lagun Onak, de Tercera División.
«El Urola es mucho más que fútbol. A mí me ha dado grandes amigos, amigos para toda la vida. Entré con Ander Badiola y Markel Oruesagasti y veinte años después seguimos los tres, eso quiere decir algo. El club, además de lo deportivo, también te da una educación y una formación», destaca.
Asier Martín ubica uno de los mejores recuerdos de toda su trayectoria en la jornada de su debut. «Me hizo debutar Iñaki Eskisabel, el mismo entrenador que después me llevó al Lagun Onak. Mi hermano Oskar también jugaba en el Urola y fue precisamente él quien me dio el pase para que yo marcarse mi primer gol con el primer equipo. Tengo muy buen recuerdo de ese día». Además, al echar la vista atrás, también destaca los cuatro ascensos que ha tenido oportunida de vivir. «Es algo muy bonito».
Por el contrario, «como para todo deportista, lo peor son las lesiones. He tenido dos muy graves. En 2015 me rompí el ligamento cruzado de la rodilla y parte del menisco. Nadie se esperaba que volviese a jugar, pero como soy un cabezota a los 6 o 7 meses volví. Tuve la mala suerte de, dos años después, en 2017, romperme la clavícula en un partido». Y también se volvió a reincorporar el equipo. «Yo sabía que una lesión no me iba a retirar del fútbol». Él mismo se define como «un friki del fútbol. Me apasiona». En el campo es «rápido y he marcado muchos goles. No destaco por el juego aéreo porque soy bajito, pero soy una guindilla, un incordio para el contrario», explica.
De cara al futuro, no lo tiene claro. «Ya tengo una edad, aunque si me siguen respetando las lesiones... No sé, a ver cómo termina la temporada, que está siendo muy rara. No obstante, si no es como jugador, me gustaría seguir ligado al club como entrenador, preparador físico o echando una mano en lo que sea. Quiero agradecer todo lo que me ha dado el Urola. Hay mucho trabajo que no se ve, sacar adelante el club conlleva muchas cosas», afirma.
Así, Martín da las gracias a «todos los entrenadores que he tenido, al masajista, que ha tenido que estar mucho tiempo conmigo, a los delegados, a la directiva y a los jugadores con los que he estado todos estos años». Asimismo, da las gracias a «mis padres y a mi hermano pequeño que con lluvia, frío, calor... jugando en casa o fuera, siempre han acudido a los partidos».
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