Brunet y Cía. Lasarte-Oria contó con la fábrica de industria textil. ARCHIVO UDALA

'Mujeres del Algodón', el grupo de guipuzcoanas que fabricaban las «mejores telas»: «Pepita empezó a trabajar con 10 años tras la comunión»

Testimonios. Ihitten elkartea organizó un encuentro en el que se visibilizó el proyecto 'Kotoiaren Emakumeak', encabezado por Fanny Alonso, que también se podría desarrollar en la localidad

María Cortés

Lasarte-Oria

Sábado, 26 de octubre 2024

Esta misma semana, convocadas por Ihitten elkartea, Fanny Alonso y Maialen Porroy, parte de 'Mujeres del Algodón', visitaron el espacio Antonio Mercero para dar a conocer el trabajo realizado en Andoain, Bergara y Villabona. El proyecto surgió en la primera localidad mencionada, en Andoain, gracias a Fanny Alonso, responsable máxima de toda esta aventura. «Antes de la pandemia, en un bar al que suelo ir salió el tema de las telas –yo estaba buscando para una colección que quería hacer– y una mujer me dijo 'en Andoain hacíamos en la algodonera las mejores telas'. Eso se me quedó grabado y en pandemia, con tiempo libre, empecé a investigar sobre la industria textil en Gipuzkoa. Recopilé mucha información y supe que había habido grandes algodoneras en varios municipios, entre ellos, Andoain. Me puse en contacto con mujeres que habían trabajado allí. Aunque empecé sin un objetivo claro, lo que me di cuenta es que las mujeres con las que había hablado necesitaban que alguien les diera visibilidad y les escuchara».

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Es así como comenzó todo este camino en el que Fanny y su equipo han entrevistado a muchísimas mujeres que trabajaron en la industria textil. «Todo el trabajo realizado tiene como objetivo recordar, emocionar y, sobre todo, reconocer a las mujeres de la algodonera». En la propia presentación en Lasarte-Oria Maialen y Fanny destacaron frases como «el brillo de estas mujeres ha permanecido en la sombra, pero ha podido salir a la luz más fuerte que nunca» y «las vivencias de las amonas no están en la historia, pero debemos escucharlas y valorarlas».

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Y es que si algo tiene de especial y de emocionante 'Mujeres del Algodón' es precisamente todos esos relatos, esas historias reales y personales. También es un proyecto 'personal' para la propia Alonso, no solo porque es la responsable del mismo, sino porque su propia historia familiar está ligada a él. «Yo sabía que mi ama había trabajado en la industria textil, pero no fue hasta que falleció y empecé con este proyecto que una de las mujeres que entrevisté me contó que mi madre había estado trabajando dos años en la algodonera de Andoain».

La diseñadora recordaba con cariño ante el público lasarteoriatarra que de pequeña se sentaba con su amona para que le contara historias. Y es precisamente lo que ella hizo con docenas de mujeres de Andoain, Bergara y Villabona. «Grababa las conversaciones con esas mujeres que habían trabajado en la industria del algodón. Me juntaba con ellas en plazas, cafeterías... y me contaban sus vivencias. Con todo ese material me rodeé de un grupo en el que cada uno de nosotros plasmó toda esa información en diversas disciplinas artísticas como poemas, música, fotografía... Y con todo ello hemos hecho exposiciones en los tres pueblos». Además, Alonso reflexionaba en el espacio Antonio Mercero con el hecho de que «hoy en día se escucha poco a los mayores y tienen mucho que contar. Por eso, nos parece importante que el proyecto también llegue a los jóvenes. En las actuaciones que hemos hecho en colegios la respuesta ha sido muy buena. Muchos profesores nos han llamado después para decirnos que ha despertado la curiosidad de los alumnos y que ya han empezado a preguntar sobre estas cosas a sus amonas y aitonas».

Esas historias que fueron recogiendo hicieron que Fanny y su equipo fueran poco a poco 'enganchándose' a ellas. «Recuerdo a Pepita, la primera mujer que entrevisté y que hoy en día tiene 94 años. Me 'enamore' de su historia que comenzó con 10 años, ya que empezó a trabajar en la fábrica de Andoain después de hacer la comunión. Me contaba que no llegaba a la maquinaria, por lo que le tenían que poner un altillo». En este punto, la fábrica de Andoain llegó a la conclusión que las mujeres acabarían por anteponer su faceta de madres a la laboral, por lo que para 'mantenerlas' trabajando decidieron montar una guardería. «Así muchas mujeres daban a luz y al mes se incorporaban. Dado que Pepita era de las más jóvenes la mandaron a la guardería a cuidar a los niños de las otras mujeres. Allí estuvo muchísimos años».

