«Si el edificio llega a derrumbarse un poco antes, habría sido otro cantar»

«Me he acercado para saber si puedo coger el móvil y algunas cosas, lo justo, porque hemos salido sin nada, pero me dicen que no por lo que habrá que esperar». Son palabras de Iruntza Aranguren, una de las 18 personas que durante la madrugada de este martes ha tenido que ser desalojada debido al desprendimiento de parte de la fachada del número 24 de Elizkale, en Azpeitia.

Los hechos han sucedido cerca de las 2.30 horas, cuando parte de la fachada de un edificio inhabitado se desplomó originando un gran estruendo. «Hemos oído un ruido tremendo, algo raro, pero hemos seguido durmiendo. A la media hora han llegado los bomberos y la Ertzaintza y es cuando nos hemos percatado de que pasaba algo. Nos han desalojado enseguida», ha asegurado Iruntza aún con la tensión del momento.

Junto a su marido y sus dos hijos reside en el número 17, justo el portal que se encuentra frente al bloque derruido, y han sido una de las cinco familias desalojadas de los edificios colindantes. Varios vecinos han debido pasar el resto de la noche en un hotel cercano mientras Iruntza optó por trasladarse a casa de su madre. «Estamos bien –aseguró–. Lo peor es la incertidumbre de hasta cuándo tendremos que estar sin entrar», porque «no hemos podido coger nada de nada. Hemos salido con lo puesto». A media tarde, el Ayuntamiento de Azpeitia ha avisado a los vecinos que podrían regresar a sus domicilios a partir de las 20.00 horas.

Esta mujer, sin embargo, se consolaba al pensar en lo que pudo haber ocurrido si el derrumbe hubiera sucedido «unas horas antes. Habría sido otro cantar». Y es que el domingo fue un día festivo en Azpeitia. La localidad del Urola celebró la Tamborrada Infantil al mediodía, y por la tarde numerosa gente se congregó también en Elizkale con motivo de la sokamuturra. «Estuvimos justo mirando por la ventana y comentando el mal estado en el que se encontraba el edificio. Menos mal que ha pasado de noche y sin que hayamos tenido que lamentar daños personales».

Minutos antes, otra vecina relataba una situación parecida. Vanesa Ruiz, que reside también en un piso cercano, se había despertado «con un gran ruido. «Ha sido tremendo. Me he asomado con miedo a la ventana, y para entonces algunos vecinos ya estaban despiertos», ha asegurado. Aunque vive a pocos metros del portal 24, no ha tenido que ser desalojada. «Con un poco de miedo por lo que pudiera pasar», pero «seguimos en nuestra casa», ha agradecido.

Varios técnicos municipales se acercaron a lo largo de la mañana del martes para valorar los daños. Según el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento azpeitiarra, Josu Labaka, en un principio se ha pensado en apuntalar el edificio. Así, tras comprobar que «la pared se mueve» han optado por ampliar el perímetro de seguridad y prohibir el paso tanto del tráfico rodado como de los peatones por la citada calle, para más tarde proceder «al derribo parcial» del edificio afectado.

El edil municipal no se ha atrevido a hacer una valoración sobre las causas del derrumbe. Se da el hecho de que el Ayuntamiento está realizando obras en el solar anexo al número 24 de Elizkale, donde prevé la construcción de doce viviendas tuteladas. A juicio de Labaka, «es cierto que las obras en el solar de al lado pueden afectar, pero el propio edificio se encuentra también muy deteriorado». Este hecho, unido a las fuertes rachas de viento habidas durante la madrugada, han podido provocar el accidente.

El representante municipal esperaba en la tarde de este martes que en «pocas horas», una vez derribada parte de la fachada y tras haber eliminado cualquier tipo de peligro para los vecinos de la zona, las familias desalojadas «pudieran volver» a sus respectivos hogares, cosa que les fue posible a partir de las 20.00 horas.

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