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Patricia Rodríguez y A. del Castillo
Lunes, 22 de febrero 2021, 06:43
Los bomberos, desplazados de varios parques tanto de Gipuzkoa como de Navarra, han tenido este fin de semana a los elementos naturales en contra para ... atacar el fuego. Al viento que ayudó a propagar las llamas y a la sequedad de la vegetación propia de estos meses, se unió un terreno lleno de pendientes entre valles, por donde las llamas fueron avanzando. El operativo tuvo que desplegarse a pie con gran dificultad. Los bomberos se vieron en mitad de «pendientes y desniveles brutales», según describía ayer el sargento de Bomberos de Navarra, Aitor Andueza. «La parte más activa en la zona de Lesaka -luego ya controlada- también coincide con una de las partes muy activas de Gipuzkoa. Está saltando el fuego de un lado a otro de la muga en unos valles muy escarpados, con pendientes muy grandes que hacen el acceso muy difícil. Tampoco es un monte muy grande, nos encontramos a cota 400 pero el fondo del valle está a cota 20», detallaba.
Esta escarpada orografía dificultó el acceso a pie así como el reconocimiento del terreno. «Resultó muy complejo porque el entorno estaba muy oscuro. Manejarte por un terreno desconocido y abrupto para atacar un fuego cuando tienes menos tiempo para reconocer el lugar es una complicación añadida».
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A ello se le sumó unas condiciones meteorológicas muy adversas. «No hemos superado el 35% de humedad, que es bajísima. Estuvimos a 23 grados y un viento sur sostenido por encima de los 20 kilómetros por hora que llegó a rachas de 70 kilómetros por hora», precisaba ayer por la mañana el sargento, que añadía que la fuerza del viento impidió el vuelo de los medios aéreos. «No podían volar los helicópteros porque las condiciones de viento no lo permitían, con lo cual eso obligaba a que toda la extinción se hiciera desde tierra».
En los trabajos participaron «de forma coordinada» equipos de emergencia de Navarra, Gipuzkoa e Iparralde, además de bomberos voluntarios de Lesaka, Berate, Goizueta y servicios vecinos. No se descarta que hoy «siga algún retén vigilando el lugar». Según la última revisión, todo el frente de Iparralde se encuentra ya extinguido.
El guarda de Medio Ambiente Gabriel Fuentes y el bombero Peio Oiartzabal también estudiaban ayer el terreno situado justo enfrente de la ladera de Auzoberri que estaba ardiendo y realizando una primera estimación del daño causado a consecuencia de las llamas, porque ha ardido de todo, plantaciones, bosque y zonas de poco arbolado también. La fuerte pendiente complicó la labor de los bomberos. «Es un terreno muy escarpado, muy difícil para trabajar», coincidían con Andueza. Y también con una situación poco previsible debido a las fuertes rachas de viento. La única esperanza, la intensa lluvia que ha caído de madrugada, ha resultado desiciva para apagar las llamas y dar el fuego por sofocado totalmente sobre las 2.00 horas.
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