![Los visitantes del museo aguardan en la estación a la locomotora de vapor mientras la fotografían.](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/08/26/97508051-k03B--1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
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Martin Ruiz Egaña
Martes, 27 de agosto 2024, 02:00
Maite', 'Euzkadi' o 'Arate'. Estos son los nombres de los trenes de vapor conservados y expuestos por el Museo Vasco del Ferrocarril en Azpeitia. Son auténticas piezas de coleccionista que mantienen un estado casi perfecto a pesar de que la mayoría fueron fabricados hace más de un siglo. El museo ostenta una de las mejores colecciones de Europa con locomotoras de diésel, vapor y eléctricas. Además de la exhibición, ofrece la posibilidad de montar en uno de ellos y completar una ruta por la zona a bordo.
Traspasar la puerta del museo y acceder a las vías del antiguo ferrocarril del Urola transporta a los visitantes directamente al siglo XIX. Aquellas estaciones en las que el vapor inundaba las fosas nasales y el inconfundible sonido de la bocina de la locomotora instaba a apresurarse a los viajeros más impuntuales. El Museo Vasco del Ferrocarril trata de replicar esa misma atmósfera con sus visitas, que en verano tienen mayor frecuencia.
Antes de adentrarse en las cocheras donde el museo guarda todas sus muestras de colección, el público tiene la posibilidad de subirse a uno de los vagones para realizar un viaje de ida y vuelta desde la estación de Azpeitia hasta Lasao. Se trata de un tren de vapor fabricado en 1898 en Mánchester por la compañía Nasmyth Wilson. La locomotora arrastra varios vagones en los que viajan los visitantes del museo. Tras el clásico silbatazo del maquinista, el tren parte hacia Lasao.
La ruta transcurre entre un paisaje montañoso, en paralelo al río Urola y cruzando zonas boscosas. El interior del tren es de madera y, junto al traqueteo propio de la locomotora, posibilitan una mayor inmersión en la experiencia. «Es un viaje en el tiempo al siglo XIX en pleno Azpeitia», comenta un grupo de pasajeros. Una vez alcanzada la estación de Lasao, la máquina de vapor da la vuelta y se reengancha en el lado opuesto de la sucesión de vagones para emprender la marcha en sentido contrario.
Este recorrido, con una duración aproximada de 45 minutos, se incluye en la entrada al museo con un valor de seis euros. La opción de tres euros únicamente contiene la visita a la colección de trenes. El museo mantiene activa la experiencia de la locomotora desde Semana Santa hasta el 3 de noviembre. «Todos los fines de semana, tanto sábados como domingos, organizamos dos viajes. Uno a las 12.00 horas y otro a las 17.30», expresa una trabajadora de Euskotren. «En agosto ampliamos la oferta y tenemos disponibles viajes en el tren para todos los días de la semana, pero es exclusivo para este mes del verano».
Una mañana nublada y de temperatura agradable puede parecer el clima ideal para este plan. Así lo demuestra la afluencia del tren, casi al completo en el viaje de las 12.00 horas. Sin embargo, la demanda durante el resto del año evidencia que no es una opción exclusiva para este tipo de meteorología. «Tenemos visitantes prácticamente todas las semanas del año. Cuando comienza el curso escolar, nos vienen colegios con varias clases de alumnos. Este último año estamos trabajando con una agencia de Alemania que organiza viajes para turistas alemanes por aquí. También suelen venir grupos de jubilados», concreta una de las organizadoras de los viajes.
La locomotora de vapor avisa con el silbato de su vuelta a la estación de Azpeitia y los escapes de la máquina se llenan de vapor. Los vagones se detienen y de uno de ellos desciende un grupo de personas cargadas con mochilas. «Venimos de Madrid, estamos haciendo un viaje por el norte y ahora estamos en el País Vasco», cuenta un matrimonio. «Estábamos por esta zona y como nos gusta el tema de los trenes antiguos, hemos decidido visitarlo. Las máquinas que tienen aquí son muy difíciles de encontrar, son distintas a las de Madrid», destacan. «Ha merecido la pena, nos ha gustado mucho, sobre todo el viaje en locomotora».
En el interior de las cocheras reposan ejemplares de trenes de varias épocas diferentes. Desde la locomotora de vapor de nombre 'Espinal', fabricada en Newcastle en 1887, hasta uno de los vagones de los topos de Euskotren. También se encuentran en exposición objetos ferroviarios de época. El Museo Vasco del Ferrocarril ofrece con esta colección un repaso de la evolución de este tipo de vehículo a lo largo de la historia.
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