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Reconocimiento a toda una vida dedicada al arteNacida en Iruña en 1946, Mertxe Sueskun recaló en Elgoibar en 1972, tras contraer matrimonio con el conocido sindicalista local Josetxo Altuna.
Una vez ... afincada en la comarca de Debabarrena Mertxe estudió delineación en Elgoibar y Eibar. Sin embargo, su trayectoria profesional discurriría por otros derroteros.
Se acercó al arte por casualidad; por sus circunstancias vitales, que entre los años 1982 y 1985 le permitieron cursar estudios de talla de piedra y madera en el Centro de Enseñanzas Artesanales de Deba.
Fue allí donde se enamoró del arte y donde comenzó una prolífica carrera como artista que ha desarrollado durante más de cuatro largas décadas.
Mertxe creó una parte significativa de su obra a lo largo de los 26 años (de 1972 a 1998) que vivió en Elgoibar; un municipio que a día de hoy sigue recordando su activa participación en el movimiento cultural local.
Pues bien, ahora, cuando ha cumplido los 78 años, a Mertxe Sueskun le ha llegado el merecido reconocimiento a toda una vida dedicada al arte.
Dicho reconocimiento le ha llegado de la mano del prestigioso Museo de Navarra, que desde el pasado 28 de marzo acoge 'Jugando, cuento'; una muestra antológica que recorre las cuatro décadas de trabajo y trayectoria de la escultora y artista navarra más elgoibarresa.
Dicha exposición permanecerá abierta hasta el 14 de septiembre, ofreciendo al público una oportunidad única de adentrarse en el universo creativo de una artista pionera y resiliente.
Creadora hecha a sí misma, Mertxe Sueskun es una precursora en la escultura tejida que ha sabido transformar materiales sencillos y reciclados en obras de arte de una gran fuerza expresiva.
A lo largo de su carrera, ha desarrollado un lenguaje artístico propio en el que el juego y la experimentación son elementos esenciales.
Como bien refleja el título de la exposición, 'Jugando, cuento', para Sueskun el arte es un juego en el que los objetos cotidianos cobran nueva vida a través de su mirada y su intervención.
Sea como fuere, la exposición que acaba de abrir sus puertas en el Museo de Navarra supone un merecido reconocimiento a su carrera. Además, en una sociedad en la que muchas mujeres artistas han permanecido en la sombra, la retrospectiva de Sueskun es también un acto de justicia que pone en valor su legado y su contribución al arte contemporáneo.
Para la artista, este momento es un regalo; «una celebración de toda una vida dedicada a la creación y a la búsqueda de nuevas formas de expresión».
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