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Miles de personas esperaban bajo los paraguas a Ilargi Emazabel, elegida este año para la Kutxa Entrega. Llegó acompañada por su padre, Norberto Emazabel, abad mayor de la Cofradía de pescadores de San Pedro, y de su madre, Karmele Grajirena. Saludó a su amona, Fina Zabala, de 79 años y entró en la Cofradía diez minutos antes de las seis de la tarde. Unos minutos después de las seis, dejó de llover y precedida por la Banda de Música Ciudad de Hondarribia, salió con la Kutxa en la cabeza, pasando entre los remos en alto, camino de la parroquia. Tras ellos, los patronos de los barcos y también, autoridades.
Llegaba el momento esperado tras semanas de ensayos, primero con la Kutxa vacía y después, sumándole peso hasta llegar a cerca de 20 kilos. El primer tramo, en ascenso, desde La Hermandad hasta la parroquia. En la sacristía se leyeron las cifras de capturas de pesca de la temporada pasada. Tras este pequeño descanso, volvió a cargar la Kutxa sobre su cabeza de vuelta de nuevo a la Cofradía, donde se vivió el momento culminante de la especial jornada.
La encargada de portar la Kutxa empezó a girar sobre sí misma mientras en la mente de muchos se recordaba la leyenda que dice que un buen número de vueltas significa buenas capturas para la flota local en el futuro. Tras los arcos de la Cofradía, sus familiares le acompañaban cantando y con aplausos, marcando el ritmo de la canción interpretada por la Banda -cada compás un cuarto de vuelta- y con más aplausos y gritos de ánimo cada diez.
Leyendas al margen, Ilargi Emazabel quiso rendir homenaje a su tío Antton, fallecido en un accidente en el barco. Por eso, paró en 54 vueltas, que son los años que tendría su tío en la actualidad. Durante esas 54 vueltas, salió el sol. Cuando terminó, nada más dejar la caja, se abrazó con su padre y con su amona y también, con sus primos. Fue un momento lleno de emoción.
Más tranquila, en la Cofradía, explicó que «ha sido impresionante, un sueño cumplido, mucho mejor de lo que me esperaba. El tiempo también ha aguantado...Alguien desde ahí arriba... Tenía claro que iban a ser 54, la edad que tendría ahora el osaba Antton. Hoy todo va por él».
Su padre, Norberto, también estaba emocionado. «Siempre lo he vivido, llevo 20 años como presidente, 28 de patrón, me emociono, vaya quien vaya, pero si el vínculo es cercano, todavía más. Me imaginaba que lo iba a hacer, porque cuando salió elegida, al primero que nombró fue a su tío, era su luz. La ilusión de él era que ella saliera de Kutxa».
Su amona Fina estaba orgullosa «y sobre todo muy nerviosa, y eso que es la tercera nieta que la lleva».
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