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Nahia Salaberria afronta este nuevo reto «con mucha fuerza» y «muy contenta» Gorka Estrada
Nahia Salaberria: «¿Por qué no voy a disfrutar como las demás, aunque esté sentada?»
Primera cantinera que desfila en silla de ruedas

Nahia Salaberria: «¿Por qué no voy a disfrutar como las demás, aunque esté sentada?»

La hondarribiarra será la primera cantinera que desfile en silla de ruedas, tras haber sido elegida por la compañía Jaikizbel

Viernes, 2 de agosto 2024

Nahia Salaberria se siente «muy contenta», «con mucha fuerza» y «orgullosa» de ser la cantinera de 2024 de Jaizkibel. Su nombre fue el elegido en el sorteo mediante el que la compañía, en la que mujeres y hombres desfilan en igualdad de condiciones, elige cada año a su cantinera. El próximo 8 de septiembre será la primera vez que Nahia desfile en el día grande de Hondarribia, y además, será la primera cantinera que lo hará en silla de ruedas.

Optar a este papel «fue una cosa mía, me presenté yo misma», cuenta la joven hondarribitarra. Tomó esta decisión «con más ganas y fuerzas que nunca», pero el resultado del sorteo no dejó de ser «una sorpresa. No sabía ni cuántas chicas se habían presentado». Fueron, en total, ocho. Cuando le comunicaron que la elegida era ella, Nahia reconoce que «me costó reaccionar. Los primeros días fueron una locura, muchísima gente me llamó o escribió para felicitarme».

Entre ese cúmulo de emociones que ha supuesto su elección como cantinera destaca la gratitud: la joven se siente «súper agradecida» hacia «toda la gente que se ha mostrado dispuesta a ayudarme». Ha recibido apoyo de personas que desfilan en Jaizkibel, pero también de quienes lo hacen en otras compañías. A poco más de un mes del 8 de septiembre, «ya está todo en marcha».

Desfilar con unas condiciones de movilidad reducidas, reconoce, es un reto más entre los que encuentra en su día a día: «lo que más te limita son todas las barreras arquitectónicas que te encuentras cuando sales a la calle», explica Nahia. Según ha podido comprobar en los tres años que lleva en silla de ruedas, «todo el mundo está dispuesto a echar una mano, pero en ciertos aspectos te ves limitada». También apunta a que ha aprendido «muchísimo» en este tiempo: «hasta que no te toca de cerca no eres consciente de cuánto queda por mejorar» para lograr una inclusión plena de las personas con movilidad reducida.

Obstáculos que se superan

Nahia Salaberria agradece la oportunidad que le ha brindado Jaizkibel, donde «seas como seas, puedes desfilar». Formar parte de la compañía supone para ella «sentirme aceptada y que la silla de ruedas no sea un condicionante». También destaca la trayectoria de Jaizkibel, que «lleva muchos años defendiendo la igualdad y la inclusión. Para mi, representar a una parte de la sociedad que muchas veces se ve apartada es un orgullo. Seas mujer, seas hombre o tengas la condición que tengas, tenemos el mismo derecho a disfrutar», también «en fiestas».

Nahia Salaberria insiste en ese agradecimiento por el apoyo que ha recibido «de mi familia, amigos, la propia compañía Jaizkibel y mucha gente del pueblo. Una siempre intenta tirar para adelante y sacar fuerzas, pero el apoyo y los ánimos de mi entorno me han emocionado mucho». No le preocupan los adoquines de la calle Mayor sobre los que desfilará con el Alarde de Hondarribia el 8 de septiembre: «se puede con todo», asegura. «Creo que los obstáculos, muchas veces, los ponemos nosotros mismos. Obviamente hay unas barreras arquitectónicas pero, si necesito ayuda para subir la calle Mayor, sé que mi gente estará ahí apoyándome. Si hace falta tirar de la silla, lo harán». Dando ejemplo de que si se quiere, se puede, se está preparando lo mejor posible para el gran día: «hoy en día tenemos la suerte de que hay muchos tipos de sillas, y voy a hacer pruebas con una que tiene las ruedas más anchas, más potentes».

La cantinera está «tranquila» y convencida de que «todo va a salir bien. ¿Por qué no voy a disfrutar como las demás, aunque esté sentada? Estoy segura de que lo voy a hacer, y quiero que los demás disfruten conmigo».

Porque para Nahia Salaberria, esta es una celebración conjunta: en su entorno tiene personas que el 8 de septiembre tocarán el txibilito o el tambor, o que verán el desfile desde fuera, «cada uno a su manera», pero destaca la importancia de que «cada uno pueda decidir cómo pasar las fiestas». Se siente orgullosa de formar parte de Jaizkibel, «una compañía que defiende la inclusión, la igualdad y el derecho de que todos y todas podamos disfrutar las fiestas por igual. Estoy muy contenta de que me hayan dado esta oportunidad».

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