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alazne aldayturriaga
Domingo, 13 de marzo 2022, 17:21
En la zona en la que se centra el operativo de búsqueda del migrante desaparecido ayer, el polígono industrial de Zaisa en Irun, hay varias gasolineras que dan servicio tanto a los transportistas como a los habitantes de la zona. En una de ellas trabaja Xabier Telletxea, quien asegura que «si no es todos los días, cada dos días» llegan migrantes a la zona industrial para observar el río Bidasoa, con intenciones de cruzarlo y así conseguir pasar al otro lado de la muga. También llegaron el sábado. «Vi a tres migrantes por el bidegorri, subieron hacia arriba, luego bajaron y se quedaron aquí, mirando», cuenta.
En el tramo en el que se encuentra el polígono industrial, el río Bidasoa tiene gran profundidad. Por ello, Telletxea suele indicarles de vez en cuando que «vayan más arriba, que es donde menos cubre, porque aquí es imposible. Sé que no saben nadar y al menos para que lo tengan más sencillo».
A la media hora, asegura el trabajador, empezaron a llegar patrullas de la Guardia Civil y de la Ertzaintza. Fue entonces cuando se dio cuenta de que «algo no iba bien» y así se lo dijo a su compañera de trabajo. «No es normal que venga tanto policía. A la hora nos dijeron que habían pasado dos y que uno estaba desaparecido», relata el joven.
«Yo no vi nada. Simplemente, no es la primera vez que pasan y les damos algo de agua, comida... Pero ayer vimos a tres chavales y nada más, ni siquiera sé por dónde saltaron al agua», narra Telletxea, que se siente impotente y rabioso ante una nueva posible muerte de un migrante en tránsito cuando intentaba cruzar la muga.
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