Todas las cantineras del Alarde de Hondarribia 2022

Hondarribia ya tiene a sus cantineras del Alarde listas para unas fiestas muy especiales tras dos años de restricciones por la pandemia. (Fotos: Fernando de la Hera):

La cantinera de Tanborrada recuerda que «estaba muy tranquila el día de la elección, estudiando en casa. Cuando mi hermano llegó ya le estaban felicitando, mi ama y yo fuimos las últimas en enterarnos». Juncal explica que los preparativos «se encauzan la primera semana» y cuenta que serán días especiales también porque «se celebran los actos del centenario de la Tanborrada que no se pudieron realizar en 2020. Me han dicho que lo disfrute, que solamente es una vez en la vida».

María supo que iba a ser cantinera «en casa con mi madre y mi hermana. Estaba tranquila cuando apareció todo el mundo». Reconoce que los primeros días «son un poco lío con los preparativos pero me lo estoy pasando muy bien. Mi madre y mis amigas están al pie del cañón y mi aittona también. Me acompañarán él, mi hermano y mi padre». Vivirá todo con mucha ilusión «pero el día 8 por la mañana cuando vengan a recogerme y toquen la Diana me apetece mucho».

«Tenía pocas esperanzas de salir. Estaba de merienda con mis primas y cuando me lo dijeron no me lo creía», apunta Nahia. «Los primeros días estaba muy nerviosa, no sabía dónde meterme y en casa me contagiaban los nervios. Ahora ya estoy disfrutando todo mucho. Fui la primera en ser elegida así que he tenido tiempo de sobra». La cantinera de Caballería indica que «todo va a ser especial pero creo que lo que más me va a emocionar va a ser pasar por el arco».

Ane supo a través de su hermana que iba a ser cantinera. «No me lo creía. Empecé a llorar, no conseguía tranquilizarme», admite. «La primera semana fue un poco agobio por todo lo que hay que hacer», cuenta sobre los preparativos. «Mi madre está preocupándose de todo». Los últimos días los ha pasado muy emocionada y ya piensa en el primer ensayo, en el que cree «se pondrá muy nerviosa». De cara al día grande, «la salida con la compañía desde la sociedad me hace especial ilusión».

Mirari Arocena estaba «en casa con toda la familia» esperando si iba a tener el honor de ser la cantinera de Arkoll este año. «Escuché ruidos y vi que venía la compañía con el ramo», cuenta. Resume los últimos días como «una locura pero muy bonitos. Estoy recibiendo muchos regalos sorpresa como abanicos o collares». Además de por los motivos evidentes, estas fiestas serán diferentes porque «somos en la cuadrilla cuatro cantineras. Creo que la calle Mayor será lo más especial».

Era la primera vez que se presentaba y Nerea Olaizola ha tenido la fortuna de ser elegida. Recuerda el día en el que se lo comunicaron como «muy bonito. Vinieron a casa tocando y empecé a creérmelo». Destaca que «todo el mundo se vuelca contigo y están dispuestos a echarte una mano. He recibido muchas felicitaciones de personas que no conoces y te emociona». Tras dos años sin poder celebrar las fiestas, nota que «la gente está ansiosa, con muchas ganas de pasarlo bien».

Preguntada por cómo está viviendo estos días, Ane Marcos responde con una sonrisa que «muy contenta. Estoy muy feliz. Mi familia y los de alrededor están disfrutando mucho conmigo y eso me llena». Cuenta que «al aita especialmente le estoy viendo disfrutar mucho» y señala que «no quiero hacerme ideas de cómo va a ser cada momento. Me quiero dejar sorprender por todo pero tengo ganas de vivir el paso por Gernikako Arbola o incluso la misa de difuntos del día 10».

A Nerea Bailón la «medio engañaron» para comunicarle que iba a ser la cantinera de Montaña. «Me dijeron que una camarera estaba mala para ir a trabajar al bar. Me entretuvieron dentro hasta que llegaron y todo fueron felicitaciones». Es su hermana la que le está guiando porque «salió hace cinco años. Mis padres y mi familia me están apoyando mucho». Como todas, cree que la calle Mayor será especial pero también «Guadalupe. Antes teníamos el bar ahí y me recordará a mi abuelo».

Maialen estaba «en casa mirando por la ventana» y desde allí vio «a la última cantinera de Semisarga con un ramo enorme» que posteriormente iría a parar a sus manos. Se enteró que iba a ser cantinera «por un mensaje de mi izeba al Whatsapp felicitándome antes de tiempo. Se pensaba que ya lo sabía». Cuenta que «hay muchas cosas que preparar pero estoy bastante tranquila. Son sobre todo mi izeba y mis dos primas las que me están ayudando porque ya han salido de cantineras».

«Este año hace justo 30 años que salió mi ama», desvela orgullosa Igone Larruskain. Es una de las razones por las que está «con muchas ganas. Está siendo todo muy bonito». Recuerda el momento en el que supo que iba a ser cantinera «un poco tenso pero me hizo mucha ilusión. Me dio el ramo la cantinera de 2019 con la que tengo muy buena relación desde pequeña». Compara los preparativos «con un puzle que hay que ir construyendo. Estoy viviendo con muchas ganas el proceso».

