El presunto asesino de Lourdes había quedado con ella

Erkoreka también ha confirmado, en relación al presunto autor de los hechos, que no tenía antecedentes de violencia de género ni de ningún otro tipo relacionado con la violencia machista. En cuanto a la mujer, no constaba en los registros de violencia de género. «Es la primera víctima mortal de violencia de género en Euskadi», ha dicho.

Los primeros testimonios tras el asesinato apuntaban a una explosión -«una deflagración», comunicó la Ertzaintza en un primero momento-, aunque más tarde este hipótesis fue perdiendo fuerza. El consejero ha explicado que «una escopeta manipulada produce un ruido muy fuerte y los testigos lo confundieron con un artefacto explosivo».

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Lara Ochoa

Esa primera versión tardó en desmontarse porque «el escenario del crimen no se puede tocar hasta que lleguen los forenses y por eso durante un lapso de tiempo no hay información, sino todo basado en lo que dicen los testigos. Cuando llegan los investigadores, se mueve el cadáver de él y se ve que no era una caja blanca sino un plástico blanco que tiene un arma manipulada. Así comienza a cambiar la tesis principal».

Hacia las 17.30 horas de ayer, Lourdes aguardaba a Alberto en un banco mientras leía un libro que había cogido en la biblioteca municipal. El hombre se le acercó con una bolsa de plástico en la que ocultaba el arma y, sin mediar palabra alguna, disparó en la cabeza a su expareja, que no tuvo tiempo a reaccionar. Inmediatamente después, él también se pegó un tiro en la cabeza. Los disparos resonaron en un parque infantil cercano que en ese momento estaba lleno de niños. Asustados, echaron a correr junto a sus padres y algunos pasaron junto a los cadáveres.