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Una jornada más para el Real Unión en la que la situación antes de afrontar el partido es la misma. Da igual el rival o dónde se vaya a jugar el encuentro, el caso es que los unionistas necesitan puntos para abrir brecha con la zona peligrosa de la clasificación y poder tomar algo de aire. Cierto es que el equipo entrenado por Juan Domínguez no está ahogado, pero como se viene repitiendo durante las últimas semanas, no se puede relajar.
Y es que a pesar de esa décima posición en la que los irundarras han llegado a la jornada 26 del campeonato, los 30 puntos con los que cuentan no son suficientes como para estar tranquilos. El Gernika y el Izarra, que marcan el puesto de promoción de descenso y el de descenso directo, están a solo cuatro puntos y cualquier tropiezo podría comprometer aun más la situación.
Así es como llega el Real Unión al derbi que esta tarde, a partir de las seis, disputará en Zubieta contra la Real Sociedad B. Un partido siempre especial por la cercanía, por la rivalidad y porque el cuadro txuribeltz está plagado de exjugadores de la Real.
Algunos unionistas llegaron a jugar con el primer equipo donostiarra, como es el caso de Garrido, Estrada o Esnaola, y otros como los hermanos Eizmendi, Orbegozo o Etxabeguren -y no son los únicos- llegaron hasta el filial.
Por si con esto fuera poco, la mirada a los banquillos también tiene lo suyo. Juan Domínguez tiene pasado realista y Aitor Zulaika, a los mandos del Sanse, es el último entrenador que ha conseguido dar alegrías a la afición unionista. Con él al frente, el Real Unión disputó por última vez unos play-off y ganó la Copa Federación.
Estas coincidencias siempre le han dado al derbi la imagen de partido entre hermanos, pero lo cierto es que los dos equipos van a buscar los tres puntos que se van a poner en juego porque los necesitan para sus respectivos intereses y porque este es uno de esos partidos que hace especial ilusión ganar.
De momento, el Real Unión ya sabe lo que es imponerse a los potrillos, ya que una de las cinco victorias logradas durante el campeonato fue contra ellos.
El conjunto irundarra afronta el derbi de hoy en una situación complicada clasificatoriamente hablando, pero lo cierto es que a nivel de resultados, la racha no es del todo mala. Y es que los de Irun llevan ocho jornadas sin perder, aunque en este tiempo solo han conseguido dos triunfos por seis empates. Es decir, doce puntos de veinticuatro posibles. Dan para no estar en la zona roja, pero no para relajarse.
Si miramos al momento en el que llega el Sanse al derbi, su trayectoria es mucho mejor. De hecho, se podría decir que afronta el partido en su mejor momento de la temporada. El filial realista ha perdido dos de los últimos ocho partidos, pero es que ha ganado los otros seis. Esta racha le ha permitido subir a la quinta posición y estar a seis puntos del cuarto clasificado, en plena lucha por los play-off.
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