Bidasoan
«Todos los pueblos deberían editar un libro así, sobre su historia pequeña»Bidasoan
«Todos los pueblos deberían editar un libro así, sobre su historia pequeña»'Beratarrak' es un libro muy gráfico. Cuenta con 432 fotografías en sus 158 páginas. En diez capítulos recoge la vida del pueblo, distintos comercios y bares que ya no existen, actos religiosos, carnavales, bodas, teatros, excursiones, fiestas, escuelas y familias.
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– ¿Cómo nació la ... idea de crear este libro?
– En el fondo siempre tengo miedo de que las fotografías que nos han dejado los vecinos y que están digitalizadas, en un momento dado, se pierdan. Nadie te garantiza nada. ¿Y cómo es la mejor manera de guardar la información? Impresa. Ya está.
– Qué poco se imprime en este momento...
– Todo el mundo guarda las fotos en el teléfono o en el ordenador y cuando casca, pierden todo. Hay que imprimir más, creo yo. También lo escrito.
– ¿Qué sensaciones os transmiten los vecinos?
– Cada pueblo debería tener algo así, algo de su historia. Yo siempre digo que es la historia con letra pequeña, porque los historiadores son otros y están para otras cosas. Esto es visual, en todos los pueblos creo que se debería recoger e imprimir esta historia fotográfica. Los vecinos están encantados, sobre todo la gente mayor, que te dice: hasta las 11 de la noche he estado mirando las fotos y no me quería ir a la cama sin terminar de ver.
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– Qué bonito...
–Sí, porque una fotografía te trae muchos recuerdos, no es solo lo que estás viendo en ese momento. Y luego, la foto es un poco chivata, yo digo que es un poco notario, porque da fe de muchas cosas: del tipo de vestido, de peinado, los amigos que tenías en aquel momento...
– Luego esas fotos de grupo...
– Ese es uno de los mayores trabajos, documentar una foto. Antiguamente había poca gente que pusiera detrás la fecha. Una boda, un bautizo, una comunión, es más fácil de encontrar, pero fotos de cuadrillas o que te hacías en fiestas... Eso es lo difícil. Lo más difícil es cuando son grupos... En el libro ya sabemos que hay alguna confusión, pero a veces es inevitable.
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– Teníais muchas fotografías de gente de Bera, entonces.
– Todo nuestro trabajo es gracias a la gente de Bera, sobre todo a las mujeres, que eran quienes antiguamente guardaban en las casas las fotos y que nos las han cedido para digitalizarlas. Es el trabajo de los y las beratarras.
– ¿Se sabe quién o quiénes sacaban esas fotos?
– Eso es lo que no sabemos. Por ejemplo, la foto de la portada es magnífica y es del año 1933, de una mujer de Bera que se casó a Santesteban. No sé si coincidía que venía justo un fotógrafo o ellas le llamaban para venir. Hay fotos de caseríos antiguas magníficas, con la gente muy bien vestida y con todos, pero todos, mirando a cámara... El fotógrafo no se podía permitir tirar cinco fotos, tiraba una. Luego claro, hay fotos en caseríos con unas ropas estupendas. Sería probablemente la ropa que tenían para momentos especiales. Quizá ya sabrían que una vez al año o cada cierto tiempo venía un fotógrafo al pueblo. Y luego lo que te decía del chivateo de las fotos... Me decía un historiador que una foto en concreto de una boda, indica el poderío que había en ese caserío, por el tipo de vestido que lleva la novia. No se me hubiera ocurrido pensar en ello nunca.
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– Las fotos nos dan muchas pistas que a priori no vemos...
– Exactamente. Y pasa, sobre todo sorpresas agradables. Un joven me dijo que gracias a un libro anterior, que sacamos de caseríos y familias que los habían habitado, era la primera vez que veía una fotografía de su amatxi. En el caserío normalmente se quedaba el hermano mayor y las fotos se quedaban allí. Es una gran satisfacción. Gente de América, descendientes de un caserío que han vuelto y te piden los libros...
– La portada de este es especial también para ti.
– Sí, porque está nuestra ama, Maria Luisa Querejeta, que era de Irun, y que era muy amiga de la familia Matxiarena de Bera, Aranibar, y de Fani, de Santesteban. Están ahí todas las amigas juntas, en esa imagen.
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– Y con ese collar...
– Es el que me puse yo en la presentación del libro. Sería probablemente el único que tenía, porque en muchas fotos está con ese mismo collar. En Bera tuvieron el Bar Casa Félix. Era de Irun, de la Plaza San Juan, donde tuvieron un estanco que se quemó en la guerra. Luego se casó aquí en Bera y vino a vivir con la amoña a la Plaza de los Fueros.
– Menudo trabajo hacéis: tú con la fotografía y Totono, tu hermano, con los textos.
– Él comenzó a guardar todo lo que se publicaba sobre Bera. Tiene mucho sobre deporte, sobre la carretera N-121-A, de todo lo que sea sobre Bera. El aita vendía en el bar-tienda las fotos que hacían los fotógrafos. Si venía un fotógrafo y hacía las fotos de las comuniones, él las ponía en el escaparate con su número correspondiente y la gente le iba encargando. Quedaban fotografías sin vender y Totono encontró esa caja con todas las fotografías antiguas y ahí empezó todo. Yo empecé porque nos regalaron una cámara de fotos Yashica. Empecé a sacar fotos de los caseríos para enseñarle a mi madre y entonces Antonio Irazoki de Balketzenea, me dio fotos antiguas de la familia. Ahí empecé a hacer también de las familias. Ese fue el segundo libro, el primero fue Bera instantes de una villa.
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