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Juan F. Manjarrés y Lukas Otaegui
Hernani
Lunes, 10 de febrero 2025, 00:03
Los vecinos del Casco Histórico de Hernani siguen conmocionados por el incendio que se produjo en el último piso del portal 36 de la Kale Nagusia la madrugada del pasado domingo, 2 de febrero. Familias de hasta siete portales tuvieron que ser desalojadas de sus ... viviendas como medida de seguridad. La mayoría pudieron volver a sus domicilios a lo largo del mismo día una vez sofocadas las llamas, pero trece tuvieron que pasar la noche fuera. Eran las moradoras de los portales 34, 36 y 38. Al día siguiente, las nueve del 34 y el 38 recibieron el visto bueno para volver a sus casas. Quedaban las del 36, el bloque donde se originó el incendio y el más afectado.
Una semana después del incidente, la normalidad no ha llegado aún al barrio. Esas cuatro familias residentes en el número 36 siguen sin poder regresar a sus domicilios. El bloque está precintado y los contados accesos que se producen (de propietarios para rescatar pertenencias, peritos para evaluar daños...) se realizan en compañía de agentes de la Policía Municipal, ya que la entrada debe hacerse «con mucho cuidado», aclara el alcalde de la localidad, Xabier Lertxundi. El primer edil hernaniarra anticipa que la vuelta de estos vecinos a sus casas «no se prevé de momento» porque persiste la inestabilidad y los riesgos en el edificio.
Martín Berastegi, familiar de uno de los vecinos del primer piso del bloque afectado, rondaba ayer la zona poco antes del mediodía. Confirma que «todavía nadie ha vuelto al edificio». Explica que «al primero y al segundo piso se puede acceder, pero pasará un tiempo hasta que puedan volver a ser habitados». El tercero y el cuarto «son los que peor están, porque cayó mucha agua sobre ellos» durante las labores de extinción del fuego y «la lluvia no está ayudando».
Lertxundi corrobora que tras la revisión efectuada por los servicios técnicos del departamento de Urbanismo, «en principio se puede acceder hasta el tercer piso. Al cuarto no porque no hay escalera». Se vino abajo con el fuego.
Una vecina de la zona, Inma Jauregi, recuerda que «estas casas son muy antiguas y con estructura de madera. Alguna tiene más años que el bombardeo al centro» en 1936.
A pesar de ello la estructura del inmueble no se ha visto afectada. Prueba de ello, el local comercial que se encuentra en la planta baja del número 36 de la calle Mayor lleva abierto desde hace varios días, al igual que «la pescadería, la panadería y el bar que da al patio trasero», añade Jauregi. Aunque «la tienda de debajo del bloque y el almacén han acabado mermados por el agua », interviene otro residente en la zona que rehúsa dar a conocer su identidad.
Las labores se centran estos días en «la protección del tejado quemado», explica el alcalde, ya que «hay materiales inestables que con viento u otras variables pueden llegar a moverse y ser peligrosos».
Lertxundi recalca que «los servicios sociales municipales trabajan para ofrecer una alternativa a todas las familias. Estamos haciendo un seguimiento individual para encontrar la alternativa más adecuada según la situación de cada uno, con idea de que «puedan pasar a ser alojados en recursos municipales».
Jauregi concreta que los afectados que no tienen familiares por la zona están siendo atendidos por el Ayuntamiento. «Se alojan en un hotel y en el bienestar social de Hernani, y comen en la residencia de ancianos y en el centro de día».
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