«No me esperaba ser elegida», admite la cantinera de Gora Ama. «Ya me había presentado varias ocasiones antes pero decidimos intentarlo otra vez. Al final el que la sigue la consigue». Afirma estar «muy contenta» y cuenta que «hay mucha gente pendiente de ti para ayudarte en los detalles». Todo «en general será muy especial» pero hay un motivo por encima del resto para Paula. «Mi aita falleció hace año y medio. Era su sueño y el mío y lo voy a cumplir por los dos».

Ainhoa estaba en casa con el ordenador cuando sonó el timbre. «No era capaz ni de abrir. Lo hizo mi ama y yo me quedé paralizada en la cocina. Fue mi padre el que me preguntó si quería ser cantinera. Fue un momento muy especial». Desde entonces está «muy emocionada con cualquier cosa, disfrutando los preparativos. Lo que más me ha impresionado ha sido verme con el moño y la txapela. Cree que «Guadalupe va a ser especial porque compartiré con mi aita la entrada a la iglesia».

Ane Ezponda se enteró el día de la Kutxa, en la calle, que iba a representar a Gora Gazteak. Fue allí, delante de mucha gente, cuando recibió la noticia. «Fue muy emocionante» recuerda. Desde entonces está disfrutando «a tope» todo el proceso. Tras probarse el traje de la compañía, cuenta con una sonrisa que «la impresión ha sido muy buena». Sobre el día grande, señala que «suelo verlo en la calle Mayor. Sé lo emocionante que es y desde dentro me imagino que será más intenso aún».

«Se supone que iba a ser una sorpresa y no iba a saber que estaba presentada», explica María, «pero a mi abuelo se le escapó. La noche antes no pude dormir». Al día siguiente «estuvimos esperando con todo el aperitivo preparado pensando que como no viniese nadie tendríamos que invitar a todo el barrio». Destaca que «me están encantando los preparativos» y cita, por ejemplo, las botas. «Siempre había oído que eran incómodas y no lo son. Estoy contenta con ellas».

Janire recibió con sorpresa su elección como cantinera. «Pensaba que no tenía posibilidades. Estaba tranquila preparando el trabajo de fin de máster cuando mi madre se puso como una loca diciéndome que venían los mandos. Nos pusimos súper nerviosas». Desde entonces se siente agradecida porque «te paran en la calle para felicitarte y me está ayudando mucha gente». Preguntada por el momento que más anhela vivir, cuenta que «espero la calle Mayor con muchas ganas»

La última en ser elegida fue Covadonga Rubio. «La espera se hace un poco larga, iba cotilleando quienes salían», reconoce. Era «la segunda vez que me presentaba y ya me había puesto en el no, un sentimiento que conocía». Cuenta que tiene «ganas de vivir todo pero la recogida me apetece mucho. También Guadalupe, porque siempre subo y me han dado envidia como lo viven las cantineras. Espero contenerme porque soy muy llorona. Me emociono porque me acuerdo de mi abuela».

«Era el primer año que me presentaba», señala Eider. El día de la elección «estuve en casa con la ama, primas y gente cercana. Todas sin móvil porque hoy en día las noticias llegan enseguida, hasta que escuchamos el timbre. A partir de ahí fue todo emoción». Sobre los preparativos, detalla que «la primera semana hicimos todo lo importante y aunque espera todo «con ganas», destaca el «momento en el que vengan a casa a recogerme» y Guadalupe. «Siempre lo hemos vivido muy familiar».

Como muchas de sus compañeras, Marina supo que iba a ser cantinera el día de Santiago. «Ese día en la cuadrilla nos vamos a desayunar juntos, es tradición», señala sobre la jornada de su elección. Está viviendo el proceso previo al día 8 con «muchísima ilusión» y destaca que «lo mejor son las felicitaciones de gente que no te esperas y que se alegran muchísimo por ti». Su ama y hermana, «que salió en 2013, están pendientes de todo. Saben más que yo y me lo están poniendo muy fácil».

Kattalin Oronoz recuerda que el día de la votación estaba con «mi madre, tía, hermana y amona. Me avisó mi aita que había salido, llegó el capitán y vino la cuadrilla a celebrarlo. Fue un día genial». Cuenta que toda la familia está volcada pero «es la ama sobre todo la que está ayudando a escoger la ropa de los ensayos o la peluquería». Las fiestas de 2022 serán muy especiales también porque «de la cuadrilla estábamos presentadas cuatro y hemos hecho pleno».

El principal consejo que ha recibido Marina Sánchez es que «disfrute». Especialmente «el trayecto antes de empezar el Alarde en el que la compañía baja por la calle Mayor, porque ese momento es para mí». Destaca que está «muy bien acompañada por izebas y primas en los preparativos» y que «la ama está desde el minuto uno ayudándome. Hay muchísimos detalles a tener en cuenta». Reconoce que no había montado nunca a caballo pero se ve «bastante segura y tranquila».

• Temas
• Alarde de Hondarribia