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El interior de la iglesia del Carmen se convirtió en una pequeña piscina debido a la crecida del Deba.

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El interior de la iglesia del Carmen se convirtió en una pequeña piscina debido a la crecida del Deba. FOTOS AITOR
Elgoibar

Altzola se llevó la peor parte de la crecida del río Deba en Elgoibar

La aguas desbordaron su cauce la madrugada de ayer provocando la inundación más grande desde las históricas riadas de 1983 y 1988

AITOR ZABALA

ELGOIBAR.

Sábado, 11 de diciembre 2021, 00:31

La crecida del Deba afectó principalmente a locales y garajes situados en la zonas del casco urbano más próximas al río, pero fue Altzola el barrio de Elgoibar en el que sus consecuencias fueron más graves. Lo cierto es que los vecinos de Altzola están acostumbrados a ver cómo el Deba se sale de su cauce y anega distintas zonas del barrio, en particular la Alameda del Balneario, donde su ubica la planta embotelladora de Aguas de Alzola, víctima ayer también de la crecida. De hecho, raro es el año que no viven una situación de este tipo, pero nadie recordaba una inundación tan grande como la que les tocó vivir ayer desde las históricas crecidas de 1983 y 1988.

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La tarde del jueves el agua había llegado hasta la Alameda del Balneario, pero poco podían imaginar los vecinos que aquello no había hecho más que empezar. «Cuando nos fuimos a la cama, el río se había desbordado en ese punto como sucede en otras tantas ocasiones. No pensamos que la riada seguiría creciendo a lo largo de la noche y que inundaría otras zonas como la plaza del Carmen y el parque. Nos equivocamos. Llevamos treinta años viviendo aquí y nunca habíamos visto una crecida semejante», manifestó Alfonso, uno de los vecinos del barrio al que, al igual que a otros muchos, le tocó pasar la noche prácticamente en vela siguiendo las evoluciones del río.

Ese fue también el caso de Merche y Javi. Residen en la planta baja de la casa situada junto al puente de Altzola y sobre el mismo cauce del río Deba, por lo que vivieron la crecida desde primerísima línea. «Nos retiramos a descansar sobre la una de la madrugada, cuando el agua estaba en la alameda. Sobre las tres me levanté para ver cómo había evolucionado la situación y me encontré con que el agua anegaba la calle y estaba entrando en el portal. Hicimos una barrera con mantas, sacos y bombonas llenas y vacías pero el agua pasó al portal. Hicimos también una segunda barrera con una tabla y mantas en la puerta de casa para evitar que entrara en el interior y, por fortuna, en este caso conseguimos frenarla», manifestó Merche, mientras retiraba el agua que quedaba en el portal.

Según el relato de los vecinos, la crecida cobró fuerza sobre las cuatro de la madrugada y se mantuvo así hasta que empezó a clarear el día, momento en el que el nivel del agua empezó a bajar de manera paulatina. Una vez que las condiciones lo permitieron, los vecinos de las zonas menos afectadas se armaron de baldes, escobas y fregonas y comenzaron a retirar el agua y el barro acumulados en portales, locales y garajes. Otros, como los vecinos que habitan en la Alameda del Balneario, donde el agua alcanzó una altura superior al metro y medio en su momento más crítico, tuvieron que armarse de paciencia y esperar varias horas más para poder salir de sus casas.

Otro de los puntos afectados por la crecida fue la iglesia de Nuestra Señora del Carmen. A media mañana de ayer solo era posible acceder a su interior pertrechado con botas de agua ya que quedó convertida en una pequeña piscina tras el desbordamiento de la madrugada. «Estamos esperando a que haya electricidad para poner en marcha las bombas y retirar el agua retenida en el interior de la iglesia», manifestó un joven que se encontraba en la zona.

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A pocos metros de allí, ramas, botellas y otros residuos arrastrados por el agua indicaban la magnitud de la crecida en la plaza del Carmen. «Hemos visto muchas inundaciones en Altzola, pero hacía tiempo que no sufríamos una tan grande. Lo hemos pasado mal viendo como el agua entraba en la plaza y su nivel no paraba de subir», recordaba Ion, vecino de la plaza del Carmen, mientras observaba las consecuencias de la riada junto a su mujer y su hijo.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Elgoibar, junto con la Mancomunidad de Debabarrena, activará hoy las labores de limpieza en la zona, una vez desactivada la alerta naranja, prevista para las 9.00. Será entonces cuando se valorarán los daños y se pondrán en marcha las medidas para recuperar la normalidad lo antes posible.

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