Enri Egino frente a uno de sus cuadros, una imagen de Rosalía, su ídolo.

Azkoitia

«¿Definir mi arte en tres palabras? Creatividad, creatividad y creatividad»

El azkoitiarra Enri Egino es un apasionado de la vida y hace en cada momento lo que le gusta. Una vez jubilado, se ha dedicado a pintar y próximamente expondrá su cuadros en Etxe-Beltz

Eli Aizpuru

Azkoitia

Sábado, 25 de enero 2025, 20:23

El azkoitiarra Enrike Egino 'Enri' es conocido como diseñador. Cuenta con un local en Azpeitia en el que durante años se ha dedicado al diseño de interiores. No es lo único que ha hecho. Comenzó a trabajar con tan sólo 16 años en la ... empresa azpeitiarra Danona. Se ha volcado en el diseño de interiores, muebles, incluso ha creado una colección de alfombras que expuso en su día en Tabakalera, pero su hobby ha sido desde muy pequeñito «la pintura». Comenzó a pintar, junto a un tío, a los siete años, hasta ganó el concurso de pintura de Azkoitia a los 14 años con un trabajo realizado a paleta con un paisaje de Castro Urdiales.

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Hoy en día está muy de moda la filosofía de vida del 'carpe diem'. Sin embargo, este lema de disfrutar del momento no es nada nuevo para Egino. Ha hecho lo que le ha gustado durante toda su vida y ahora que va a cumplir 72 años, no mira atrás. «Desde que me jubilé tenía ganas de pintar, me relaja y empecé a hacerlo en 2021». Ya lleva una veintena de cuadros que expondrá en breve, el próximo día 1 de febrero, en Etxe-Beltz. Sus obras estarán visibles hasta el 9 de febrero. «La inauguración coincide con el día de mi cumpleaños por lo que será una gran fiesta», dice.

Nada más entrar al local donde trabaja y tiene sus pinturas, en la calle Arana azpeitiarra, «hasta que el dueño lo alquile o venda», se pueden presenciar lienzos realizados con pintura acrílica de todos los colores y estilos. Es más, no hay un estilo, «eso son chorradas», dice. «Yo pinto lo que quiero, cuando quiero. Hay personas que tienen una técnica impresionante. Yo no soy pintor, soy dibujante. Dibujo las cosas para plasmar lo que estoy viendo. Sin pretensiones». Tanto que al momento, como para explicarlo, agarra lo que tiene enfrente: una lata de cerveza San Miguel, un cutter y una calculadora, y le saca una foto. «Puede ser una composición bonita» . Lo importante para Enri es «ser creativo». De ahí que sus cuadros no tengan un hilo conductor, ni un estilo definido, ni una búsqueda de 'un algo' que le encasille. Tan pronto pinta unas anchoas, como unas zapatillas, la mismísima basílica de Loiola o la escultura de un ángel de la parroquia de Azkoitia. «Quiero que impacten. Creatividad al poder, sin explicaciones.», asegura.

«Hay personas que tienen una técnica impresionante. Yo no soy pintor, soy dibujante. Dibujo las cosas para plasmar lo que veo»«Ya he trabajado mucho, no tengo ninguna pretensión de ser famoso por algo. Hago lo que me da la gana, sin pretensiones»

La diversidad de colores, temas y elecciones que ha hecho el autor a lo largo de todos los trabajos –expondrá en Etxe Beltz una veintena de lienzos– cuanto menos, choca. Llama la atención la figura de una mujer con pose flamenca, con un vestido rojo. Es Rosalía. «Es mi ídolo, no solo cantando. Es una creativa que ha creado un mundo diferente, en la música, la moda... La fuerza que tiene para crear todo lo que ha creado en muy pocos años es extraordinaria, aún siendo muy joven. Se ha hecho mundialmente famosa por cosas muy diferentes, empezando por poner de moda a las chonis, la imagen. Conocía a la artista de discos flamencos pero lo que más me gusta es cómo ha avanzado en pocos años».

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Así que, al igual que Rosalía, él busca «avanzar». «Hay muchos pintores que tienen un estilo y siguen fieles a ese modo de pintura. A mí me parece que eso es parar», dice. De ahí que en ese mundo diferente donde la creatividad es lo más importante y de tirar siempre para adelante, tienen cabida las anchoas que ve un día cualquiera en la pescadería del barrio como el cambio de guardia del Palacio de Buckingham, que plasmó tras uno de sus viajes a Londres. Impredecible.

Tampoco pinta para aprender. «Creo cosas que tengo en la cabeza. Busco retos». Lo que no quita para que la satisfacción sea infinita. «Cuando pinté el ángel, fui el primero que se quedó impactado. Un amigo, también pintor, me dijo, te ha salido bien. No, le contesté, lo he hecho bien».

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Así es Enri Egino. No tiene ninguna explicación, ni la busca. «Ya he trabajado mucho, no tengo ninguna pretensión de ser famoso por algo. Hago lo que me da la gana, sin pretensiones. Después de diseñar la mitad de las casas de Azpeitia y Azkoitia quiero enseñar que otra de mis facetas dentro de la creatividad es la pintura, sin más». Preguntado por cómo definiría su arte en tres palabras, no duda. «Creatividad, creatividad y creatividad».

Está encantado de poder exponer su creación «como una gran fiesta» que coincidirá además con su cumpleaños. Otra satisfacción en su vida. Quién sabe, si se aburrirá y le dará por algo totalmente diferente. No sabe qué será lo siguiente. «Lo que se me ocurra».

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