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Escribo para ti, que eres futbolero, pero sobre todo para ti, que no lo eres. Lo del martes en Anoeta con el Real Sociedad - PSG ... (o sea, ese equipo que antes llamábamos Paris Saint-Germain) es uno de los acontecimientos con mayor repercusión mediática exterior que ha vivido esta ciudad en los últimos tiempos. Es solo fútbol pero el mundo es así. Fue como un Zinemaldia del balón, con muchos periodistas internacionales, vips que llegaron a Hondarribia en vuelos privados y hasta un Sarkozy que obligó a disponer de un sistema de seguridad especial. Por desgracia también hubo incidentes, y heridos: espero que se recuperen, y que se aclaren pronto las cosas porque triste es ir a ver un partido de fútbol con tu familia y terminar en la UCI.
Esta crónica va a terminar en el estadio, pero arranca horas antes del partido. En uno de los salones privados del restaurante Arzak comen las directivas de la Real y del PSG, presididas por Jokin Aperribay y por Nasser Al-Khelaïfi, el jeque quatarí que dirige los destinos del club galo. Aperribay sabe que los parisinos están encantados con la ciudad, que disfrutan desde el hotel Monte Igueldo, donde se alojan, y quiere regalar esa vista a los visitantes. Desde su entorno se contacta con Arteko, la veterana galería de Gros que pilota Cristina de la Fuente, y reservan 'Bahía nocturna', la impactante pintura de Nori Ushijima, el artista japonés/donostiarra. Es el regalo que se hace al jeque y el jeque se entusiasma: se interesa por el pintor, por el paisaje, por la técnica. Y luego disfruta del menú de Arzak como la víspera había gozado con el almuerzo en Rekondo, donde le dijo a Lourdes Rekondo, la nagusi: «Haznos un menú que sea representativo de lo que hacéis y del País Vasco». La directiva del PSG salió encantada.
Ushijima llegó a Donostia de la mano de Cristina de la Fuente y aquí vivió en la década de los 90, antes de volverse a su país. San Sebastián y el País Vasco son motivo frecuente de sus cuadros, y el ejemplo está en el regalado por Aperribay, realizado como 'fresco sobre tela', técnica mural ancestral muy utilizada en el Renacimiento italiano y que él aplica sobre tela de lino con cal, arena y pigmentos naturales. La obra tiene una perspectiva aérea impactante. Arteko, por cierto, prepara una exposición para finales del año con las obras más recientes del pintor.
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Pero la cita estaba en Anoeta. Gracias a María Baqué, la gran dama del café y del ciclismo, vi el partido desde el palco de su empresa, donde estaban desde el periodista Tomás Guasch con buenos amigos a exciclistas como David Seco (ahora tan popular por 'El conquis') y Erkaitz Elkoroiribe o Humberto Segura, el referente de Antonio Bar. La popularidad de Guasch, también por estos pagos, es llamativa. «Estoy de acuerdo contigo en todo... menos en política», le saludó un ilustre donostiarra. «Me encanta esta ciudad, a la que vengo siempre que puedo, y me encanta la Real, un ejemplo de club que sabe hacer bien las cosas», decía Guasch. Aún recuerda cuando siendo joven reportero vino a hacer un reportaje de la Real de las Ligas y de los Arconada y cómo el propio entrenador, Alberto Ormaetxea, fue a buscarle a la estación de tren. Era el fútbol de otros tiempos, sin duda.
El resto de la noche del martes es sabido: la Real perdió, el público despidió al equipo con unos interminables y emocionantes cánticos y ovación y habrá que esperar a la próxima Champions. Quizás, bastante. Qué pronto nos acostumbramos a lo bueno.
Siempre hay motivo para hablar de Tolosa. Y además, para hablar bien. La Guía Repsol ha entronizado en la categoría de 'dos soles' a dos restaurantes tolosarras que son más que son dos restaurantes: Casa Julián y Ama. Y se confirma que eso que llamamos 'Tolosa power', que se da en la cultura, el deporte y las fiestas, brilla especialmente en la gastronomía. Tolosa hace más ruido del que correspondería por tamaño o habitantes.
El Julián es 'templo de la chuleta', la parrilla que tan bien guiaba Matías Gorrotxategi y cuyo testigo ha tomado su hijo Xabi, manteniendo con talento la tradición adaptada a los nuevos tiempos. El 'Ama' de Javi Rivero y Gorka Rico, por su lado, es un ejemplo de la nueva generación, surgida del Basque Culinary Center y pegados al terreno con una cocina cercana y visión contemporánea a la vez.
Esta vez les ha tocado a ellos pero el foco gastronómico de Tolosa es aún más luminoso, del Nicolás, el otro clásico de la chuleta, al Frontón de Sonia Tapia, del Burruntzi al Sausta o los dulces del gran Rafa Gorrotxategi. Y eso por no hablar de los alrededores, con el Hika de Roberto Ruiz, visionario ideólogo de mucho de lo que ha venido después: calidad, proximidad, verdad. Ahí están el Iriarte de Berrobi, el Kako de Berastegi, las alubias de Albistur, el Bailara de Bidania y los ostatus, casi uno en cada pueblo. Perdón por las ausencias: Tolosa no acaba nunca.
mezquiaga@diariovasco.com
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