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Vivimos atrapados en la vorágine del día a día y no son muchos los momentos en los que nos paramos a reflexionar y mirar más allá de nuestros problemas. ¿Cómo nos vamos a quejar de que un día esta lloviendo cuando hay gente que no tiene ni para taparse? Precisamente esto es lo que nos propone Asier Requejo con su documental 'Nepaldala'. La cinta, muestra el trabajo que realiza en Nepal la ONG Nepaldala, formada por las bidasotarras Miren Beroz, Aitziber Alza y Olatz Lasa.
Este viernes, a las 19.00 en el Amaia, el público tendrá la posibilidad de ver el largometraje que recoge los testimonios de niñas y adolescentes nepalíes que tratan de lograr un futuro mejor gracias a su programa educativo. Seducido inicialmente como montañero, alpinista y escalador por la idea de ir a Nepal, se topó con una historia que no pudo no retratar.
Requejo nos confiesa que este documental de cuarenta minutos, con traducciones del nepalí al inglés, todo subtitulado al castellano, con alguna declaración en euskera, terminó siendo algo muy diferente a la idea inicial, al primer boceto. «En un primer momento, mi ofrecimiento con las chicas y con Nepaldala fue hacerles un vídeo corto. Yo tenía la idea de que fueran entre tres y cinco minutos. Un vídeo que les diera un empujoncito en redes sociales para llegar a más gente y dar a conocer el trabajo que ellas está realizando allí», explica el videógrafo.
Conocía a las chicas y sabía la labor que estaban llevando a cabo con la ONG. Trabajan para proporcionar educación a niñas del país asiático que se encuentran en situación de vulnerabilidad, todas ellas de Bajhang, una remota zona de Nepal. «La historia que se cuenta en el documental, al final, es lo que ellas me explicaban a mi que estaban haciendo. Me contaban toda una serie de historias que me llevaron a tomar la decisión de que había que contarlo bien. No es lo mismo que te lo cuenten a verlo en imágenes. Me di cuenta que lo que ellas contaban a los socios, a la gente que quería colaborar, a su entorno, era el hilo conductor. Teníamos un guión y a partir de ahí había que darle forma con imágenes. Era lo único que nos faltaba», detalla Asier.
Nepal es un maravilloso país en el que las condiciones de vida no son fáciles, para las mujeres en especial. En la cinta, son las propias niñas las encargadas de ir narrando la historia. «Mostramos como están en Kathmandu, cómo van al colegio, cómo han vivido este cambio y cómo vivían en las aldeas. También nos trasladamos a esas zonas más rurales para grabar imágenes sobre el terreno, con sus familias. Se va viendo todo lo que nos cuentan ellas con las imágenes que conseguimos grabar allí», apunta.
Más allá de lo emocional y de conocer otras realidades, tampoco técnicamente fue nada sencillo rodar algo así. «Fui con un dron y un par de cámaras y muchas baterías. En los once días que estuvimos en el Bajhang no pude cargarlas. Tuve que limitar mucho el uso, ser muy selectivo. A la hora de volar el dron, tenía tres baterías de 25 minutos, había que gestionar muy bien los tiempos y decidir qué grabar».
El abandono escolar es otro de los problemas a los que se enfrentan las escolares nepalíes, que no solo tienen dificultades para acceder a la educación sino que están expuestas al trabajo infantil, al matrimonio precoz o el tráfico humano. A través del proyecto Ikasi, la ONG les brinda la oportunidad para que puedan labrarse un futuro y convertirse en sustento de su comunidad.
Lo que más le impacto de la experiencia a Asier fue «cómo tenían la muerte muy normalizada. Era normal para ellas que cualquier día alguien muriera en un río porque no supiera nadar, por ejemplo. No lo viven como se vive aquí».
Hay un choque de culturas importante que queda reflejado en el documental. «Por ejemplo, nos hemos encontrado con una tesitura de que cuando las niñas están con la regla las sacan fuera de casa porque creen que están malditas», historias que en occidente llaman mucho la atención.
Al contrario que ahora, por aquel entonces su dedicación al mundo audiovisual no era plena y reconoce que fue un gran aprendizaje. Confiesa que el viernes en el Amaia será un día especial para él: «será una pasada, me siento súper privilegiado de poder mostrar en casa un trabajo al que le he dedicado tanto tiempo y tanto cariño. Me parece súper especial porque va a venir mucha gente, pero sobre todo por poder enseñar lo que hemos hecho y el trabajo de la ONG allí. Me parece lo más bonito» analiza antes de compartir su reflexión final.
«A mi me ha ayudado a valorar lo que tenemos, a salir un poquito más de la queja. Somos unos privilegiados y puede que no nos estemos dando cuenta. Esa es la reflexión de este documental», no duda en reconocer el director.
La proyección del viernes está enmarcada en la programación de DokuIrun. La sesión incluirá un coloquio con el propio Asier Requejo y con Olatz Lasa y Aitziber Alza. Las invitaciones se pueden reservar a través de la pagína web municipal.
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Ángel López | San Sebastián e Izania Ollo | San Sebastián
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
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