

Secciones
Servicios
Destacamos
Irun vivió ayer una día de San Marcial repleto de fiesta y emoción que se recordará por el nuevo paso hacia la normalidad que supuso ... que el alcalde, José Antonio Santano, recibiese por primera vez al Alarde mixto desde el balcón consistorial, al igual que había hecho momentos antes con el Alarde tradicional.
Retransmisión
Todo empezó según el guión habitual: muy, muy temprano. El día de San Marcial arranca de madrugada, cuando los sones de la Alborada comienzan a despertar al pueblo o a poner en marcha a quienes ya están despiertos, que no son pocos. Una docena larga de personas esperaba en la plaza Erromes, minutos después de las 5.00, a que llegasen los tres músicos que, desde las 4.00, tocan la alborada en distintos puntos de la ciudad.
Tras interpretar esta pieza, Jon Aizpuru, Ander Saenz y Mikel Ramírez se dirigieron a la calle Korrokoitz para tocar otra alborada «muy especial», contaba éste último: en este txoko estaba «la antigua carbonería y la casa Larrañaga, donde vivía Dionisio Zabala, primer redoblista de la alborada. Para mí, es tocar en casa», pero la de ayer tuvo un plus de emotividad: «Es el 50 aniversario de cuando mi ama fue cantinera de Buenos Amigos», y le dedicaron la alborada e hicieron entrega de un ramo de flores. En este momento de la madrugada llovió un poco, pero «creo que ha habido más lágrimas que gotas de lluvia», valoraba Mikel Ramírez.
Hubo también un poco más de lluvia y lágrimas en la diana, a las 6.00 en la plaza San Juan: al contrario que con la alborada, cuya lenta melodía invita al recogimiento, miles de personas saltaron al ritmo de la Diana de Villarrobledo. Todavía no había salido el sol, pero Irun ya estaba de fiesta. Durante la siguiente hora y media, los 6.845 integrantes del Alarde tradicional, en sus respectivas compañías o unidades, fueron llegando a la plaza Urdanibia.
A las 7.41, y al toque del cornetín, Lauren Etxepare, el cabo de Hacheros, Juanjo Martínez, abría el desfile en la emocionante arrancada, arropado por los aplausos y gritos de las miles de personas que abarrotaban las aceras y balcones de la calle San Marcial. Esos cerca de 7.000 componentes del desfile subieron hasta la plaza San Juan, frente al ayuntamiento. En este punto de la mañana no llovió, pero sí que hubo más lágrimas: muchas de las 19 cantineras del Alarde tradicional llegaron emocionadas tras esos primeros pasos dentro del desfile, arropadas por sus respectivas compañías y, por supuesto, por el público.
Una vez formadas en la plaza San Juan, volvió a producirse uno de los pocos momentos de quietud del 30 de junio: las tropas esperaban la llegada del general, Paco Carrillo, que se incorpora en este punto al desfile y toma el mando del mismo. Carrillo entró a galope en San Juan, saludó al comandante y a la tropa, y también a las autoridades presentes en el balcón de la Casa Consistorial. A continuación, llamó a los capitanes: les instó a efectuar un Alarde «memorable», porque «el compromiso con nuestra gente nos lo exige». Les pidió también, «como siempre», que desfilaran «txintxo eta alaiak» («formales y alegres»).
Se puede afirmar que la tropa cumplió: a la orden del general, efectuaron tres descargas casi impecables, con apenas un par de tiros sueltos que fueron reprendidos con abucheos por los propios soldados. Una vez el teniente abanderado de la compañía Bidasoa, Igor Rekarte, hubo recogido la bandera de la ciudad, el desfile salió de San Juan rumbo a la plazoleta del Juncal. Tras una parada en este punto, desfilaron hasta la calle Santa Elena, en la parte vieja, donde concluyó el desfile matutino.
Minutos antes de que terminase el Alarde tradicional, iniciaba su recorrido desde la plaza Urdanibia el Alarde público. También ellos vivieron esa emocionante arrancada, en este caso encabezada por la cabo de Hacheros, Eli Rekarte: se da la casualidad de que este 2023, el último año que ha desempeñado este cargo, es a la vez el 25 aniversario de cuando participó como cantinera. Como contaba, «he desfilado en diferentes puestos, porque eso es posible en nuestro Alarde».
José Antonio Santano
Alcalde de Irun
Y cuando llegaron a la plaza San Juan, el Alarde público se encontró con la novedad de la jornada: en el balcón del Ayuntamiento estaba el alcalde, José Antonio Santano. También presenciaron el desfile mixto los portavoces de todos los grupos municipales. Cuando la general, Maite Vergara, entró a galope en la plaza San Juan, dirigió a la balconada, sonriente, un saludo imbuido de una intensidad especial al que siguió el aplauso de la tropa.
Era la primera ocasión en la que el primer edil recibía al Alarde público. Después, acompañado por los portavoces Miguel Ángel Páez (PSE), Xabier Iridoy (PNV) e Iñigo Manrique (PP), José Antonio Santano afirmó que quería dar a esta novedad «la importancia justa. El protagonismo es, siempre, de la fiesta, de la calle. En Irun tenemos dos formas de entender el Alarde que discurren sin ningún tipo de incidente». Ambas, subrayó, «tienen pleno respaldo en cuanto a legalidad. Una forma es mayoritaria, otra, minoritaria, pero yo soy alcalde de todos, y la Corporación representa también a todos». En relación con este último punto, manifestó que «me gustaría que los dos grupos que no han estado recibiendo al Alarde tradicional, Elkarrekin Podemos y EH Bildu, entendieran también este mensaje».
Oihana Briones
Portavoz de Irungo EH Bildu
La portavoz de Irungo EH Bildu, Oihana Briones, fue quien hizo entrega de la bandera de Irun al desfile dirigido por Maite Vergara: «Me ha hecho muchísima ilusión y, sobretodo, es un honor entregar la bandera a este Alarde igualitario, donde todas y todos tenemos sitio y podemos disfrutar de nuestra fiesta juntos».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.