
Domingo, 21 de julio 2024, 02:00
Por dos motivos diferentes pero los establecimientos hosteleros y buena parte de los caseríos ubicados en los barrios mutrikuarras de Laranga y Olatz padecen desde ... hace ya varios meses un mismo problema: carecen de línea telefónica o cuentan con un servicio de lo más deficiente.
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Las personas afectadas aseguran que están viviendo una situación «de total impotencia», toda vez que «nos han prometido en reiteradas ocasiones que van a solucionar el problema pero el tiempo pasa y siguen sin hacer nada». Por ello, «no nos ha quedado otra que denunciar el problema que estamos padeciendo públicamente para ver si las compañías de telefonía, las instituciones o quien sea se pone las pilas de una vez por todas», explican Cristina López e Iñaki Urbieta, los responsables del restaurante Kalbaixo, situado en el barrio de Laranga.
Según cuentan, el problema que afecta a su barrio comenzó «en la segunda quincena de octubre del pasado año», cuando amigos de lo ajeno sustrajeron cientos de metros de cable de cobre de la línea telefónica. «Salvo en la parte en la que la línea estaba soterrada, se llevaron todo el cable en un tramo que va desde las inmediaciones de la ermita del Kalbario hasta el barrio de Astigarribia, dejando sin teléfono a muchos caseríos y a nuestro restaurante», señalan.
Cristina López
Responsable de Kalbaixo jatetxea
Cristina e Iñaki se percataron del robo del cable «al entrar al establecimiento y ver que no funcionaba el teléfono». A partir de ahí contactaron con su operador de telefonía y la respuesta que recibieron no fue la que esperaban. «Nos dijeron que no iban a volver a poner el cable porque iban a empezar a introducir la fibra óptica en breve y que para las pasadas navidades todo estaría arreglado».
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Estos vecinos también contactaron con el alcalde de Mutriku. «Le pedimos que hicieran algo para que a la hora de introducir la fibra se priorizara a los barrios afectados». Los gestores municipales «nos aseguraron que iban a trasladar nuestra petición a la empresa que está llevando a cabo la actuación en el pueblo», recuerdan. Sin embargo, «han pasado prácticamente diez meses desde que se produjo el robo del cableado y seguimos sin línea telefónica».
Afortunadamente, los responsables de Kalbaixo jatetxea habían desviado a un número de móvil su teléfono fijo antes de que se produjera el incidente, por lo que han podido seguir recibiendo llamadas para realizar las reservas en su establecimiento. «Si no hubiéramos tenido el teléfono desviado en el momento del robo estaríamos en la miseria ya que sin cable no hubiéramos tenido la posibilidad de hacer el desvío, al no haber conexión con la central», explica Iñaki.
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Idurre Ezenarro
Responsable de Zelaieta taberna
Al lado de la pareja que regenta el restaurante situado junto a la ermita del Kalbario está Joxe Angel Egaña, del caserío Maixa de Laranga auzoa. Este baserritarra tiene en su poder un documento fechado el día 4 del pasado mes de enero en el que la compañía Movistar le pide permiso para ocupar sus terrenos e introducir por ellos la fibra óptica. «Les di la autorización oportuna y me dijeron que para el inicio de este verano ya estaría todo hecho, pero a día de hoy siguen sin hacer nada e intentar conectarse a internet desde mi caserío es casi una misión imposible. Y eso que me pusieron una antena para que al menos pudiera tener línea telefónica por satélite», indica 'Maixa'.
Aunque su problema no está motivado por el citado robo de cable, el restaurante Zelaieta y varios caseríos del barrio mutrikuarra de Olatz también están padeciendo «toda una odisea» por el deficiente servicio de telefonía que tienen.
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Idurre Ezenarro, la responsable del restaurante de Olatz, apenas puede contener las lágrimas cuando se le pregunta por la situación «surrealista» que le está tocando vivir. Según sus palabras, «todo empezó hace ahora un año cuando, en plenas fiestas patronales de Mutriku, me cortaron la línea telefónica durante tres o cuatro días para, supuestamente, hacer una migración de la que no tuve aviso previo».
Aquel primer incidente se solucionó, pero solo parcialmente, porque «a partir de ahí he tenido incontables averías». En cualquier caso, fue a mediados del pasado mes de abril cuando la cosa se torció todavía más. «Empecé a recibir mensajes de Movistar avisando de que nos iban a cortar la línea de teléfono porque iban a meter la fibra óptica». Dicho y hecho. «Nos han cortado la línea sin haber empezado a introducir la fibra y tanto en mi restaurante como en varios caseríos del entorno estamos sin teléfono», lamenta Idurre, que se está viendo obligada a hacer malabarismos para poder seguir manteniendo abierto su negocio. «He podido desviar el número del restaurante a un móvil pero como en Olatz Movistar no tiene cobertura tengo que dejar mi móvil a un familiar que esté fuera del barrio, en un lugar con cobertura, para que pueda coger las reservas del restaurante».
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Los vecinos de Laranga y Olatz afectados por el problema con la telefonía y, especialmente, los responsables de los restaurantes existentes en ambos barrios rurales piden una solución «urgente». Al fin y al cabo, «estamos hablando de negocios y dependemos del teléfono», sentencian.
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