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Eider Burgos
Miércoles, 16 de diciembre 2015, 19:08
"Que la Fuerza te acompañe". La cita más célebre de la saga de 'La guerra de las galaxias' y la octava más utilizada de la historia del cine según un ranking del American Film Institute. Que tire la primera piedra quien no haya ... contribuido a la estadística. Pero, ¿sabes realmente lo que es la Fuerza? ¿Podrías aportar una explicación exacta de su funcionamiento? ¿Y de dónde sacó George Lucas todo este invento?
La Fuerza, esa poderosa fuente de energía que no se ve pero se siente. El motor del universo y fuente de poderes tales como la telequinesia o el contacto más allá de la muerte. Si bien su concepción es bastante etérea, es el maestro Yoda quien aporta una de las definiciones más exactas de toda la saga: "La Fuerza un poderoso aliado es. La vida la crea, la hace crecer. Es una energía que nos rodea y nos une. Seres luminosos somos, no burda materia. Debes sentir la Fuerza a tu alrededor: aquí, contigo, conmigo, en el árbol, en la roca en todas partes".
Así, podría decirse que la Fuerza es una suerte de energía que mueve al mundo. Generadora de vida, y que a su vez se alimenta de esta, "en toda forma de vida la fuerza reside". Y a pesar de su omnipresencia, poco o nada se sabe de su origen más que los caballeros jedi han aprovechado su potencial durante siglos para servir como guardianes de la paz y para su propia meditación. Ellos sacan partido del lado luminoso de la Fuerza o Ashlan, mientras que los Sith se decantan por el lado oscuro o Borgan, movidos por sentimientos como la ira, el temor o la venganza. La cara y la cruz, el bien y el mal.
Estas ideas de equilibrio entre fuerzas y del fluir constante de una energía que une al mundo no sale de la nada. Están tomadas del ying y el yang y del 'chi', respectivamente, conceptos básicos del taoísmo y fuente inspiradora del sistema de creencias elaborado por George Lucas. Si bien la Fuerza y sus súbditos conforman un perfecto mosaico de distintas religiones, es la filosofía china la que más aporta al imaginario, con los principios de conexión entre hombre y natura o la eterna reflexión sobre el camino a tomar, el de la luz o el de la oscuridad -'tao' se traduce como 'camino'-. También sobre la inmortalidad, no de forma física, sino siendo absorbido por esta energía omnipresente; la misma que permite a los Jedis presentarse como 'fantasmas' tras haber muerto, como Obi-Wan, Yoda o el propio Anakin. Para más inri, el nombre de Qui-Gon, el caballero que encuentra al Elegido, se asemeja a la técnica taoísta conocida como 'Qijong', el 'trabajo con la energía'.
Los Jedis también son reflejo de nuestro mundo. No son pocas las culturas que cuentan con la figura del monje guerrero, pero es quizás el budismo la más destacada con los populares shaolin a la cabeza, instruidos en artes marciales y, al mismo tiempo, en la filosofía de la no violencia y la meditación. ¿Les suena? La misma doctrina de entrenamiento y serenidad ante la que responden los caballeros de túnica y espada láser.
Aunque tampoco hay que irse tan lejos. El mismo catolicismo imperante en Occidente puso de su parte. ¿Adivinan con qué? Anakin, El Elegido, que tiene mucho que ver con el Mesías de la Biblia. Como Jesucristo, venido al mundo para acabar con las fuerzas del mal que imperan en la tierra (o tierras) -"aquel que devolverá el equilibrio a la Fuerza"-; y además, también nacido de una madre virgen. Exacto. Shmi Skywalker, como la Virgen María, quedó encinta sin previo aviso. No le llame Espíritu Santo; llámelo midiclorianos.
Y de repente, midiclorianos
Todo era misticismo hasta que a Lucas se le ocurrió rentabilizar la franquicia 16 años después de su supuesta conclusión con 'El retorno del Jedi'. En 1999 aparecía la primera precuela de tres, 'Episodio I: La amenaza fantasma', protagonizada por el maestro Qui-Gon Jinn, junto a un jovencísimo Obi-Wan, padawan del primero. Juntos, hallaban con mucha suerte al Elegido en una aldea del desértico Naboo, esclavo junto a su madre. Qui-Gon, convencido de que el chico es aquel del que habla una antigua profecía jedi, le realiza al niño Anakin un rápido análisis de sangre. El resultado: tiene la mayor concentración de midiclorianos que se haya visto jamás. Más incluso que el maestro Yoda. "¿Concentración de qué?", exclamaron muchos.
En lo que pareció un intento por compensar el esoterismo con un guiño a la ciencia, Lucas trató de ahondar en el funcionamiento biológico de la Fuerza. Una energía capaz de proyectar la imagen de difuntos, "creada por todas las cosas vivas, que nos rodea, nos penetra y nos une como galaxia" (Obi-Wan), pero cuyo secreto, de alguna manera, se esconde en las células. El caso es que los midiclorianos son unas criaturas microscópicas presentes en todos los organismos vivos y gracias a las cuales es posible la conexión con la Fuerza. Así se lo explica Qui-Gon a Anakin: "Sin los midiclorianos, la vida no existiría, y tampoco conoceríamos la Fuerza. Ellos nos hablan continuamente, comunicándonos la voluntad de la Fuerza. Cuando sepas acallar tu mente, oirás cómo te hablan". A mayor número de midiclorianos en el organismo, mayor es el lazo de unión con la Fuerza.
Y a Anakin le sobraban. La anómala saturación de estos seres en sangre del futuro Darth Vader no es casual, pues su madre también presumía de ello. ¿Recuerdan aquello del embarazo fortuito? Resulta que la concentración de midiclorianos en el cuerpo de Shmi era tal, que un día sus células mutaron y quedó embarazada a pesar de ser virgen. Las malas lenguas (las del lado oscuro) cuentan cómo el 'Episodio III: La Venganza de los Sith' juega con la posibilidad de que este hecho tampoco fuese fruto del azar. Tal y como le revela el canciller Palpatine a Anakin en un palco de la ópera, existe un tipo de alquimia Sith capaz de 'mutar' los midiclorianos por la que sería posible la resurrección y la concepción 'espontánea'. Continuando con la teoría, Palpatine sería quien, de hecho, hizo reaccionar a las células de Shmi, por lo quesería el 'padre' de Anakin.
Las invención de los midiclorianos es solo uno más de los patinazos que los fans de 'Star Wars' han sumado a la lista a partir de las precuelas. Un resbalón que se une a Jar Jar Binks, el '¡no!' agónico de Darth Vader al saber de la muerte de Padmé o el propio fallecimiento de esta tras el parto, que rompe con el hilo argumental con los episodios IV, V y VI (Leia recuerda que, cuando era niña, su madre siempre estaba triste). ¿Añadirá 'El despertar de la Fuerza' nuevos puntos en la lista? Díganoslo en el cine. Y que la fuerza le acompañe, si es que tiene los suficientes midiclorianos.
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