Azpeitia

Azpeitia despide a Kepa Susperregi , párroco de la localidad durante 31 años

Tras los meses estivales en los que el sacerdote ha ejercido sus quehaceres en la parroquia, ha llegado el momento de la despedida. Mañana mismo, día 13 de octubre, dará el relevo a su sucesor en el cargo, José Ignacio Eguzkitza. El Ayuntamiento de Azpeitia, por su parte, dedicó el viernes un pequeño reconocimiento al párroco en las dependencias municipales en nombre de los vecinos.

Pero más allá de los actos institucionales y de rigor, Susperregi recibirá este sábado la más emotiva de las despedidas. Más de trescientas personas se reunirán en el restaurante Kiruri para celebrar una comida y agradecer la gran labor que el religioso ha llevado en la localidad durante 40 años. «Kepa ha sido leal a la confianza que han depositado en él numerosas personas y agrupaciones a los que, en todo momento, ha agradecido su colaboración y ha procurado orientar debidamente», señalaba recientemente en estas páginas José Ignacio Alberdi Egaña .

De esta forma, representantes y colaboradores de diferentes asociaciones parroquiales así como feligreses y vecinos y vecinas, en general, como catequistas, lectoras de la Palabra, Coro parroquial y organistas, cuidadores del patrimonio artístico, Belenistas, personal de limpieza, sacristanes, Cáritas, Junta de la Residencia San Martín, Mixio Taldea, Hospitalidad de Lurdes, Pastoral Penitenciaria y de Salud, y un largo etcétera, muestran su afecto y gratitud por la dedicación del religioso a la localidad durante todos estos años. Este sábado, Festividad del Pilar, celebrarán una misa a las 12.00 y posteriormente, a las 14.30 compartirán una comida en el restaurante Kiruri.

Nacido en Errenteria, Susperregi fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1985 por el obispo José María Setién. Su primer destino fue Azpeitia en los primeros días de septiembre de ese mismo año, junto a Patxi Aizpitarte. El mismo obispo le nombró párroco en 1993 durante la misa oficiada en una abarrotada parroquia.

Durante cuarenta años ha ofrecido su apoyo de forma constante a las iglesias de barrios y pueblos cercanos, respondiendo a sus necesidades con generosidad. Su presencia ha sido siempre bienvenida con gratitud en los conventos religiosos de la localidad. De manera especial, ha mantenido una estrecha relación con los Jesuitas, compartiendo el altar en la Basílica de Loiola en diversas ocasiones, en su calidad de párroco de Azpeitia.

En 2007 recibió con agrado el nombramiento de Calderero de Honor, desfilando con la comparsa festiva por las calles del casco urbano de Azpeitia.

Su entrega, cercanía, y sencillez en el trato serán recordados de una manera especial por el pueblo de Azpeitia.

El propio Susperregi asegura que se siente «uno más en el pueblo» por lo que echará en falta «el trato con la gente». Sin embargo, dice, «tampoco es que me vaya muy lejos. Puedo coger el bus y en media hora estoy aquí», quitando seriedad al asunto. Además, «hace años que no he pisado la playa y podré recuperar los paseos por el malecón».

Sin duda, dejará huella en Azpeitia y alrededores. «Sé feliz y sigue haciendo bien a la gente de Zarautz y Getaria! ¡Los feligreses de Azpeitia no te olvidaremos!», han hecho llegar desde el entorno parroquial.