La unión de Ondarroa con Bilbao queda normalizada con la apertura de Trabakua

Esto supuso que la vía se cerrara, completamente, al tráfico en un principio. De esta manera, el 21 de diciembre se estableció un baipás que ha permitido circular a los vehículos en los últimos meses regulando el paso con semáforos, mientras se limpiaban, evaluaban y reparaban los daños.

La apertura provisional se llevó a cabo con la eliminación del baipás. El desprendimiento alcanzó a unos 2.000 metros cúbicos de tierras en la carretera BI-633, a la altura del alto de Trabakua, que incluyó la caída de rocas y árboles. Las fuertes precipitaciones de aquel episodio –en quince días llovió el equivalente a un tercio de lo que precipita en un año en Euskadi– generaron no solo deslizamientos en la ladera, sino también el agrietamiento y el hundimiento de la carretera.

El tráfico pudo habilitarse con un único carril a lo largo de 115 metros, lo suficientemente cerca de la calzada antigua como para reconducir el tráfico sin grandes desvíos, pero lo suficientemente lejos como para no verse afectado por el deslizamiento. Así, se retiró completamente el lodo caído sobre la calzada, y se desbrozó, excavó y consolidó el terreno.

También, se colocaron biondas de seguridad y se pintó y se reparó el firme, instalando nueva iluminación y dos semáforos para regular el tráfico.