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A.E.
Sábado, 2 de abril 2016, 00:29
La Unidad Canina de Rescate y Salvamento (Ucas) Arrate dedica su labor también a la búsqueda de desaparecidos. El pasado año intervinieron en un total de nueve desapariciones, además de en múltiples entrenamientos y en otras actividades de difusión. Inicialmente, su trabajo estaba más centrado en entrenar perros, para encontrar en el menor tiempo posible a las víctimas que pudieran quedar sepultadas bajo escombros, desprendimientos, estructuras colapsadas, deslizamientos del terreno, o simplemente extraviadas en el campo o montaña. No obstante, desde Ucas de Arrate se viene prestando apoyo para abordar una acción más, de carácter solidario, como es la búsqueda de personas desaparecidas.
Desapariciones.
Ucas lleva a cabo acciones diversas, como la localización de personas sepultadas, pero ahora incorpora un trabajo más con sus perros, como es el dar con el paradero de personas desaparecidas.
Altruista.
Por medio de esta iniciativa Ucas no cobra ningún dinero.
Teléfono.
Los familiares de personas desaparecidas pueden llamar al teléfono 629894590, en donde recibirán ayuda desde Ucas. El pasado año abordaron nueve desapariciones.
Un total de once personas colaboran con Ucas. Esta entidad dispone de cinco perros, de los que dos están operativos y tres son cachorros en iniciación.
La localización de personas desaparecidas requiere la pronta llamada de la familia necesitada al dispositivo de búsqueda, en el teléfono 629894590, para llevar a cabo el trabajo de búsqueda del familiar desaparecido. Junto a ello, los componentes de Ucas trabajarán con el rostro específico y únicamente solicitan una prenda que haya tocado en último lugar la persona desaparecida, para iniciar así con sus perros la búsqueda. «La llamada es fundamental. En un sitio como Eibar, con mucha lluvia, se pierden muy rápido los rastros. Por ello, es necesario que se consiga dar cuenta de la desaparición lo más rápido posible». A partir de ese momento, el perro puede seguir el camino del desaparecido hasta llegar a su lado. A lo largo de los últimos meses, los miembros de Ucas han desarrollado un amplio trabajo de localización de desaparecidos. «Nuestros perros no han llegado a localizarlo, pero sí han indicado a las unidades de trabajo la zona sobre la que se tenían que mover».
Servicio de ayuda
Este trabajo de Ucas tiene un carácter altruista al no cobrar «absolutamente nada» a la familia del desaparecido. «Disponemos de un fondo para costear este tipo de cuestiones en lo relacionado con los gastos de los componentes voluntarios y sus perros. Somos un servicio de ayuda. No cobramos nada por sacar a nuestros perros», señala Valeriano de la Calle.
Ayudados por las extraordinarias dotes olfativas de los perros, que son capaces de detectar el olor de una persona a varios metros de profundidad, desplazarse durante el día o la noche con verdadera maestría, haga frío o calor, llueva o nieve, estos equipos son una herramienta imprescindible, con una eficacia más que probada. «El trabajo que desempeñan los perros en este tipo de siniestros, la pasión que sentimos hacia ellos, y las ganas de ayudar al prójimo, hizo que nos interesáramos por esta labor, y después de mucho tiempo de dedicación, consiguiéramos alcanzar nuestros objetivo». Estos equipos considerados de élite en todo el mundo, requieren de una inversión muy elevada en tiempo y en material para su preparación.
Desde la elección de los perros, hasta el protocolo de actuación en un siniestro, están programados para obtener el máximo rendimiento en el mínimo tiempo posible. Hay que tener en cuenta que la vida de las personas depende en la mayoría de los casos de la rapidez y la eficacia con la que los equipos de salvamento localizan a las víctimas, ya que cada segundo es vital para aquellos que se encuentran sepultados o extraviados. La unidad está inscrita en el registro nacional de asociaciones, y cuenta con rango para moverse por todo el territorio español.
Pero todo ello se consigue con la celebración de pruebas de entrenamiento, más de 30 al año, e incluso algunos simulacros de búsqueda. «Se trabaja en zona de escombros e incluso con humo y con ruido. Nuestros perros no están acostumbrados y tenemos que ver qué tal trabajarían así».
Rescate real
Uno de los aspectos importantes de estos simulacros es conseguir que las condiciones sean lo más parecidas a un rescate real. «Se comienza con la búsqueda de las víctimas por los perros, seguidamente entrarían en acción los bomberos con equipos de microcámaras y sensores, y se daría paso a la extracción de la víctima, si fuera necesario penetrando en el hormigón con el trabajo que ello necesita. Nosotros hacemos una localización de la zona de trabajo sobre la que van a trabajar» explica De la Calle.
Catástrofes como terremotos o desprendimientos hacen que la importancia de contar con equipos preparados quede patente. Sin embargo, el entrenamiento no es sencillo ya que los simulacros requieren fábricas abandonadas, zonas de escombros, etcétera.
A ello se suma la necesidad de variar los escenarios con el fin de que los perros no asocien el rescate a un lugar determinado. Así, las jornadas que organizan sirven para compartir experiencias entre distintos colectivos que pueden colaborar en caso de que se produzca un siniestro.
Finalmente, cuentan con una delegación en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, al tiempo que están recibiendo múltiples reconocimientos desde los ayuntamientos de otros lugares por las colaboraciones que vienen realizando.
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