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Dela es otra de las protagonistas de 'Mujeres del Algodón'. «Era la hija de los porteros de la fábrica de Andoain. Me explicó que para ella la algodonera era los domingos su sala de juegos y que su madre le reñía para que tuviera cuidado con los canales de agua», añadiendo que «en las veces que nos hemos reunido siempre relata que en la portería había un panel donde se almacenaban todas las llaves relevantes de la fábrica. Las enumera por orden y de memoria, sin dejarse ninguna olvidada».

Tanto Porroy como Alonso destacaron que «es importante recordar a una generación que trabajó duro cuando hacerlo fuera de casa era algo extraordinario, compaginando el hogar y el cuidado de los hijos con sus trabajos en la fábrica».

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¿Y en Lasarte-Oria?

Por todos es sabido que Lasarte-Oria contó con industria textil con la fábrica Brunet y Cía. Echando la vista atrás, esta antigua empresa guipuzcoana fue descrita, a fines del siglo XIX, así: «pertenece a la sociedad mercantil de José Brunet y Comp., de San Sebastián; situada a 11 kilómetros de la capital, en el barrio de Lasarte, jurisdicción de Urnieta. Está movida por aguas del río Oria, con una presa de 60 metros de longitud y salto de 2,50, constituyendo una fuerza motriz de 180 a 200 caballos. Fue construida en 1846 y, desde entonces, trabaja con regularidad, consumiendo anualmente 1.200 pacas de algodón, que se convierten en hilos, retorcidos en varios cabos, blanqueados y de diversos colores, en madejas y ovillos, para distintas labores de señoras; y en tejidos ordinarios llamados elegantes, guineas, americanas, lonas, telas para alpargatas y cintas...», recordando que «para la transformación de las 1.200 pacas de algodón, cuyo valor aproximado es de 360.000 pesetas, ocupa esta importante fábrica 19 hombres, 18 muchachos de 14 a 16 años, 125 mujeres y muchachas de 17 años, y 29 jóvenes de 12 a 15 años, que hacen un total de 251 personas; y que habitan en las inmediaciones de la fábrica, en barrio económico, construido por la misma sociedad».

Estos son algunos datos encontrados que hablan de la fábrica de Lasarte-Oria, pero volviendo a la actualidad, Fanny estaría encantada de poder investigar más a través de las mujeres que trabajaron allí. «Llevo meses queriendo que algún responsable municipal, ya sea de Cultura, Igualdad... se reúna conmigo para que conozca de primera mano qué es 'Mujeres del Algodón'. La verdad es que estoy un poco desanimada, porque no se nos está dando ninguna opción de poder desarrollar este proyecto en Lasarte-Oria. Está siendo muy complicado, contactar con alguien ha sido casi imposible. Solo quiero exponerles el trabajo, que me escuchen y luego valoren si encaja para Lasarte-Oria o no. Pero es que no he podido ni llegar a ese paso».

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Sin embargo, ya son algunas las mujeres de la localidad que se han puesto en contacto con la andoaindarra, porque quieren contar su historia. «Cuando vamos a una localidad nos ponemos en contacto con mujeres que hubieran trabajado en la industria textil. Cogemos sus testimonios y los grabamos. Con ese material, cada una de nosotras lo traslada a su área de trabajo: una hace poesías, otra ilustraciones, se escriben historias, se busca el enfoque para las redes sociales y yo suelo hacer un guiño al lugar en el que estemos a través del diseño. Durante un año trabajamos con toda esa información para darle forma», añadiendo que «yo me he movido mucho para recopilar información. He estado en los archivos municipales de las localidades en las que ha llegado el proyecto, pero también en ciudades como Madrid o Barcelona. Por eso, tengo material de casi toda Gipuzkoa. Y Lasarte-Oria, por su proximidad y por la industria que tenía, es una localidad en la que se podría desarrollar el proyecto».

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