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Acompañadas por otras compañeras de la Residencia de Ancianos Francisco Joaquín de Iriarte, de Elizondo. FOTOS A.D.C.
8 relatos de otras tantas mujeres de la Residencia de ancianos

Baztan Bortziriak

8 relatos de otras tantas mujeres de la Residencia de ancianos

Residencia, Ayuntamiento y Bertan han querido que fueran las protagonistas entorno al 8 de marzo

A. D. C.

baztan.

Lunes, 10 de marzo 2025, 20:49

Con motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer, la asociación de comerciantes, servicios y hostelería Bertan Baztan ha querido dar voz a 8 mujeres que actualmente residen en la residencia Francisco Joaquín Iriarte para que compartan sus historias. Relatos que, junto a muchos otros, han contribuido a definir la historia del valle.

Durante los días previos al 8M, establecimientos de Bertan han mostrado estas historias «para que los vecinos y vecinas las conozcan y aprendan un poco más sobre nuestra historia».

Bajo el lema '8M Bertan, mi voz, nuestra historia', y una vez pasada la fecha, ayer tenía lugar un pequeño evento en la propia residencia «para agradecer a estas mujeres haber compartido una parte de sus vidas con todos nosotros». Además, desde Bertan se les entregaba una flor morada a cada una de ellas. «De esta forma, Bertan, tal y como prometía a principios del año pasado, busca acercarse más a la comunidad, y participar en ella de forma más activa. Ya no solo vendemos, ayudamos a mantener Baztan con vida», explican desde la asociación.

8 historias

Las protagonistas han sido ocho residentes. Mª Paz Galbar, nacida en el cuartel de la Guardia Civil de Elbete el 21 de febrero de 1937. «Trabajé en la sastrería Gómez muchos años y después como cuidadora en la que era la casa Misericordia, donde ahora resido. Mi vida ha estado siempre muy ligada con la religión y me encargaba de rezar el rosario en la parroquia de Elizondo todos los días. Me gusta mucho la música y disfruto tocando el piano».

Dolores Labayen nació en la casa Migueltxenea de Aurtitz el 23 de Marzo de 1945. «Trabajé durante años en la papelera Sarrió de Leitza, y después en una empresa alemana de Santesteban donde hacíamos discos que se utilizaban para cortar piedra. Me gustaba cuidar de las plantas y trabajar en la huerta al que solía ir con mi transistor».

Pilar Munarriz nació en la casa Fortenea de Elizondo el 5 de Septiembre de 1940. «Empecé a trabajar de ayudante del secretario en el ayuntamiento nada más cumplir los 18 años, y fui la primera mujer trabajadora en las oficinas del mismo. En mi casa siempre hubo afición a la música, solía tocar el piano a diario».

Anunciación Duhalde, Anuntxi. nació en Erratzu, en la casa Mapistenea el 25 de Marzo de 1919, por lo que va a cumplir 106 años. «Mi marido era Domingo Echandi, kaikugile y yo solía ayudarle a hacerlos. He trabajado toda la vida de modista y solía ir a las casas y caseríos a coser».

María Urdaniz nació en Azpilkueta en Dorreko Borda el 17 de Febrero de 1933. «En 1965 me casé y junto con mi marido me fui a San Francisco. Después de unos años nos mudamos a Delano, California. Todo el tiempo que estuvimos allí trabajamos con ovejas, teníamos rebaños enormes. Volví a Baztan con 78 años».

Concha Cogeces nació el 3 de Febrero de 1933 en la calle Yanguas y Miranda de Pamplona. «Tuve la oportunidad de estudiar un módulo de educación social. He dedicado mi vida ayudando a personas necesitadas. Colaboré atendiendo a mujeres en situaciones vulnerables como las que se dedicaban a la prostitución y ayudaba a gestionar las adopciones de bebés de embarazos no deseados o de los que no podían hacerse cargo. Además fui responsable de esterilización en la Clínica Universitaria de Navarra.

Teresa Ezurmendia nació en Zuguneako Borda de Erratzu el 26 de agosto de 1931. «Me he dedicado siempre a las tareas del hogar y a los trabajos que requiere un caserío, como el cuidado y mantenimiento del campo, la huerta y el ganado. Solía bajar al pueblo y a Elizondo en una vespino roja que tenía».

Genara Indaburu, nació en la casa Goantxea de Zugarramurdi el 30 de Marzo de 1943. «Me casé muy joven y trabajé mucho en la herrería de mi marido. Como vivía muy cerca de la frontera eso me dio la oportunidad de hacer contrabando y traer variedad de cosas. Siempre he tenido muy buena mano para las labores y bordaba mucho».

Junto al resto de compañeras ayer al mediodía disfrutaban de un almuerzo en el exterior de la Residencia.

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