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Las crisis provocada por el coronavirus no impedirá que las opilas lleguen a las casas de los hondarribitarras.
El virus no podrá con San Marcos

El virus no podrá con San Marcos

Día de la opila. Pastelerías y clientes se adaptan esta semana para celebrar el sábado una jornada distinta a la de años anteriores

E. PRIETO

Jueves, 23 de abril 2020, 00:11

Diferente sí, pero el día de San Marcos que se celebra el sábado seguirá siendo especial. La crisis sanitaria cambiará la rutina habitual de una de las jornadas más características de la comarca del Bidasoa pero la gran protagonista, la opila, no faltará a su cita. No habrá bendiciones en la parroquia ni visitas a las campas de Guadalupe pero el esfuerzo de las pastelerías de la ciudad permitirá a las madrinas cumplir con sus ahijados y ahijadas.

El Ayuntamiento se ha reunido con los establecimientos para organizar lo mejor posible el Día de San Marcos, dando prioridad a que las opilas sean entregadas a domicilio. El concejal Juan Luis Silanes explica que lo ideal es «encargar previamente y entregarlas directamente para que el movimiento de personas sea el menor posible. Sabemos que no siempre será posible y que en algunos casos tendrán que pasar por las pastelerías a recogerlas». En ese caso, en la medida de lo posible, se recomienda no acudir con niños.

Pensando en la recogida de las opilas, «la guardia municipal ha visitado y estudiado los accesos de los establecimientos para garantizar la seguridad y la prevención. Los productores también están tomando las medidas oportunas para que las colas sean las menores posibles».

Silanes recuerda que «no se podrá llevar a cabo la bendición de las opilas en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano, pero el párroco realizará la bendición desde el campanario a las 12.00. Cada uno podrá bendecirlas desde su balcón o ventana».

«Alegría» para los jóvenes

La situación de excepcionalidad actual ha modificado las costumbres de productores y clientes pero casi nadie quiere renunciar a degustar el delicioso bizcocho de almendra. «Está funcionando mejor de los esperado», reconoce Koldo Díaz, de Kai Alde. «Todos sabemos que está siendo un año especial y pensábamos que la gente no se iba a animar tanto. Me daba con un canto en los dientes si alcanzábamos un 25% de ventas respecto a años anteriores y lo hemos superado. Estaremos alrededor del 50%. La gente del pueblo y alrededores ha respondido y todo el que quiera podrá tener su opila en casa».

Para que eso suceda, Koldo asegura que «nos estamos multiplicando. Estamos bajo mínimos, con la cafetería cerrada, y está suponiendo un esfuerzo sacar todo adelante».

Las ventas de estos días supondrán «una pequeña inyección. Llevamos un mes y medio funcionando solamente con la pastelería. Por mucho que esté abierta la gente está con miedo y no sale. Esto nos servirá para tirar adelante un tiempo».

Kai Alde está recomendando la entrega a domicilio para «evitar aglomeraciones aunque siempre hay gente que quiere venir a la tienda a recogerla. Hemos habilitado tres zonas para que no se forme mucha cola, aunque los clientes ya están habituados a respetar los dos metros de distancia».

La del sábado será una celebración diferente a la de años anteriores pero seguirá siendo entrañable a pesar de las circunstancias. «Es la fiesta de los más pequeños», destaca Koldo. «Después de mes y medio confinados en sus casas, les va a llenar de alegría tener su opila. El día está pensado para ellos. A nosotros nos hace ilusión regalarla pero los protagonistas son los niños».

De Hawaii a Finlandia

El teléfono de la pastelería Hawaii echa humo estos días para atender a toda la demanda provocada por el Día de San Marcos. «Está siendo todo muy diferente», cuenta Eva Urigain. «Ya en marzo, sospechando la situación, empezamos a darle vueltas pero no pensábamos que se podía alargar tanto». En Hawaii están recogiendo estos días encargos «por teléfono o cuando vienen a comprar el pan. Nos las pagan por adelantado a través de Bizum o en el número de cuenta que les facilitamos».

La pastelería se prepara para realizar entregas a domicilio pero también para repartirlas en el establecimiento. «Hemos entregado a cada cliente un número para que únicamente tengan que recogerlas. Son las madrinas las que están haciendo los pedidos pero luego, lógicamente, no pueden ir a entregárselas a sus ahijados. Son los adultos de las familias los que se pasarán a recogerlas mañana. Estamos tomando todas las medidas de seguridad posibles. Vino la policía a ofrecer su ayuda y se han portando de maravilla».

Hawaii también traspasa fronteras con sus opilas. El martes salieron alrededor de sesenta con destino a «Finlandia, Gran Bretaña, Alemania o Francia. El lunes haremos el segundo envío». Eva Urigain admite que «el sacrificio está siendo importante. Estamos mi hija y yo casi 24 horas recibiendo llamadas y está suponiendo un esfuerzo mental grande. Estamos intentando organizarlo lo mejor posible y la gente está entendiendo la situación».

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