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TERESA FLAÑO
Domingo, 27 de marzo 2016, 11:03
Año 1965. En plena dictadura franquista la única cultura que valía era la oficial, totalmente aislada de lo que sucedía más allá de las fronteras españolas. En el País Vasco varios artistas se propusieron romper con esa imposición, establecer vínculos con el exterior para mostrar la vanguardia internacional e impulsar la actitud reivindicativa del arte vasco con la resurrección de la Escuela Vasca, entre otras intenciones. Este grupo, constituido bajo el nombre de Gaur, reunió a Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, Nestor Basterretxea, José Antonio Sistiaga, Amable Arias, Remigio Mendiburu, Rafael Ruiz Balerdi y José Luis Zumeta. En mayo de 1966 este colectivo artístico leyó su manifiesto, tan fundamental para el desarrollo artístico posterior, en el sótano del número 4 de la calle Bengoetxea de Donostia, donde también montaron una exposición colectiva. Se trataba de una pequeña galería, nacida pocos meses antes, propiedad del constructor Dionisio Barandiaran.
LA PROGRAMACIÓN DE BARANDIARAN
1965
Noviembre. Inauguración el día 24 con exposición sobre 'Plástica infantil', organizada por Sistiaga. Selección de trabajos de la 'Academia de los jueves'. Ciclo de documentales sobre educación infantil.
1966
Mayo-junio Grupo Gaur. Ciclo y seminario sobre música contemporánea. Muestra de carteles de películas. Agosto
1967
Enero Exposición y coloquios itinerantes por Gipuzkoa. Febrero
Su existencia fue efímera, poco más de dos años, pero su actividad la convirtió en un oasis en el desierto artístico de la época. Se definía como una 'productora de exposiciones de arte compuesto', toda una declaración de intenciones en muy pocas palabras. «Fueron unos tiempos muy intensos y fundamentales para nosotros», rememora Ricardo Ugarte, artista que realizó ahí su primera exposición individual en noviembre de 1967. Un pequeño espacio en la entrada de la exposición temporal dedicada al Grupo Gaur en San Telmo recoge la actividad que en ella se desarrolló.
Cómo un ataundarra que comenzó con un pequeño taller de escayolas y terrazos en Ategorrieta se embarcaba en esta complicada aventura. Sus hijas, Mavis y Arantxa, no lo tienen muy claro «porque tenía un montón de cosas en marcha», pero sí están seguras de que «era un enamorado de la cultura vasca. Era un hombre muy inquieto, con una gran visión de futuro, muy abierto de miras. Era nacionalista y religioso, un cristiano de base muy espiritual. Pensaba que como en esos momentos tenía una buena posición debía devolver al pueblo vasco parte de lo que había conseguido».
También la secretaria
Fernando Golvano, comisario de la exposición de San Telmo, ha investigado sobre los orígenes indisolubles entre Gaur y la galería Barandiaran. «Una serie de iniciativas privadas y de casualidades terminó agrupando a ocho artistas en lo que sería el Grupo Gaur. Dos de ellos, Sistiaga y Amable Arias, que querían constituir una alternativa a los certámenes artísticos oficiales, hablaron con Barandiaran al que conocían por las pequeñas exposiciones que hacía en el hotel Euromar de Zarautz, que era de su propiedad. Les ofreció el sótano de su oficina e incluso la ayuda de su secretaria.
La galería se inauguró el 24 de noviembre de 1965 con una muestra sobre plástica infantil organizada por Sistiaga -Mavis recuerda que «nos dejaban pintar en unos papeles enormes, algo impensable hasta entonces en una exposición»- y no con el Grupo Gaur como cabría esperar. La razón la explica Golvano: «El último en incorporarse fue Rafael Ruiz Balerdi, por una invitación-exigencia de Eduardo Chillida. Participaba en esos momentos en un certamen oficial de artistas en Madrid, algo que no casaba con los principios del grupo, que apostaba por la autogestión y por tener una voz propia. Tuvieron que esperar a que esa muestra concluyera para que no coincidieran. Por eso la lectura del manifiesto y la exposición se retrasó hasta mayo del 66».
Golvano comenta que «había dos propuestas. Una más marxista, redactada por Amable Arias, a quien Barandiaran becó dos años, con un tono más reivindicativo y proclamas contra el orden imperante. Oteiza apostó por un texto más ambiguo y calculado, que fue el que se impuso. Hay que recordar que, aunque había una común defensa de la abstracción no todos era abstractos, había surrealistas, informalistas figurativos...».
Director comunista
Sistiaga había conocido al poeta experimental uruguayo Julio Campal, de ideas comunistas, y le propuso como director de la galería con un sueldo, cosa que resultaba novedosa. La comisaria e investigadora Nekane Aranburu define a la galería como «el primer espacio independiente volcado en otros modelos de gestión y difusión de las artes». La programación no se centraba solo en las artes plásticas, se incluyeron ciclos de música contemporánea y poesía de vanguardia.
Después de Gaur pasaron artistas como Vicente Ameztoy, Carlos Sanz, Ricardo Ugarte y los equipos Crónica, Realidad y Estampa Popular, entre otros. También participaron los grupos Ez Dok Amairu (música), Argia (danza) y Jarrai (teatro). También hubo una exposición sobre pósters de cine de la colección de Luis Gasca a cuya inauguración asistió Fraga Iribarne, lo que conllevó fuertes discusiones entre los impulsores de la galería. «Era una ventana de aire fresco que se nos abrió», recuerda Ugarte. «Dionisio fue una persona de primera. A ver quién ponía dinero a fondo perdido para una galería de arte como esa en la que no se vendió ni una sola pieza».
Durante esos dos años fueron muchas las presiones que Dionisio Barandiaran recibió, principalmente del gobernador civil que semanalmente llamaba a la oficina o a su casa para amenazarle con cerrar «ese nido de comunistas separatistas». A esta tensión continuada se unieron las disensiones evidentes entre los artistas de Gaur, el cambio en la dirección de la galería con Santiago Díaz y José Luis Fagoaga que apostaron por sacar los contenidos del local y llevarlos a otros municipios, -cosa que no gustó demasiado a los ideólogos de esta productora de arte compuesto-, la nula rentabilidad y el inicio de la crisis económica llevaron al cierre de la galería en diciembre de 1967.
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