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Desbordado. El agua terminó por desbordar y afectó a locales, que se protegieron con tablas de madera

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Desbordado. El agua terminó por desbordar y afectó a locales, que se protegieron con tablas de madera Unanue
Andoain

«Vimos que el río cogía mucha fuerza y subimos todo el material a las alturas»

Las planchas de protección en las puertas hicieron de barrera en la mayoría de locales de la calle Zumea tras la crecida del Oria

Mariví olano

Sábado, 11 de diciembre 2021, 08:05

De madrugada, sobre las 5.30 horas, se cumplían los peores temores de los vecinos. Finalmente, el Oria se salió del cauce y se abrió paso por la calle Zumea de Andoain. El río Leitzaran mostró toda su fuerza a su paso por el puente de San Cruz, precintado por la Policía Local por precaución. Los comercios y bares de esta zona y de Kale Nagusia ya habían colocado el jueves a última hora de la tarde defensas en las puertas y escaparates de sus comercios con planchas de madera y espuma de poliuretano para sellar los huecos en un intento de poner freno al agua. Gracias a ello, el río no llegó a entrar a la pescadería Sarasola, el bar Gaztelutxo, la ermita de Santa Cruz, o en el local de Cáritas interparroquial. Sí llegaba hasta los portales número 3 y 5 de esta calle, pero también lograron protegerse con maderas. Sí entró en el local de EH Bildu, donde el agua cogió 15 centímetros de altura. Josean, vecino del número 3, se conformaba con que podían entrar y salir de sus casas por los garajes, situados en la parte trasera de estos edificios de viviendas. Operarios de los servicios municipales se desplazaron de madrugada con un camión grúa hasta el puente de Santa Cruz y comenzaron a retirar los troncos apilados en el cauce del río Leitzaran. Javier, un vecino que asistía a estas labores, criticaba la decisión de Diputación de demoler la presa de Inturia en el verano de 2012 y más recientemente, en agosto, la de la antigua Papelera Leizarán. «Soy ecologista pero entiendo que a veces la intervención en la naturaleza es necesaria. Estos troncos que está arrastrando el Leitzaran es debido a que se tiraron esas presas que servían precisamente para contener ramas y restos de árboles».

Joaquín, comerciante de Kale Nagusia, se quejaba de que el Ayuntamiento no haya colocado sacos terreros a la salida del puente para contener los desbordamientos. «Lo pedí en la anterior legislatura y lo he vuelto a pedir ahora, pero siguen sin hacer caso. No creo que suponga tanto coste comprar unos sacos con tierra. Nosotros estaríamos dispuestos a encargarnos de colocarlos. También es necesario que se haga un buen dragado de los ríos porque hacen poda de árboles y de la vegetación que crece en las orillas y la dejan en el cauce».

El dato

  • 66 litros por metro cuadrado se recogieron ayer en el observatorio meteorológico de Igeldo

Uno de los locales afectados era la sede de EH Bildu, en la calle Zumea. El portavoz local de la coalición, Andoni Alvarez, comprobó ayer que el agua llegaba a una altura de unos 10-15 centímetros. Por suerte, no había material importante. «Los ordenadores los habíamos subido y en el suelo solo había unas cajas de cartón con carteles antiguos», indicaba el concejal Jon Zulueta.

A la puerta de la librería Ernaitza de Zumea kalea, su propietario Garikoitz Plazaola hacía guardia. La tarde del jueves contó con ayuda de un grupo de voluntarios para retirar el material, sobre todo libros, cuadernos, agendas y regalos, de las baldas más bajas. «Viendo que el temporal no remitía y que el río continuaba subiendo, llegó un punto en el que decidí poner parapetos en la puerta y empezar a subir el material a las estanterías más altas. Sobre las 5.30 de la madrugada es cuando el agua salió a la calle y ha ido subiendo hasta las 9.00 de la mañana. Ahora parece que ha bajado algo pero no podemos cantar victoria, hay que esperar», comentaba.Su establecimiento es uno de los más complicados a la hora de sacar el material. «Son artículos de papelería que en cuanto cogen un poco de humedad se echan a perder y material pequeño, de poco volumen, pero tengo mucha cantidad y es un trabajo complicado y laborioso. Por suerte tengo siempre a gente voluntaria que se presta a ayudar. Y eso es de agradecer».

A la espera de cómo transcurren las próximas horas, se mostraba confiado en que la protección instalada en el local frenara la entrada de agua y hubiera servido también para evitar males mayores en los establecimientos afectados de Zumea kalea.

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