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«Dirigir este negocio me ha dado mucha satisfacción»El escaparate de la floristería Ormazabal ya anuncia su 100 aniversario. Pero no son flores lo único que venden; artículos de regalo y complementos de moda acompañan a las plantas. Ramón Ormazabal y su mujer Koro Ortega son los dueños y encargados de la tercera ... generación del negocio. El abuelo de Ramón, Javier Ormazabal, abrió una barbería y taberna junto a su mujer Juana Mendizabal en el año 1924. Más tarde, en los años 50, su padre Pedro, más conocido como Perico, tomó las riendas del negocio y decidió convertirlo en una tienda de ultramarinos. El tercer hijo de Perico fue Ramón, actual propietario del negocio, que quiso con 16 años dejar los estudios para dedicarse, junto con su padre, a la tienda.
– ¿En qué momento nace la idea de reconvertir una tienda de ultramarinos en floristería?
– Yo he crecido en la tienda, nuestra vivienda estaba en el piso superior del local, y quería dedicarme a ello. Así que cuando cumplí 16 años, dejé los estudios y me dediqué de lleno al trabajo. En los años 70 comenzaban a aflorar las grandes cadenas, que iban a suponer una gran competencia para nuestro negocio, así que le dije a mi padre que teníamos que reconvertirlo en algo diferente. Le propuse centrarnos en algo que nos gustase a ambos: él quiso trabajar con productos de ferretería, y yo con artículos de regalo, y en 1977 hicimos una reforma para comenzar con el nuevo negocio. Algunos años después él se jubiló, yo me casé y mi mujer comenzó a trabajar en el local, y como ni a mi mujer ni a mí nos interesaba la ferretería tuvimos que pensar en algo que acompañase al artículo de regalo. Ahí se nos ocurrió meternos en el negocio de las flores, y para complementar añadimos también complementos de moda. Son esas tres las cosas que se pueden encontrar a día de hoy en nuestro local.
– ¿Cómo aprenden a trabajar con flores y plantas?
– Hicimos cursillos. Nos metimos de lleno a aprender todo lo posible sobre las plantas, su mantenimiento, el cuidado que requieren. Además, preparación de un ramo, presentación de producto, marketing. Teníamos que adaptarnos a los nuevos tiempos y nos pusimos a leer muchos libros. Así aprendimos todo lo que sabemos ahora.
– ¿Con qué tipo de clientela trabajan?
– La floristería ha evolucionado radicalmente en los últimos años. Antes se trabajaba mucho en el tema de las bodas. Ahora son mucho más sencillas, pocas parejas se casan por la iglesia y no requieren tantos elementos florales. Los pocos que nos piden ramos los piden muy sencillos. Además, un gran competidor en este sector son los negocios dirigidos a la planificación nupcial, que ofrecen el pack completo, flores incluidas. Así que vendemos principalmente flores para regalos: San Valentín, día de la madre, día de todos los santos... También en el día a día, en otro tipo de celebraciones, además de plantas para la decoración del hogar.
– ¿Algo que caracterice a Floristería Ormazabal?
– La presentación del producto. Nuestra clientela sabe que, si compran en nuestra tienda, recibirán un producto en el que hemos invertido tiempo, esfuerzo, cariño y dinero. Porque no nos importa gastar el dinero que haga falta para poder presentar un producto lo más bonito posible, preferimos gastarlo así que haciendo publicidad. La mejor publicidad que podemos tener es una buena reputación entre nuestros compradores.
– ¿Veremos una cuarta generación de Ormazabal?
– No, porque existe un grave problema de relevo generacional. Parece que sólo afecta a negocios del sector primario, como pueden ser la ganadería o la pesca, pero también nos afecta a tiendas como la nuestra. Mis hijos ya han elegido sus caminos y no ha sido el del negocio familiar. Creo que en parte tengo yo la culpa, porque siempre les he transmitido que dirigir un negocio es algo muy sacrificado. Y lo es, pero como todo en la vida. Me ha faltado contarles que también puede ser una cosa muy positiva. A mí esta tienda me ha dado mucha felicidad y satisfacción, y no me arrepiento de nada.
– ¿Cuál es el paso que darán tras su jubilación?
– Estamos apuntados al programa Berriz, impulsado por la Cámara de Comercio del Gobierno Vasco, que trata de buscar salidas a negocios que no tienen relevo, como puede ser el nuestro. El programa los analiza y estudia para tratar de darles la salida más rentable posible. A mí no me queda mucho para jubilarme, esperaré un par de años para hacerlo a la vez que mi mujer, pero me parece buena opción.
– «...»
– El negocio ha salido adelante gracias a nuestro tiempo y esfuerzo, pero también gracias al pueblo. Tenemos la suerte de vivir en una localidad en la que hay mucha actividad comercial y en la que los vecinos se apoyan mutuamente. Hay también mucho movimiento cultural y festivo que nos ha dado trabajo más que de sobra. Sé que sin su ayuda no habríamos salido adelante de la manera en la que lo hemos hecho, y estoy muy agradecido.
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