«Los bailes de salón pueden ser súper alegres, divertidos y muy juveniles»

–El otro día entré al Bar Ekialde y en la tele no había fútbol. La gente estaba viendo baile, ¡bailes de salón, Jon!

–(Risas) Sí, nos estaban viendo competir a nosotros. Fue una pasada. Hace tiempo que vamos a Campeonatos de España que se han retransmitido por televisión o redes sociales, pero nunca habíamos sentido un apoyo tan grande. Los comercios de Irun nos han apoyado muchísimo. Que en un bar, además de fútbol o deportes de balón, pongan un campeonato de baile...

–Cuanto menos es curioso...

–Para nosotros es un orgullo. Nos dijeron que llamó mucho la atención, así que igual no hemos conseguido el objetivo del campeonato, pero hemos conseguido que el baile de salón sea más visible y la gente disfrute con él.

–Josune, ¿llegó hasta Alicante el calor de Irun?

–¡Por supuesto! Nosotros muchas veces hemos ido con la familia a las competiciones, siempre nos hemos sentido muy apoyados, pero esta vez ha sido muy especial.

–También porque ha sido la vuelta a la competición, ¿verdad, Jon?

–Sí, también por eso. Después de conseguir subir a la máxima categoría, nos hemos presentado a varios Campeonatos de España y en el 2018-2019 logramos ser finalistas de España, pero llegó la pandemia, llegó el parón y llegó el verano. En septiembre había mucha incertidumbre en cuanto a los campeonatos, así que nosotros volvimos a nuestras clases en 22 Academy con normalidad. En octubre ha sido una sorpresa cuando nos hemos enterado de que se retomaba el Campeonato de España.

–Y a bailar, Josune.

–Sí, sí, ¡a entrenar! A contrarreloj nos pusimos a entrenar y nos fuimos a Alicante. Allí hemos participado en dos Campeonatos de España y creo que hicimos un buen papel, nos quedamos en semifinales.

–Jon, sabemos que bailáis muy muy bien, pero sabemos muy poco sobre la competición.

–El baile de salón o el baile deportivo tiene dos modalidades: por un lado, la estándar y por otro, los bailes latinos. Cada grupo tiene cinco bailes. En la modalidad estándar están el vals inglés, el tango, el vals vienés, el slow fox y el quickstep. Después, en los latinos tenemos samba, cha-cha-cha, rumba bolero, pasodoble y jive. Nosotros, cuando empezamos, decidimos hacer las dos modalidades, así que competimos en diez bailes. Hacemos un mix de todo. Se necesita mucho trabajo porque son diez coreografías diferentes, pero es mucho más divertido.

–¿Diez coreografías? ¿Y no se os olvida ningún paso?

–(Risas) Bueno, en la primera competición yo olvidé todas las coreografías. Estaba muy nervioso y me quedaba en blanco todo el rato.

–Josune, te ríes...

–Sí, ¡qué recuerdos! Nuestra primera competición. Fuimos en familia, todos juntos, con la intención de probar, pero no dimos pie con bola. (Risas)

–¿Cuándo y cómo fue esa primera vez?

–Pues hará diez años ya. Fue un profesor el que decidió juntarnos y el que nos animó a competir. Nosotros no sabíamos lo que era la competición, no teníamos referencias. Nos gustaba bailar y listo. Ni siquiera pensábamos que fuera a ser nuestra vida. Queríamos probar y nada, allí fuimos las dos familias enteras. Fue muy divertido.

–Parece que lleváis toda la vida bailando, Jon...

–La compenetración es muy importante. Es cierto que Josune y yo nos conocíamos de la escuela, pero no habíamos bailado juntos. En casa a mí me decían: «¿por qué no bailas con esa chica que baila tan bien?». (Risas) Un profesor nos juntó, empezamos a competir, nos lo tomamos en serio, fuimos mejorando y hasta aquí.

–Detrás de una competición hay mucho trabajo.

–¡Muchísimo! La competición te hace ser exigente, pero también te enriquece mucho y te hace crecer como persona. Ojalá más gente se anime a probar el baile de salón, queremos crear en Irun un poco más de cultura de baile. Se suele asociar a las plazas de pueblo o a músicas antiguas, pero el baile de salón es súper alegre, divertido y juvenil.

–Josune, ¿en 22 Academy hay cantera?

–La hay y ojalá se motiven más parejas y que se piquen para competir.