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Txaro Tomasena | Deportista de 78 años de grandes desafíos
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Txaro Tomasena | Deportista de 78 años de grandes desafíos
«Si algo tengo claro es que la edad no cuenta, lo que marca es la salud»Lo de Txaro Tomasena es un caso especial. 78 años y, tras sufrir una caída que le rompió el supra espinoso, trabaja a tope para participar el año próximo en el triatlón de los Juegos Olímpicos Master en Tawain. Pero es que viene de haber ... sido el año pasado la persona de mayor edad en cruzar el Estrecho de Gibraltar nadando, con 77 años. Su vida da para escribir un libro, con trekkings en el Anapurna o el Everest. Pero si algo transmite Txaro es ilusión por cada uno de los retos que afronta y por la vida en sí. Es todo un chute de energía conversar con ella.
– El día 21 ofrece una conferencia en Urnieta, ¿en qué va a consistir?
– Dentro de un ciclo sobre el empoderamiento de la mujer, es la última charla. Me han dejado vía libre para comentar lo que a mí me parezca de interés. Intentaré transmitir que el deporte es importantísimo de cara al bienestar personal y la salud. Animar a que se haga deporte, el que sea y al nivel que sea.
– Usted tiene un doble componente, mujer y de una edad avanzada...
– No es deporte y mujer, es deporte y persona. Para todos es el mismo lema, el estar motivado por hacer cosas importantes, pedirle a tu cuerpo y mente el hacer cosas que te motiven. A mí lo que más me motiva es realizar cosas difíciles e intentar hacerlas bien porque ello te ayuda a mejorar. Tengo claro que todas las personas y a cualquier edad tienen margen de mejora.
– En su caso el dato de la edad es una de las claves. Tiene en estos momentos 78 años y está preparando una triatlón para los Juegos Olímpicos Master.
– Es que quiero desmentir la creencia de que con cierta edad hay que alejarse del deporte. A mí cuando he ido cumpliendo años se me ha presentado la posibilidad de hacer cosas más importantes. Hace 10 años para mí era impensable cruzar el Estrecho de Gibraltar nadando.
– ...
– La clave es querer a tu cuerpo, cuidarlo, atenderlo y exigirle. Le pido mucho a mi cuerpo pero previamente lo cuido como a un bebé. Tengo mi equipo de fisios, médico, alimentación no tanto porque en mi casa siempre se ha comido muy bien, la de la abuela de toda la vida. Si algo tengo claro es que la edad no cuenta, lo que marca es la salud.
– ¿Siempre ha estado vinculada al deporte?
– Que va. Mi caso es algo sorprendente y la gente con la que me muevo alucina. He estado en los campeonatos del mundo natación en Doha en febrero y yo era la excepción. Todos eran gente nadadora de toda la vida, de nivel. Yo empecé a nadar con un entrenador a los 65 años.
– ¿Cuál fue la razón?
– A mí me encantaba el deporte, pero sobre todo era observadora. Veía a mi padre, mis hermanos, mis sobrinos... Era espectadora. Me parecía algo genial. Pero tenía una vida muy ocupada y no me lo planteaba. Cuando dejé de trabajar a los 60 años lo primero que hice fue realizar trabajos manuales, pero me empecé a destrozar la espalda. Iba a Hernani a la piscina dentro de esa rehabilitación. Comencé entonces a nadar y me encanta el mar. Fue en ese momento cuando empecé a realizar deporte en serio, con un entrenador.
– De ahí a ser la persona de más edad en cruzar el Estrecho de Gibraltar nadando con neopreno...
– Sí. Yo no lo podía esperar, pero me dijeron que si entrenaba bien lo podía conseguir y decidí entrenar como una leona. Mi inspiración deportiva es Rafa Nadal.
– ¿Qué fue lo más duro en la travesía del Estrecho?
– El comienzo y el final. Cuenta con unas corrientes terribles, lo que hace que para mí haya sido una experiencia única. No la he tenido en ninguna otra parte del mundo y mira que he nadado en muchos lugares del planeta. Su fortaleza, energía, olas... son terribles. Tiene dos corrientes principales, la que viene del Mediterráneo y la que llega del Atlántico, y te llevan con mucha violencia. Pero es que el día que yo lo crucé de manera excepcional la corriente estaba de frente y tuve que nadar contra ella. Algo durísimo. Los tres kilómetros finales fueron muy complicados, se me subieron las bolas y el mar estaba con una fuerza increíble. Muy duro.
– ¿Cuánto tiempo le llevó prepararlo?
– Un año especializándome en ello. Pero yo ya a finales de 2020 comencé a entrenar fuerte tras una lesión. Estaba por tanto entrenada. La clave de plantearme el Estrecho fue completar el triatlón olímpico que hice en 2021 en agosto, la primera vez que lo realizaba. Fueron 4 horas y 20 minutos. Pensé nada más terminar que tenía que ir a por el Estrecho. Al día siguiente se lo dije a mi entrenadora y fuimos a por ello con 77 años. Desde agosto a julio del siguiente año estuve a tope preparándolo.
– Ahora, a por los Juegos Olímpicos Master.
– Son en mayo de 2025. Tras la travesía del Estrecho tuve un accidente en el autobús, me tiró al suelo y sufrí una lesión importante, rompiéndose la mitad del supra espinoso. Supuso decir adiós al reto de este año, que era cruzar de Lanzarote a Fuerteventura nadando. Tuve que hacer un cambio de planteamiento, le di la vuelta, por lo que me centré en la preparación de cintura para abajo de cara al triatlón.
– Con 78 años.
– Tengo una entrenadora que es muy graciosa y cuando le preguntan qué hace preparando a una persona de tanta edad, ella les responde «no entreno a una persona de tanta edad, entreno a Txaro Tomasena, no tiene edad» dice con ironía.
– También ha tocado otros deportes, por ejemplo la montaña.
– Sí y creo que eso es lo que me ha dado mucha base física. Tuve la suerte de conocer a mi marido, que era un hombre unido a la naturaleza, muy vinculado al caserío. Yo era una urbanita y él me empezó a abrir los ojos de lo bella que es la naturaleza y la montaña. Me llevó a las que a él más le gustaban. La tontería terminó en el Himalaya. Hicimos juntos un trekking, el del Anapurna. En la montaña ha sido la experiencia más dura que he vivido, sobre todo por las condiciones. A los cinco años fuimos a hacer el del Everest.
– ¿Hay algún otro reto al que tenga especiales ganas?
– Cuando vine de lo del Estrecho me programé retos para los próximos cuatro años. Uno era el de los dos islas, que lo tengo pendiente para el año que viene, a lo que sumaré lo del triatlón. Encima éste será en un país como Taiwan, que tiene un 100% de humedad, un tiempo bochornoso. Una bomba de climatología. Va a ser en una situación extrema. Busco retos que me ilusionen y lo que me ilusiona es lo impresionante y lo difícil.
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