Discoteca silenciosa en Hernani
Contra el ruido ·
Un céntrico bar entrega auriculares a los clientes a partir de las 22.00 horas para continuar con la fiesta sin molestar a los vecinosContra el ruido ·
Un céntrico bar entrega auriculares a los clientes a partir de las 22.00 horas para continuar con la fiesta sin molestar a los vecinosEl bar La Bodega ha cambiado el modo de disfrutar de la noche. La música deja de sonar en los altavoces de este local de Hernani a partir de las 22.00 horas. A esa hora comienzan a repartir auriculares inalámbricos a los clientes. «Muchos ... se llevan una gran sorpresa. Se quedan flipados», dice Aitzol Torrecillas, propietario del bar, que asegura que la iniciativa ha sido un «éxito».
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¿La razón de este cambio? El 17 de febrero le llegó a Torrecillas una carta del Ayuntamiento instándole a que dejara de reproducir música a partir de las 22.00 por los problemas que ocasionaba a los vecinos del bloque. El día 18, sábado y fiestas de Carnaval, «no pudimos poner música y no apareció casi nadie. Empecé a pensar y di con las discotecas silenciosas. Contacté con una empresa distribuidora de este tipo de auriculares, viajé a Valencia un viernes y el sábado ya empezamos a utilizarlos», explica el hernaniarra.
Lo cierto es que las denominadas 'discotecas silenciosas' llevan más de una década en el mundo de la noche, aunque la gran mayoría se encuentran en Madrid, Barcelona o Valencia.
Este tipo de auriculares inalámbricos permite a cada cliente elegir entre tres tipos de música: rock, techno y reguetón. Cada estilo se distingue por un color que adquiere el auricular -rock, rojo; techno, verde y reguetón, azul-, de forma que todos sepan qué tipo de música escucha cada cliente. Se puede ajustar el volumen, pero no saltar la canción, que sigue una 'playlist' con hasta once horas de autonomía.
«Cuando se me ocurrió la idea, mis amigos me dijeron que estaba loco, que no funcionaría bien», confiesa Torrecillas, pero el tiempo le ha dado la razón. La respuesta ha sido «increíble. Tenemos colas fuera del bar todas las noches». Con semejante éxito, las probabilidades de que se produzca algún robo o rotura aumentan pero, según explica Torrecillas, en las tres semanas que llevan los auriculares inalámbricos en funcionamiento no se ha producido «ninguna incidencia». A la entrada de La Bodega, el propietario ha colocado un cartel que indica que todo el que salga del local deberá entregar los auriculares inalámbricos al personal de seguridad y que, quien no lo haga, deberá hacer frente a una sanción de 65 euros.
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Por ahora «no hemos tenido ningún problema». Al principio se permitió entrar en La Bodega al máximo de aforo permitido pero, visto el éxito, Torrecillas reconoce que «hemos empezado a bajar el número de personas porque con 200 auriculares se descontrolaba un poco la cosa. Tenemos unos 20 auriculares más en caso de que alguno falle, pero por ahora el recibimiento no ha podido ser mejor».
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