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La magia del Belén parroquial vuelve a hacerse realidadCon la Navidad, un año más, se ha abierto al público el Belén de la parroquia. De nuevo, las emblemáticas figuras han tomado vida. El Belén parroquial se inauguró el Día de Navidad y permanecerá visible hasta el próximo 6 de enero, Día de ... Reyes.
El Nacimiento se colocó por vez primera en la capilla de Francisco de Xabier el año 1894, pero debido al ruido de la maquinaria, tuvo que ser cambiado de ubicación. Se trasladó entonces a la capilla de la Soledad. Durante muchos años ocupaba casi toda la superficie de la capilla, pero, tras la restauración de la misma, en 2002, se colocó en la parte trasera de la iglesia parroquial, bajo el coro, y puede ser presenciado en este lugar desde entonces.
El Belén de la parroquia de Azpeitia cuenta con personajes míticos reconocidos ya por la mayoría de vecinos y vecinas que cada año acuden al recinto religioso para presenciar el montaje. Se trata de 'Periko Moxala' 'Kale' o 'Xerraiko Kontxexi', personas reales que vivieron en los alrededores de Azpeitia.
Kale era un recadista de la época, que acostumbraba a hacer el recorrido de Azpeitia -Azkoitia con un carro. Por este motivo, la gente del pueblo le puso el mismo apodo al hombre del carro del Belén.
Se dice también que 'Xerraiko Kontxexi' vivía cerca de la ermita de la Magdalena y se parecía mucho a una mujer que aparece en el Nacimiento, de ahí que la figura haya conservado el mismo apodo hasta nuestros días.
Periko Moxala, por su parte, no necesita presentación en Azpeitia. Cada año, los más pequeños esperan ver moverse a la pequeña figura, que conserva su encanto original, haciendo visibles los movimientos a través de un sistema hidráulico implantado desde su inicio. Las transiciones del día a la noche, están conseguidos por la fuerza del agua, algo que da el toque peculiar a este Nacimiento centenario.
Cada año, es cita obligada en muchos hogares azpeitiarras la visita al Belén parroquial. Parece que el pequeño mundo de figuras navideñas no se ha movido, pero no es así. El montaje del Belén comienza a mediados de octubre y se necesitan «cerca de dos meses» para poder abrir el portal el día 25.
También en esta ocasión, fiel a su cita, uno de los protagonistas encargado del montaje, Iñigo Pérez, se encontraba frente al Belén el pasado día de Navidad. Satisfecho con el ir y venir de vecinos y vecinas para presenciar el trabajo llevado a cabo por el grupo de voluntarios, que junto a él, realizan este trabajo de forma totalmente altruista. Durante dos meses se han encargado del montaje y el movimiento del Belén para que todo esté preparado y los azpeitiarras y visitantes del entorno puedan disfrutarlo.
Ellos han tomado el relevo de muchas generaciones, pero esperan que esta bonita tradición continúe entre los azpeitiarras.
En los primeros años, Francisco Larrañaga se encargó del montaje y la restauración del Nacimiento y más tarde sus hijos fueron los que continuaron con la labor. Más tarde, el sacristán Félix Epelde se hizo cargo de las labores de montaje, asistido por sus hijos. A finales de los años 60, debido a los problemas de salud del sacristán y la falta de voluntarios, peligró la continuidad del Belén parroquial. Por aquel entonces, la labor de montaje quedó en manos de los terciarios de los franciscanos.
Fue por aquella época cuando Dioni Pérez y un grupo de amigos se personaron, muy jovencitos, para colaborar en el montaje. La familia Pérez está muy involucrada en el Nacimiento y junto a ellos, el resto de voluntarios.
En los últimos años, Dioni Pérez -hasta su fallecimiento en 2019- volvió a ser el responsable del Nacimiento. Su hermano Iñigo, junto a sus dos hermanas Gema y Mila y otros voluntarios (Joxemai Txapartegi, Luis Andrés Amenabar, Jose Ramón Berasategi 'Patxo', Jose Luis Alberdi, Arantxa Orbea, Pedro Lozano y Fernando Usabiaga) tomaron la batuta para hacer posible el 'pequeño milagro' y el gran esfuerzo totalmente oculto que supone poder ver cada año por estas fechas el Belén parroquial.
En esta ocasión ha sido también un arduo trabajo que «disfrutan» ahora, al presenciar el paso de numerosos visitantes por su pequeña obra, siempre en movimiento. «Cada año, nos esforzamos en cambiar pequeños detalles. Mover figuras o poner algo nuevo», dice Iñigo. Incluso ya tiene pensados «algunos cambios para el año que viene».
Para Iñigo Pérez el trabajo más difícil no es montar el Belén, sino desmontarlo. «En quince días tiene que estar todo impecable para sansebastianes y es lo más nos cuesta», asegura.
Quedan aún varios días para ese momento. Los visitantes podrán disfrutar de los detalles del Belén hasta el próximo 6 de enero en horario de 17.30 a 20.00, de lunes a sábado; y de 13.00 a 14.30 y 18.00 a 20.00, los domingos y festivos.
Además del Belén parroquial, también se puede visitar estos días el Nacimiento de las Franciscanas, en la iglesia del convento del mismo nombre. Estará abierto de lunes a domingo en horario de 09.00 a 13.30 y de 16.00 a 20.00 horas.
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