PPLL
Miércoles, 20 de julio 2016, 00:35
Una visita al interior del inmueble permite conocer el buen estado del edificio tras ser abandonado por las monjas hace siete años. En una dependencia se puede ver la imagen de una virgen que aloja en el pecho hasta tres impactos de bala, de cuando la Guerra Civil, y que ha sido conservado por las monjas. Se contabilizan 26 habitaciones, muy modestas, que alojaron a las religiosas y dispone, incluso, de un cementerio que acoge a 16 monjas fallecidas.
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El conjunto dispone de una gran huerta con todos los utensilios de labranza, así como de muchos árboles frutales en medio de una gran vegetación. En un parte de la huerta quedó desmantelado su lavadero, pero sus piedras se conservan, así como la capilla, a la que no se le ha quitado su carácter sacro, con sus figuras, altar y coro. «Hemos sido objeto de algún intento de robo y su conservación supone una dura tarea que vamos a seguir haciendo», afirma Cristóbal. A lo largo de todo el recinto se puede ver incluso un importante número de balones de fútbol que no han sido recuperados, sin que nadie se ocupe de su retirada.
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